José Eduardo Celis López
CELIS GOLEADOR
BIC 1976

José Eduardo Celis López

JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ 

 

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020


EDUARDOCELIS 

 

 

Un fantasma recorre la casa paterna
















Se acomodó en un rincón de la cama

 

 

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA





Respiran muy cerca cara a cara



 





Se encuentran en el centro de la pista de baile totalmente fundidos






¡Téngale miedo a los vivos! Gritó Luis







Se quedó quieto en un rincón







La última entrevista
por Alirio Sabogal Ch



Bogotá, 25 de abril de 2025


Eduardo Celis nos habla aqui de su paso por el BIC y algunos otros detalles de su vida, nacido en Pereira en 1954 pasó gran parte de su vida en la capital Colombiana donde se encontró la magia maravillosa de una juventud exitosa.


¿Que fue de la vida de Eduardo Celis campeón, Goleador exitoso del BIC en la temporada 1976 a 1994?




R: Yo creo que lo mas importante fue que el 25 de abril de 2005 me pensioné y dejé de rumbiar, dejé de fumar, dejé de tomar, dejé de transnochar, poco a poco me fui alejando de los vicios y poco a poco he tenido una vida sana.




Y despuès de su época exitosa en el BIC que fue de su vida?




R: Después de mi paso por el BIC me contrataron de Uconal Cali en donde estuve hasta el año 2000 y luego volví al Banco que ya habia cambiado el BIC por el nombre de Bancolombia, en la época del Doctor Jairo Burgos de la Espriella, del Dr. David Bojanini y el Doctor peynado me pensioné en el 2005.



Y después de pensionado que hizo?





R: Bueno después me tomé un año sabático y me dediqué a escribir un libro sobre mis memorias y luego hicimos una empresa familiar.



Y còmo se llaman el libro y la empresa familiar?




R: El libro se llama Conversando con Eduardo Celis son recuerdos desde la infancia hasta el final de mi juventud y la empresa se llama Cobyneg que hicimos junto con mi hermano Ferney y mis dos hijos Rodolfo y Diana dedicada a cobranzas y negocios jurìdicos.

Y que pasò con el fùtbol?




R: El fútbol ha sido la pasión de mi vida lo llevo en la sangre, cuando me retiré del BIC tambien me retiré del fútbol pues ya tenía 40 años y mis rodillas estaban muy lastimadas, hice muchos goles y gané varios campeonatos eso lo llevo en mi mente y en mi corazón de hecho escribí el libro Cómo ser un goleador de fútbol es una técnica innata para hacer goles para convertirse en un goleador, tambien es una forma de seguir ligado al fútbol de alguna manera, es una pasión que se lleva hasta la muerte.

O sea que se convirtió en escritor?




R: No yo no soy escritor yo no conozco las técnicas para escribir un libro, lo que pasa es que siempre me ha gustado escribir historias pero solo de pasatiempos de hecho hace poco escribí Cincuenta años en Bogotá sobre mis aventuras en la capital, pero ésto solamente lo leen mis familiares y amigos mas cercanos tambien mi nieta Sofía que es mi lectora admiradora y crítica.








Y que pasó con la sonora matancera?







R: La sonora matancera está mas viva que nunca, hoy es mas fácil escucharla a toda hora, están los éxitos en internet con un sonido espectacular, todos esos cantantes maravillosos como Celio Gonzáles, Bienvenido Granda, Carlos Argentino, Celia Cruz, el Jefe Daniel Santos y muchos otros de la vieja guardia, en mi época bohemia los escuchaba con Julio Jaramillo y Orlando Contreras, finalmente me quedé con Bienvenido Granda y Orlando Contreras con quienes cantaba cuando estaba con los del BIC.





Y porque se retiró del BIC?




R: Porque ya estaba cansado, fueron 20 años seguidos trabajando sin parar y queria hacer un año sabàtico y escribir el libro, queria hacer una pausa y recargar energias.





Y que fue de su actividad sindical?




R: Mi actividad sindical se desarrolló en los años ochenta, adebic me llevó a participar de asambleas sindicales en Medellín, en Manizales y en la Ceja Antioquia, mis recuerdos mas importantes son en 1985 en el congreso de Fenasibancol, en 1986 en la fundación de la CUT y en 1989 en el club Okar del Centro de Bogotá conversé en un canelazo y brindé con Bernardo Jaramillo Ossa en ese momento candidato presidencial, viva la vida me dijo al brindar.







Y cómo le fue en Uconal Cali?





R: Pues como dicen por ahi Cali es Cali fue una temporada maravillosa, cinco años disfrutando de la música y bellas mujeres, disfruté de las ferias de Cali, las corridas de toros en Cañaveralejo y los clásicos en el Pascual Guerrero, afortunadamente me gusta la salsa y ahi gozamos en Juanchito, en la escalinata, Honka MonKa y toda esa rumba y música del barrio obrero.




Y porque se retiró de Uconal Cali?






R: Todo terminó porque el Banco Uconal fue liquidado debido a que muchos de sus clientes poderosos eran testaferros del cartel de Cali y una vez capturaron a Gilberto Rodriguez en Santa Mónica, ellos corrieron a retirar los dineros del Banco y prácticamente lo quebraron, el gobierno de Samper en lugar de salvarlo ordenó la liquidación y se terminó la rumba para mi.






Entonces después de Uconal Cali no volvió a bailar salsa?






R: Dejé de bailar la salsa fuerte, pero como siempre he sido salsómano desde el bachillerato me tocó con los duros como Pacheco, Willy Colón, Boby Cruz, Hector Lavoe, Richi Rey y la orquesta Aragón, Los hermanos Lebrón y muchas otras, en Cali aprendí que hay una salsa romántica como la de Gilberto Santarrosa, Maelo Ruiz, Tito Gómez, Marc Antony, la cual es mas suave para bailar y además muy hermosa para escuchar, con esa me defiendo actualmente.



Y que fue de todos sus amigos del BIC eran muchos que se hicieron?





R: Esos si que los llevo en mi corazón, todos mis compañeros de trabajo y mis compañeras no los puedo olvidar no las puedo borrar de mi mente, es como un video, una pelìcula que pasa por mi cerebro hacen parte de mi vida, estàn conmigo siempre.





Y como hizo para dejar de tomar y dejar de fumar y dejar de trasnochar?





R: Eso fue todo un proceso, al escribir mi primer libro me di cuenta que llevaba 30 años tomando y fumando, lo que me asustó bastante y lo escribí con la botella de aguardiente y el paquete de cigarrillos al lado, realmente me di cuenta que estaba alcoholizado y empecé a coger conciencia de la gravedad del asunto.







Y entonces como hizo?






R: Lo primero fue darme cuenta que eso no se podia de un dia para otro, porque decia no vuelvo a fumar y no vuelvo a tomar y al otro dia lo primero que hacia era comprar la botella de aguardiente y el paquete de cigarrillos, estaba acorralado por el vicio, no dependia de mi.







Y entonces cómo solucionó el problema?






R: Era una cuestiòn de tiempo era mejor cogerla con calma mientras empezaba a solucionar el problema, al menos ya era conciente que tenìa un problema que resolver, nunca antes me habia dado cuenta, mucha gente me lo dijo pero yo no creia que fuera grave, a mi me parecia normal.






Y acudiò a una entidad a pedir ayuda?






R: No yo pensaba que yo podia resolver el problema del alcoholismo y tabaquismo, lo primero era no decir que no volvería a tomar ni a fumar porque mas rápido lo hacía, tenía que ir manejando el asunto poco a poco porque al fin y al cabo el licor era divertido entonces comencé por dejar el cigarrillo primero, me decia a mi mismo: le compro el aguardiente pero no fuma cigarrillo y empezó a dar resultado poco a poco.








Y como logró dejar el aguardiente?





R: Fue mas fàcil de lo que pensaba, un dia me di cuenta que mi organismo no necesitaba del cigarrillo, ya no me provocaba fumar, entonces entendí que lo mismo ocurrirìa con el aguardiente era cuestión de tiempo, a partir de ese dia comencé a colocar una copa grande con agua para que el cuerpo se fuera acostumbrando y poco a poco fue ocurriendo el milagro el cuerpo fue prefiriendo el agua y entendiendo poco a poco que era mas provechoso para la salud y asi de manera muy lentamente sin presiones hasta el sol de hoy, ya no me hace falta el aguardiente, el mismo organismo se fue acostumbrando a una vida sana poco a poco me fui alejando de los vicios.





Pero habrà tenido sus recaidas?





R: Si muchas, claro que si por ejemplo en los diciembres, en los cumpleaños, uno cae y recae, pero lo mas importante es que no me engolosino y voy cortando y me voy alejando porque uno no quiere volver a caer a ese infierno, ademàs la gente ya sabe que uno no es de tiro largo y no le insisten, es maravilloso darse cuenta que el mismo organismo tambien va rechazando al licor, poco a poco.






Y entonces en que se divierte cual es su pasatiempo hoy en dia?






R: No ya uno con mas de 70 años es mejor no hacer muchas gracias, yo soy muy conciente que ya no estoy para esos planes de diversiòn, ahora miro los toros desde la barrera, con solo prender el televisor veo el espectáculo del mundo, los borrachos, los políticos, los drogadictos, los delincuentes, los que matan en Ucrania, los que bombardean en Palestina, las marchas de protesta, los partidos de fútbol, los cantantes, los migrantes, la verdad es un espectáculo muy intenso que da el mundo.







Mejor dicho alejado de todo el mundo?





R: Pues alejado de todo mundo pero en contacto con el mundo entero, uno se entera ya de lo que pasó en China hace un minuto, hasta desde el planeta marte recibimos noticias diarias, sin moverme de la casa lo se todo, es impresionante haber entendido que para tener amigos no se necesita que estén fisicamente al lado uno puede tener miles de amigos virtuales, vivos y muertos porque permanentemente entro en contacto con Juan Diego Gómez ex-BIC, Jeff Bezos de Amazon, Gabriel García Márquez y Julio Cortazar por ejemplo.






Y que se siente tener mas de 70 años?






R: Aparte de las rodillas un poco desajustadas por el trajín del fútbol, se sienten dolorcitos por todo el cuerpo, por momentos en algún lado aparece un dolorcito y luego se traslada a otro sitio, cada dia es un dolor distinto, la verdad los años lo van condicionando a uno de tal forma que ya no caminas como quieres sino como puedas.







Que cosas ha dejado de hacer después de los 70 años?







R: Lo mas duro es que dejé de jugar fútbol y dejé de trotar, hay muchas cosas que ya no se pueden hacer después de los 70 años pero hay muchas cosas que si se pueden hacer, lo importante es estar activo, yo por lo menos trabajo en casa, de vez en cuando tengo que ir a un juzgado o a una notaria para trámites y diligencias, veo mucho fútbol por televisión, estoy conectado a las redes con el celular, escribo y leo en el computador.








Cómo es su alimentación y cuidados en la tercera edad?







R: Solamente desayuno y almuerzo, en la noche tomo un cafecito y listo, camino mucho, tomo mucha agua, mantengo de buen genio, me dejé de sentimentalismos, no lloro por nada, rio constantemente, es decir uno a la tercera edad tiene que estar mas a la defensiva para evitar que por cualquier cosa se le dañe el dia, vivo lo mas feliz que puedo sin cargos de conciencia.







Cual es su fortaleza para enfrentar la tercera edad?






R: El fuerte mio es la tranquilidad, la cultivo mucho porque es un tesoro porque es mantener la paz interior y me esfuerzo por no molestar a nadie.





Pero entonces tiene su platica para vivir tranquilo?








R: Noo yo vivo de la pensión pero no me hace falta nada, yo me convencí que la riqueza de un viejo es la salud, que se gana con tener mucha plata en el banco si no se puede tomar un tinto o no se puede chupar un cono o no se puede comer un tamal o un chorizo con arepa.



Y que pasò con la Empresa familiar?





R: Cobyneg quedò prácticamente en la virtualidad, porque mi hermano se fué a vivir a Calarcá y vendió la oficina de Bogotá, entonces quedamos sin sede física, mi hija viajó para España y mi hijo se puso a trabajar como Asesor jurídico independiente, entonces yo seguí con otros abogados en el trabajo jurídico hasta la pandemia que nos mandó a todos para la casa y desde entonces hacemos trabajo en casa.




Y que mensaje le da a los que están metidos en el alcohol y los vicios?





R: No no nooo yo no soy nadie para darle lecciones a nadie, yo respeto mucho la integridad de cada persona cada cual anda en su propio cuento y uno no sabe con la sed que otro anda, lo que si puedo decir y sin temor a equivocarme es que esa época del BIC fue lo mejor de mi vida, trabajamos muy responsablemente y nos divertimos mucho con la ayuda del licor, todo era una fiesta y nada nos quitaba la alegría fuimos inmensamente felices con mis compañeros y mis compañeras de trabajo, no me quedan sino bellos recuerdos y nada que lamentar, le doy gracias a la vida le doy gracias al BIC le doy gracias a mis compañeros y sobre todo le doy gracias a mis compañeras por tanto cariño por tanto amor por tanta felicidad.





BIC 1976 a 1994?



BIC CAMPEÒN: 





EDUARDOCELIS



 

GOLEADOR 





DEL BIC




CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 

 

 



BOGOTA 50 AÑOS 1970-2020




 
 
 



Eduardo degusta el aguardiente néctar y la buena música




BOGOTA 50 AÑOS

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 

Datos personales

Nombre completo

José Eduardo Celis López

Nacimiento

PereiraRisaraldaColombia
27 de marzo de 1954

Nacionalidad(es)

Colombiana

Altura

1,68 m ​

Peso

79 kg

Carrera deportiva

Deporte

Fútbol

   

Clubes

Debut deportivo

21 de mayo de 1966
(América)

Club

América de Calarcá

Liga

Tercera División

Posición

Centrocampista

Dorsal(es)

8

Goles en clubes

151

Selección Bic

Selección

Bic Colombia

Debut

11 de octubre de 1978

Dorsal(es)

9

Part. (goles)

129

Trayectoria

·         América F. C. 1966

·         Gornik 1968

·         Colombia Junior 1970

·         Club Olaya Herrera 1971

·         Talleres Tico 1973

·         San Carlos 1974

·         Percal F. C. 1975

·         Bic. 1976

 

 

 


 
 
 
 






Cincuenta años en Bogotá

Eduardocelis (1970-2020)

 





Cecilia y Luis llegaron sorpresivamente al Barrio San Antonio de Bogotá

  




 
 
 
 
 

 
 
 
José Eduardo Celis López

 

 CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 
 








Creó un equipo con sus amigos de barrio al que llamaron América, que se llevó el torneo de la ciudad.
 









Ll
egó al aeropuerto de Barajas y sin pausa viajaron a Getafe, tras pernoctar en Madrid se instaló en Getafe con su familia.

Libro sobre un goleador de fútbol
COMO SER UN GOLEADOR
DE FUTBOL
Por: José Eduardo Celis López







¡Téngale miedo a los vivos!
gritò Luis



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA




La vida también hace parte de la muerte, tenemos que aprender a aceptarla



Su figura es elegante, su sonrisa es artística, su voz es fuerte, varonil, su mirada es viva y es dueño de una gran habilidad para comunicarse con los demás









Hasta que el azar lo llevó, a principios de los setenta, al barrio San Antonio de Bogotá, donde la suerte y algunas mujeres le abrieron las puertas y cambiaron su vida para siempre.










1970-2020











En el apogeo de su carrera, en las décadas de 1976 a 1994, algunos lo señalaron como el jugador y goleador más importante del Bic




Como Ser Un Goleador de Futbol un libro para goleadores elaborado por Jose Eduardo Celis Lopez
 

 





EDUARDOCELIS 














Luis









Fernando se quedó quieto en un rincón




Detalles de la vida del Rey del despecho


EL JUGADOR







CONTRATADO POR EL BIC






NUNCA ENCONTRÉ ALGO QUE ME APASIONARA TANTO COMO HACER UN GOL


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA



SITIO OFICIAL











  




 


 
 
 
 













José Eduardo Celis López


















 
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 
 









Bogotá histórica y moderna


En el centro de Bogotá descubren una mole de edificios que se alinean formando una selva de cemento



U. Javeriana



Celis López campeón y goleador

 



Celis López DT campeón Bic




Gol Celis
@golcelis
 
 


golcelisVolumen II de 2024

 

COLOMBIANA CELIS

@COLCEL

COLOMBIANA CELIS

BOGOTA   colcel 2024

Cincuenta años en Bogotá una novela de amores escrita por José Eduardo Celis López de Colombia para América Latina.



Eduardocelis goleador Bic 1976





Eduardo Celis Lopez
@ardocelis
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goleador y campeon BIC 1976

























"Cincuenta años en Bogotá" novela de José Eduardo Celis López, una historia que nació para Colombia y America Latina.










amores






"Cincuenta años en Bogotá" novela de José Eduardo Celis López, una historia que nació para Colombia y America Latina.





LIBRO CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA POR JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ CONVERSANDO CON EDUARDOCELIS VOLUMEN II AÑO 2021. BOGOT D.C.

Eduardocelis II


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA

 

 


cincuenta años en Bogotá


joseduardocelislopezcampeòn



 BOGOTA 50 AÑOS 1970-2020
 
 











En la Plaza vieron volar las palomas, moviendo el aire con sus alas mojadas
 
 
 
 
 

 
 






Eduardo degusta el aguardiente néctar y la buena música 
 

 







Por: José Eduardo Celis López
 

 







Cecilia está pálida, el clima de esta ciudad le ha afectado su salud
 
 

 







EDUARDOCELIS GOLEADOR
 








 Un fantasma envuelto en una sábana blanca recorre la casa paterna
  








Después de la media noche Eduardo regresó a casa en compañía de los Echeverri
 








LUIS ERNESTO SUAREZ Y EDUARDO
 








JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ









Pereira, 27 de marzo de 1954
 

 







Observan negocios de música, almacenes de ropa, cafés, librerías, Iglesias, museos y el mítico Cerro de Monserrate
 
 
 

 
 






LA ALEGRIA DE VIVIR  
 








Con Doña Bertica en su mejor momento










La Atenas Suramericana está inmensamente fría y acogedora
 









FERNANDO VELASQUEZ Y EDUARDO
 








EDUARDO CELIS D.T. CAMPEON
 








HILDERBRANDO MARTINEZ Y EDUARDO
 








Ahora comienza una llovizna de nieve, que observan eufóricamente
 
 
 

 







ARMANDO CAMACHO GARCIA Y EDUARDO

 








GOLEADOR
 








GERMAN LEYTON Y EDUARDO
 
 

 
 







JANNER LOZANO Y EDUARDOCELIS

 






BIC RESTREPO









En el centro descubren una mole de edificios que se alinean formando una selva de cemento
 
 








EN LA UNIVERSIDAD JAVERIANA
 








MAGASLY CON EDUARDOCELIS
 








D.T. DE LA SELECCIÓN DEL B.I.C.
 
 

 







Respiran un aire tranquilo, sienten muy cerca el latir de corazones, perciben la presencia del amor
 
 









CON LA SELECCIÓN B.I.C. 1979








En la noche observa la lluvia de estrellas de la Urbe Capitalina
 








UNA MADUREZ FELIZ
 








SALON ROJO
 








UNA NIÑEZ SANA
 
 








Luis es enérgico y autoritario, desde muy joven ha estado metido en el taller y nunca ha tenido vacaciones

 







FERNEY EN EL D.I.M. DE MOSQUERA

 










RODOLFO UNA NIÑEZ SANA







  













LUIS MARIA CELIS EN EL BARRIO RESTREPO  
















CECILIA, RODOLFO Y LUIS 1984














Bajan por la escalera eléctrica y salen a la séptima, congestionada por la gente y el ruido
 




















El es quien le revuelve los sentimientos a Ligia dijo Isabel










































OLGA LUCIA 























LUCIA CELIS  MAGALY OLGA 
 















YUDY, RODOLFO Y DIANA
 












AMANDA Y CECILIA
 








TODO EN LA IGLESIA SAN ANTONIO
 
















De pronto Cecilia se iluminó con los relámpagos, mientras pensaba en sus seis hijos, uno por uno de mayor a menor
  









FERNEY CELIS LOPEZ EN EL TEATRO YARI

 







Durante el almuerzo dialogan animadamente
    








FERNEY CELIS LOPEZ  

  







FERNEY Y LUIS
 
















Luis se recostó en la cama y duerme profundamente mientras penetra un rayo de sol por la ventana de enfrente
 

  







LUCIA CON AMANDA Y CECILIA
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 EN EL PLANETARIO

 







EDUARDO CELIS EN SOACHA
 
 

  







CELIS LOPEZ FAMILIA
 

 






Levantó la cabeza y miró el cielo Bogotano que llovía estrellas
 
 
 
 

 
  

FERNEY CELIS LOPEZ
  








 ALBERTO LOPEZ Y LUCIA CELIS LOPEZ









La gente Bogotana es culta y muy elegante concluyó Cecilia
 
 









  JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ
  









joseduardocelislopez

























RODOLFO














CELIS REINA















Al otro día Luis se levanta hablando fuerte, como para que todos escuchen
 






 


 











1974





























OLGA



















ABOGADA
  









ALBERTO LOPEZ Y LUCIA CELIS DE LOPEZ









Cecilia comparte un café en compañía de Fernando















LIBRO









CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA
 







 








EDUARDO CELIS
 
 
 

 
 







EDUARDO, MAGALY Y FERNEY
 








Cincuenta años en Bogotá

 
 









Al medio día caminaron hacia la plaza de Bolívar

 







 EDUARDO, YUDY Y CECILIA
  
 

 







 FERNANDO, RODOLFO Y FERNEY
  








YUDY, MAGALY, OLGA, LUCIA, RODOLFO Y DIANA

 






A esa hora el sol les daba por la espalda, un sol desfigurado por las nubes de los cerros orientales
 

  






EDUARDO Y YUDY
 







 YUDY, EDUARDO, DORA Y OMAR
 
 

 





Ella tiene una apariencia sexagenaria y a Luis los años le pasan por encima

 





 YUDY, CECILIA LUCIA, OLGA Y MAGALY
  






YUDY, EDUARDO, RODOLFO Y DIANA
 









CECILIA Y LUCIA
 








 







EDUARDO Y CECILIA
 
 








Lloviendo y haciendo sol, son las gracias del Señor, exclama Cecilia

 




 LUIS

 








 YUDY Y ELSA

 
 
 







Hay que saberla vivir, estamos en la Capital y está todo por hacer, dijo Cecilia para animarlo

 
 






 SUSANA PAOLA Y OLGUITA
 

 
 
 






 OBDULIO REINA EN EL PLANETARIO (1981)
 
 
 

 
 






 CECILIA Y LUCIA EN EL RESTREPO (1982)
 







 LUCIA, CECILIA Y EDUARDO (1986)
 

 






 CECILIA LOPEZ DE CELIS (1984)
  








EDUARDOCELIS (1994)











Fernando se quedó en la cama y estuvo haciendo planes alegres en su pensamiento
 
  







Cecilia cubre sus manos con las mangas del abrigo y tiene los labios congelados
  




 





EN EL RESTREPO 
 








Pisaban el pavimento, como dos niños jugaban y cantaban disfrutando el hielo Capitalino
 





 






 FERNANDO Y FERNEY EN EL RESTREPO











 (1984)
  








LUCIA, CECILIA Y AMANDA EN EL RESTREPO (1982)
 



 







 EDUARDOCELIS Y ANA YUDY REINA (1982)







  







Aparece la guitarra de Alberto López interpretando a unos ojos, cosas como tú, plazos traicioneros, mar y cielo
 

 






YUDY EN EL RESTREPO
 




 











 CECILIA, AMANDA, YUDY. EDUARDO Y LUCIA (1985)






  






YUDY REINA Y EDUARDOCELIS (1981)






 
 





Cecilia tiene sus ojos negros, su cabello corto ondulado, la mirada firme con la frente siempre en alto. Luis tiene su voz fuerte, varonil y su sonrisa artística
 
 







 EDUARDOCELIS BIC RESTREPO (1979)





  





GUSTAVO Y OLGA
 
 









Suben a un restaurante frente al palacio de justicia, conversando sobre el taller y el comportamiento extraño de su hijo Fernando
 
  







Cecilia tiene sus ojos negros
 












CON INGRITH
 
 









OLGA Y OLGA









 





Ya han pasado cinco años desde que Luis trasladó el taller de Calarcá, a la vieja calle sexta de Bogotá
 
 

  





Está demasiado apegado a su hogar
 











LUCIA, EDUARDO Y DIEGO
 








GOLEADOR B.I.C.
  








JANNER Y EDUARDO
 








Luis asume una actitud alegre, ella levanta la frente y se alisa su pelo
 

 
 






 El matrimonio es muy importante
 
 







EDUARDO, ALONSO Y AUGUSTO
 








EN LA CEJA












EDUARDO CON LILIANA Y YUDY
  








Yudy salió con sus dos sobrinas
 











A Luis los años le pasan por encima
















En la tarde regresan a casa por las mismas calles mojadas

 





OLGA LA TIA

  






Ferney dice que la muerte no existe
 

 





PAOLA Y OLGA
 






Y fueron felices…
 
 

  






Eduardo llegó temprano a la oficina
 







Un nido de amor
 
 






Conversando con Eduardocelis













joseduardocelislopez
























Luis María Celis Rey
Cecilia López de Celis
Diego Celis López
Ferney Celis López
Lucia Celis López
Luis Fernando Celis López
José Eduardo Celis López
Amanda Celis López 
Olga Lucia López Celis
Luz Magaly López Celis
Adolfo Mauricio López Celis
Rodolfo Celis Reina
Diana Esperanza Celis Reina
Susana Paola Velásquez Celis
Volumen II año 2021
 





 


 










joseduardocelislopez









 







Los idus de marzo
 















Gabriel García Márquez



















Nació el 6 de marzo de 1927 en Aracataca Magdalena, creció con sus abuelos maternos, a los cinco años sus padres, se fueron a vivir a Sucre, en donde abrieron una farmacia.
A principios de 1958 escribió: 
“El general Marcos Pérez, dictador de Venezuela durante diez años, se había fugado para Santo Domingo al amanecer. Sus ayudantes habían tenido que izarlo hasta el avión con una cuerda, pues nadie tuvo tiempo de colocar una escalera, y en las prisas de la huida olvidó su maletín de mano, en el cual llevaba su dinero de bolsillo: trece millones de dólares en efectivo. 
 
 










Unos quince años después, a partir de ese episodio y sin dejar de evocarlo, escribí El otoño del patriarca. 
Mi primer texto para aprender a descifrar el misterio fue Los idus de marzo. Como lo saben quienes la han leído, la novela es la reconstrucción literaria de los últimos años de la República Romana y de la propia vida de su dictador, Julio César. 
El pretexto del relato, en torno del cual se construye, es una fiesta ruidosa que Clodia Pulcher y su hermano ofrecían en honor de dos varones ilustres: Julio César y el poeta Cayo Valerio Cátulo. 
Es una licencia literaria, porque el año de la fiesta, que era el 45 antes de Cristo, Cátulo debía tener unos ocho años de muerto. 
 
 










Pero un escritor grande como Thornton Wilder no podía detenerse en esas menudencias racionalistas. "Cayo murió con un coro de Edipo en Colona", decía el relato.
Antes de Los idus de marzo, lo único que yo había leído sobre Julio César eran los libros de texto del bachillerato, escritos por los hermanos cristianos, y el drama de Shakespeare, que, al parecer, le debe más a la imaginación que a la realidad histórica.  
 
 

 






Pero a partir de entonces me sumergí en las fuentes fundamentales: el inevitable Plutarco, el chismoso incorregible de Suetonio, el árido Carcopino y los comentarios de guerra del propio Julio César. A fin de cuentas, Los idus de marzo es sólo una hipótesis sobre la personalidad de César. Pero es una hipótesis que tal vez supere la realidad. El 15 de marzo del año 44 antes de Cristo, todo el mundo en Roma sabía que a César le iban a matar.  
Todo el mundo menos él mismo. Cualquier parecido con cualquier otra historia, viva o muerta, será pura coincidencia”.
 


 
 







luis y cecilia
















UNA JUVENTUD EXITOSA

 

















JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ














AMOR ETERNO












AMOR ETERNO











 






SITIO OFICIAL

  



 
JOSEDUARDOCELISLOPEZ
 





1975







cincuenta años en Bogotá










joseduardocelislopez









 


 
 
José Eduardo Celis López







 CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA

















1970-2020



 
 
 



GOLCELIS DE PEREIRA


















1970

















joseduardocelislopezcampeòn

joseduardocelislopezcampeòn

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No es nada malo dijo Cecilia con voz calmada, no tengas miedo, deje la luz prendida para que no tenga más ofuscaciones.

 

 







Al otro día Cecilia está aseando la terraza y observa como una avecilla se asoma por encima del muro del lavadero, sonríe y guarda silencio. La observa a cada instante parece que le incomodara con su canto. La mañana se torna lluviosa y plomiza.

 

 



El aire levanta sus vestidos de seda y los hace reír. Se juntaron en un fuerte abrazo con la mirada fija en sus ojos. Mientras un rio de agua viva corre entre sus dedos.

 

 




En la terraza Fernando hace muecas como si se le desprendiera la cabeza. Fernando sufre de un movimiento sintomático producido por la contracción de los músculos del cuello.
  
Y se encontró de pronto solo en la casa vacía.




CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA



march 2011

 

 

CAPITULO I

AMOR PLATÓNICO

 

 


















Cincuenta años en Bogotá







CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 



1970-2020 




1992






EDUARDOCELIS

 


 

 

 




Cecilia y Luis llegaron sorpresivamente al Barrio San Antonio de Bogotá.

 


 

En la noche observan la lluvia de estrellas de la Urbe Capitalina.

Ven pasar los trolebuses por la Caracas con sobrecupo de pasajeros.

El frío penetró sus huesos y los obligó a entrar a Casabianca.

Allí encontraron su amor platónico.

Llovió toda la noche y Cecilia tosió insistentemente.

Ya todos estaban durmiendo.

Poco a poco fueron acomodándose al nuevo ambiente familiar. Ella tiene una apariencia sexagenaria y a Luis los años le pasan por encima.

 


 

Luis cuenta con cincuenta y cuatro años y Cecilia con cuarenta y seis, parece mayor.

Cecilia tiene sus ojos negros, su cabello corto ondulado, la mirada firme con la frente siempre en alto.

Luis tiene su voz fuerte, varonil y su sonrisa artística.

Escuchando el salpicar del agua se quedaron dormidos.

Por la mañana volvió a llover y cuando despertaron se alcanzaba a sentir la leve llovizna. Cecilia no está acostumbrada a este frío y Luis se encuentra aclimatado.

 


 

Los vidrios de las ventanas se oscurecieron y resbalaban gotas como de gruesas lágrimas.

De pronto ella se iluminó con un relámpago, mientras soñaba con sus seis hijos.

Todos eran de Pereira menos la menor que vino de Armenia, todo comenzó en Calarcá, recuerda ella.

Al medio día caminaron hacia la plaza de Bolívar. Cecilia va feliz.

Las calles mojadas dejan escapar vapor, al contacto del sol con el betún del asfalto.

 


 

En la Plaza vieron volar las palomas, moviendo el aire con sus alas mojadas.

Cae una pertinaz lluvia.




Cecilia cubre sus manos con las mangas del abrigo mientras
Luis la abraza suavemente.

Pisan el pavimento mojado, disfrutando el hielo Capitalino.

La Atenas Suramericana está fría y acogedora. Las calles están inundadas.

 


 

En el centro descubren una mole de edificios que se alinean formando una selva de cemento.

Suben a un restaurante, conversando sobre el taller de mecánica y el comportamiento de su hijo Fernando.

 

Durante el almuerzo dialogan animadamente.

Cecilia está tranquila y Luis muy animado. Ella levanta la frente, sonríe francamente y se alisa su pelo.

 


 

Luis asume una actitud alegre y levanta su copa dando un brindis. Ya hace cinco años que no compartían juntos, desde que Luis trasladó el taller de Calarcá, a la vieja calle sexta de Bogotá.

La vida les dio otra oportunidad.

Bajan por la escalera eléctrica y salen a la séptima, congestionada por la gente y el ruido.

 



 

Observan negocios de música, almacenes de ropa, cafés, librerías, Iglesias, museos y el mítico Cerro de Monserrate.

Ahí comienza una llovizna de nieve, que observan eufóricamente.

Lloviendo y haciendo sol, son las gracias del Señor, exclama ella.

En la tarde regresan a la casa por las mismas calles mojadas. A esa hora el sol les da por la espalda, un sol desfigurado por las nubes de los cerros orientales.

 



 

La gente Bogotana es culta y muy elegante, concluyó Cecilia.

Luis se recostó en la cama y duerme profundamente, mientras penetra un rayo de sol por la ventana de enfrente.

Cecilia comparte un café en compañía de Fernando. Respiran un aire tranquilo.

Sienten muy cerca el latir de corazones, perciben la presencia del amor.

 



 

Es muy rebelde, Cecilia lo conoce bien desde que era niño, pero nunca ha entendido la razón de su rebeldía.

Una tarde en Calarcá tiró la cama, las cobijas, las almohadas y el colchón al patio, recuerda Cecilia.

Fernando se rio y Cecilia lloró en silencio, hasta agotar sus lágrimas.

No pudo levantarse pues tenía una pierna inflamada.

Se encuentra aprisionado dentro de su propio cuerpo, dice ella.

Después de tomar el café guardaron silencio por un buen rato.

 

 



 

La llegada a Bogotá les ha regresado la ilusión de una nueva vida.

Fernando encuentra la punta de sus deseos, dice que quiere estudiar en lugar de trabajar.

Nadie puede ayudarlo, todos están en el rebusque, quieren salir adelante por sus propios medios.

Llegada la noche las luces en Casabianca se apagan, dejando ver las estrellas fugases recorriendo el firmamento Bogotano.

 



 

 

Solo se oye un aire tibio que entra del patio y el rezongar de un pajarillo, que hace nido encima del lavadero.

Al otro día Luis se levanta hablando fuerte, para que todos escuchen.

Aquí se acostumbra trabajar o estudiar o ambas cosas a la vez, gritó.


Fernando se quedó paralizado en la cama, pareciera que se muriera cada día una parte de su cuerpo.

 


 

Los demás se movilizan al oír la voz fuerte de Luis.

Luis es enérgico y autoritario, desde muy joven ha estado metido en el taller y nunca ha tenido vacaciones.

Fernando se quedó en la cama y estuvo haciendo planes alegres en su pensamiento.

 


 

Trabajar y estudiar es su objetivo.

Comenzó a llenarse de sueños y a darle vuelo a sus ilusiones.

Fue formando un mundo alrededor de la enseñanza que le inculcaron.

La vida es dura aquí, es difícil vivir, exclamó saltando de la cama y soltando una risotada.

Hay que saberla vivir, estamos en la Capital y está todo por hacer, dijo Cecilia para calmarlo.

Fernando la escuchó, salió al patio, sintió muy cerca ese amor platónico.

 


 

Levantó la cabeza y miró el cielo Bogotano que llovía estrellas.

Hubiera querido ver los cerros, pero allí no había árboles.

El viento arrastra las nubes y se oían murmullos de voces que salían de los techos.


Vagó por los alrededores de Casabianca, organizando sus ideas.

Fernando cerró los ojos y abrió en llanto, tenía reprimido un sentimiento de tristeza en su alma.

En la pequeña ventana del altillo, vio una sombra larga y descorrida hacia el techo que daba vueltas y se movía como la llama de una vela y se oían sollozos confundidos con la lluvia.

 


 

Recorrió con su vista todas las ventanas que estaban cerradas.

Observó de pronto que las cortinas se movieron suavemente.

Estaba triste, salía y entraba de su cuerpo, sintió frío y entró. Después se escuchó una serenata en Casabianca.




Aparece la guitarra de Alberto interpretando a unos ojos, cosas como tú, plazos traicioneros, mar y cielo.

 



 

Fernando salió y le dio la mano.

¡Con tu hermana no se puede! le dijo mientras se tomaba un aguardiente.

No se angustie más, lo tranquilizó mirándole a los ojos y sonrieron.

Fernando entró y Alberto sintió una paz interior.

Luis habló de Alberto y de la serenata, hizo reparos al noviazgo, Lucia y Cecilia no se molestan, se ven tranquilas, muy confidentes y la noche sigue en calma.

Fernando abrió los ojos y vio la luz de la mañana, queriendo entrar por la ventana.

 


 

Sonó que había dejado de existir, fue como una realidad.

Vio a Cecilia levantarse antes del amanecer, la ventana estaba entre abierta y entró suavemente.




Los días comienzan monótonos, todos se mueven sin afanes saboreando el café caliente.

Bogotá es muy grande, la gente es muy viva y hay que prepararse, dijo Cecilia a gritos porque los sentía sordos y dormidos.

Los que se duerman van a aguantar mucha hambre, hay que pensar para hablar, no mentir, trabajar y estudiar, argumentó ella con seguridad.

 



 

Ya va siendo hora de que te levantes de esa cama, le dijo a Fernando.

Déjame tranquilo contestó Fernando debajo de las cobijas, pareció dormir.

A esa hora ya había alguien en el lavadero. Quien tararea una canción con voz muy queda, resplandece el aire y el sol mueve las nubes a través de un cielo azul y detrás de él hay más canciones con esa voz que enamora.

Alberto no recuerda lo que había dicho Luis.

 



 

No recuerda nada por el efecto del aguardiente.

Muy temprano llegó a Casabianca, aclaraba el día y se iba la noche, vio como el día desbarata las sombras.

En ese instante se ve salir el sol Bogotano por detrás de los cerros orientales.

 


Fernando se levantó lentamente, está flaco y pálido, entró al baño, se lavó la cara y se reía, mirándose al espejo.

 




Luego, se le descolgó la cabeza y salió por la puerta que da al lavadero, sosteniéndose la cabeza con las manos.

 


 

Después sobrevino un sollozo, un llanto suave pero agudo, un movimiento brusco, haciendo retorcer nuevamente su cabeza encima de sus hombros.

De repente vio que el cielo se volvió plomizo oscuro, aún no aclarado por la luminosidad del sol Capitalino.

Fernando se enderezó y entró a la cocina.

Con él entró una luz tenue, no como si fuera a comenzar el día, sino como si estuviera llegando la noche.

Se sentó en un rincón y salió de su cuerpo. Alrededor del patio se perciben pasos que rondan la cocina, como gatos en la oscuridad.

 


 

Siente sus manos en el cuello las suaves manos del amor platónico, de pie en el umbral, delgada, de pelo corto que roza sus hombros, de cara pequeña, ojos claros, así la percibe.

 





Su cuerpo atravesado impedía ver la llegada del día, a través de su vestido, observa pedazos de cielo y debajo de sus pies destellos de luz.

 




Detalles tan pequeños que llaman la atención, sus ojos, sus sonrisas iluminan su rostro inmaculado.

 




Una luz que ilumina todo, como si el suelo debajo de ella estuviera desprendiendo rayos.

 


 

Fernando despertó, abrió sus ojos negros penetrantes que estaban llorando todavía, nadie lo entiende, nadie le cree, sentía un rencor vivo.

 




Cecilia está triste, se queda mirándolo y no puede resistir la escena.

 




Entonces ella se dio vuelta. Apagó la luz de la cocina, cerró la puerta y rompió en sollozos.

 




En un instante Cecilia recuerda todo lo que pasó en Calarcá. 
Pensaron que era un problema mental dijo Luis, ella no se atrevió a asegurarlo.

 


 

Cecilia sabe lo que han sufrido desde que todo comenzó.

 






Siguieron gemidos confundidos con la lluvia y el tictac de su gallinita que camina lentamente, como si se estuviera deteniendo el tiempo.





Siempre han dicho que está loco y no lo creo, más bien
debe estar muerto en vida, dijo Luis a gritos.

 




Se resolvió por el estudio, pero falló en su intento y se retrasó por siempre, dijo Cecilia.

 


 

Sólo ellos saben en realidad, lo que había pasado en Calarcá.

 




Al llegar al taller de mecánica sufrió un trauma mayor, un delirio de persecución que lo deprime.

 




Fernando a
brió de par en par la puerta, entró a la pieza afanado, se puso la camisa arrugada y encima se colgó un buzo con motas amarillentas que usaba desde su llegada a Bogotá.

 




El sol a esa hora es picante y cae sobre su integridad.
 Cortinas de nubes negras amenazan con caer. Al llegar frente al taller observa que Luis comienza a impartir órdenes.

 


 

¡Pobre gente!, se lamentó aferrándose fuertemente a uno de sus libros y sintió alivio al pensar que su destino ya está definido.

 




Hay pocas nubes en el cielo que está todavía azul y el aire sopla fuerte allá arriba, aunque aquí abajo hace mucho calor.




La madrugada fue apagando los malos recuerdos de Fernando. El mismo se oía el sonido de sus palabras, notaba la diferencia de este despertar.

 


 

Porque las palabras que había pronunciado hasta entonces, ya no las volvió a recordar ya no tienen ningún significado, no salen de su alma; se siente brillante; sin miedos, como se siente durante los sueños.

 




De repente la tarde se volvió gris en San Antonio. El salón de clases estaba oscuro y frío.

 






El profesor subió las gafas a su frente, cerró sus ojos azules y sobándoselos con los puños cerrados comenzó el mensaje filosófico.

 


 

En la calle se respira un ambiente hostil.

 




El crimen que comenzaba a aglomerar a miles de curiosos, en el caño del río Fucha donde flota un cuerpo sin vida, como consecuencia del fraude en las urnas, los integrantes del movimiento guerrillero ajustician selectivamente a quienes ostentan el poder. Nunca había visto un muerto, dijo Eduardo observando como Cecilia dobla su espinazo sobre el lavadero.

 




No puede explicarse por qué toda la gente estaba alrededor y ninguno hacia nada por sacarlo.

 


 

El cadáver estaba boca arriba flotando en la superficie del agua, vestido de paño gris a rayas, camisa azul y corbata roja.

 




Violentamente asesinado, rígido, inmóvil, abotagado, con protuberancias en la frente, los labios pálidos, el rostro macilento, con muecas de sufrimiento.

 




La gente dice que le dictaron la pena capital tras consultas con el pueblo.

 




Es una guerra entre los del brazo armado de la izquierda y los de la extrema derecha.

 


 

Esta es la guerra política, dijo Cecilia que termina de colgar la ropa en las cuerdas del patio.


Se apropiaron de la espada de Bolívar y van a matar a todos los opositores, gritó Eduardo recogiendo el balde del suelo y tomando a Cecilia del brazo la condujo a la cocina, en donde degustan el arroz con frijoles.

 




Allí está Fernando, pálido, callado, al lado de Cecilia, son inseparables. Se necesitan, se quieren, la enfermedad es compartida, se fundieron en su pasado.

 




Sufren mucho y no saben por qué, talvez de tristeza.

 


 

Había oscurecido y Fernando prefiere ver a su madre viva no muerta como la había visto en su último sueño.

 


Cecilia también le sirvió arroz con frijoles. Suspira mucho y cada suspiro es como un sorbo de vida que se le va.

Y aunque no había niños jugando, ni palomas, sintió como si estuviera en Calarcá.

 

Fernando comparte solamente el silencio.

Porque su cabeza está llena de ruidos y de voces raras.

De voces extrañas y aquí, donde el aire es escaso, se oyen mejor.

 


 

 

Se quedan dentro de su ser.

 


Se acordó de lo que le había dicho su madre en Calarcá Allá me oirás mejor.

 

Estaré más cerca de ti y encontrarás más cercana la voz de mis recuerdos que es la de mi espíritu, si es que alguna vez mi espíritu ha contactado con el tuyo.

 

Mi madre no está muerta sino viva, afirmó Fernando.

 

 

 

José Eduardo Celis López

 

 

 


 












CAPITULO II

AMORES CELESTIALES

 



 


 

 

 

Eduardo corre en el Parque Nacional, presuroso, un escalofrío recorre todo su cuerpo, cala sus huesos, da vueltas a la glorieta, mira por entre los árboles con ansiedad, busca por la orilla de la quebrada, hasta que no aguantó más y se desmoronó totalmente sobre uno de los asientos, con las piernas abiertas expuestas al sol.

 


 

 

Allí lo envío lázaro el amigo de Luis y su mejor cliente.

 

Nunca en su vida había tenido la experiencia de encontrarse con personas extrañas para hablar de negocios.

Ahí estaba un Señor Moreno, calvo, de rostro fresco quien le extendió la mano sonrientemente.

-¿Cuántos años tienes? Indagó.
Veinte años, voy a cumplir.

 


 

-¿Con quién vives?
Con mis padres y con mis hermanos.

-¿Que estudio tienes?
Soy bachiller, contestó Eduardo extendiendo el diploma.

 

El hombre revisó su contenido, se acomodó sus mancornas y el pisa corbata de oro y le dijo aquí está Ligia, con ella se va a entender de ahora en adelante.

 

Eduardo se impactó ante la presencia alegre y sonriente de la mujer. 

 

Ella sacó de su bolso de cuero un paquete de cigarrillos y se llevó uno a su boca de rubí, dejando escapar un bucle al aire.

 


 

 

 

En la tarde, Fernando sintió que está aturdido por el sonido del compresor y salió del taller presuroso a buscar tranquilidad en Casabianca.

 


Al entrar se encontró con su amor platónico.

Atinó mirarle con ternura sus ojos negros y hechiceros, su frente amplia, su preciosa boca, su pelo suave que cae sobre la espalda hasta la cintura de muñeca.

Sintió de cerca su aire de gitana con espíritu llanero.

 


 

Se sentó en un rincón de la cocina a tomar tinto con Cecilia, salió temprano del taller le dijo ella dando una mirada juzgadora por encima de sus gafas y cerrando la puerta le indagó sobre lo que le había ocurrido con Luis en el taller.

 


Fernando le contó que estaba muy aburrido con el trabajo en el taller y que no soporta los ruidos.

¡tomémonos otro tinto! dijo Fernando, para eso tengo a mi mamá viva!, exclamó con alegría.

 

 

Fernando habló de sus años en Calarcá y recordó lo feliz que pasó con sus tías en Pereira, me gustaría regresar dijo con nostalgia.

 


 

 

Cecilia también recordó a su querida Pereira, se pusieron de pie, sintieron alegría en su corazón y sonrieron.

 

Entraron a la alcoba tomados de la mano, como si se olvidaran de sus tristezas, entre tinto y tinto, miradas, sonrisas y mensajes subliminales, se regocijaron en una tranquila tarde.  

 

Al día siguiente Eduardo llegó temprano a la oficina de la Presidencia del Banco.

Se comprometió con la secretaria a traerle un paquete de bonos, para consignar en la cuenta bancaria. Aclarando que se debía entregar un porcentaje en efectivo.

 


 

De inmediato se iniciaron las diligencias y el intercambio de bonos por dinero en efectivo.

 

No estarás en el Banco solo para ganar dinero, le dijo Lázaro muy serio, sino para aprender la profesión y cuando ya sepas algo, entonces podrás ser gerente.

Por ahora eres sólo un aprendiz bancario; quizá mañana o pasado llegues a ser tú el jefe.

 

En el segundo piso se encuentra la oficina de Eduardo, cerca de la gerencia, en donde coordina las operaciones. 



 

Mientras tanto en Casabianca promediando la mañana Lucia se encuentra planchando y doblando ropa, de repente apareció Alberto quien la busca presurosamente.

 

Tan pronto se encuentran se funden en un abrazo y un beso, sin mediar palabras como nunca lo habían hecho.

 

Sellaron para siempre un amor infinito, por encima de cualquier consideración. Cecilia está feliz de ver a su hija feliz. Él era su luz y se convirtió en sombra y hecha sombra se marchó al olvido,
todo ese amor se quedó escondido en lo más recóndito de su alma. 



 

En una decisión insólita, Luis estuvo de acuerdo con que se normalizaran las relaciones de Lucia con Alberto, Luis les manifestó que tomaran la decisión, sin necesidad de consultarle.

 


Eduardo comienza una etapa exitosa, a partir del momento que empezó a trabajar con el Banco, no le volvió a faltar dinero en sus bolsillos.

Después de hacer oficio todo el día Lucia le dijo a Alberto suavemente. Te espero en el patio de la casa, para que hablemos de lo nuestro.

 


 

Allá en la parte trasera de Casabianca frente al lavadero, se encontraron ante una realidad preparada para la ocasión.

¿Qué es lo nuestro? Preguntó Alberto, cautelosamente.

 

Nuestro matrimonio, contestó ella levantando la voz al tiempo que lo apretó fuertemente contra su pecho.

 

De inmediato Alberto sacó de su chaqueta de cuero un fino estuche y colocó delicadamente una argolla de oro en uno de sus dedos y otra en uno de los suyos.

 


 

 

¡Salud! Dijo levantando la copa de champaña. ¡Salud! contestó Lucia.
Él era una luz y se convirtió en su sombra, una sombra que aún hoy la persigue.

 


Llovió toda la siguiente semana y en medio de la lluvia   nacieron amores imposibles y murieron amores posibles.



 

Una mañana de esas premonitoria en el Restrepo amarteladamente en la terraza se estrechan dos pardillos asustadizos.

Los flirteos alcanzaron a advertir la atención de los intrusos.

Cerca de la cocina lograron un galanteo trivial y al notar su presencia, bajaron el tono de su amorío.

 




A través de la ventana de la cocina se escucha la voz de Cecilia conversando con Fernando quejándose de la imprudencia e insensatez de Luis. Ella le dice que ya es hora de irse acostumbrando. 

Cecilia lo conduce al comedor debajo del cobertizo y con fascinación contemplan una cesta que contiene un ramillete de radiantes flores y azucenas de diferentes colores, brillantes, con tallos altos y verdes hojas.

Espectacular momento de satisfacción que les produce un entusiasmo profundo y los une en un espontáneo abrazo.

 


 

El suceso de esta mañana ha quedado plasmado en la base de la maceta que contiene el adorno floral.

 

Descubren una etiqueta con el membrete y rubrica propios de Amanda, que se adelanta de esta forma en la conmemoración del día de la madre, próxima a celebrarse.


Cecilia elogia el afecto de Amanda con este hecho trascendental. ¡Nunca me habían regalado flores! exclamó dichosa y feliz.




Como ocurría siempre, Cecilia mira el cuadro de las ánimas benditas y agradece en voz alta por los favores recibidos.

 


En el día de hoy era mucho lo que tenía que agradecer.

 


Seguidamente como por impulso Eduardo sacó de su dedo una argolla de oro que le perturba y la colocó delicadamente en el anular de Cecilia,
para sepultar la propuesta que tanto le atormenta.


Sabía que a Cecilia le gustan las joyas

y se fue al empotrado armario gritando soy libre no quiero casarme.

 


 

Esperaron a que terminara el rosario para que Cecilia sirviera la comida. A nadie más esperaban a esa hora de la noche.

 


Como siempre Fernando comía muy rápido casi sin masticar y al tiempo que manducaba los alimentos soltaba cortantes risas nerviosas. 

Este era un momento sosegado y apacible para compartir una bandeja paisa, oyendo a Cecilia recontar historias de su natal Pereira y en su largo peregrinaje por Calarcá.




Escampó después de las nueve de la noche. Todo está tranquilo en el Restrepo, Cecilia se esmera por atender a Fernando para evitar alteraciones de su personalidad.


Eduardo volvió a su cuarto y empinándose observa a través de la ventana el accionar retraído de la avecilla que inocente respinga en busca de calor paterno.

 

Aún no se percata de las consecuencias fatales que le esperan por el inminente destino.



La avecilla voló sin rumbo conocido dejando su nido abandonado.

 
Cecilia asegura que ya se aclimató al frio Bogotano, dice que en los últimos años han cambiado muchas cosas, Lucia es madre de dos niñas, Amanda funge como enfermera, Diego se encarga del taller y Ferney adelanta su vocación de jurisconsulto. Dice que ninguno se ha acostado con hambre, todos gozan de los beneficios de manutención de Luis. 

No importan las necesidades básicas, lo que en realidad los une es la tolerancia por los procederes de los demás. 

Es la misma historia de siempre, comentó Eduardo.



 


Si, pero Luis produce para todos sin que hasta el momento alguien se atreva a coger las riendas de esta casa, replicó Cecilia quien esconde sus piernas debajo de la mesa.  

 


Automáticamente Eduardo recoge del mesón dos recibos de servicios para hacerse cargo de su pago.

 

Esta es la primera muestra del compromiso que en adelante asumirá con su familia. 

Antes que Cecilia se esconda en la inmensidad de Dios, detrás de su Divina Providencia, donde ya no pueda alcanzarla ni verla y adonde no pueda volver a escuchar sus palabras, balbuceo Eduardo.






A través de la ventana penetran los aires armónicos de aquella hermosa avecilla de fino pico y pequeños ojos verdes que retoza encima del lavadero, ávida de afecto, galanteando abiertamente como si no advirtiera su destino infame.
En la terraza Fernando hace muecas como si se le desprendiera la cabeza. Fernando sufre de un movimiento sintomático producido por la contracción de los músculos del cuello.  
Y se encontró de pronto solo en la casa vacía.



 

La ventana de la casa abierta al cielo le permitió ir y venir de nuevo libremente como un espíritu.

 


Los huesos de su cara están forrados por un pellejo curtido por sus treinta años de existencia, de los cuales los últimos diez han sido marcados por una rara incapacitante y dura enfermedad.

No se supo nunca el verdadero origen de su enfermedad que lo tiene prácticamente enajenado.

 


Cecilia recuerda con perspicuidad el ataque de paranoia que tuvo esa mañana en Calarcá, dejando todo al sol y al agua, luego de patearlo con tosquedad y en la noche llegó calmado, como si no hubiera pasado nada armó de nuevo su aposento, comió y se acostó sosegado. 



 

El viernes Eduardo llegó a la taurina, esa noche estaba alborotada por las fiestas decembrinas, en un rincón se encuentran los Echeverry, famosos por sus intervenciones en asuntos ilegales, de lejos los saludó con una venia.

Eduardo se acomodó en la barra a degustar el néctar y la buena música.

 

 


 

La taurina estaba a reventar desde tempranas horas, sus luces y colores daban un aspecto carnavalesco, hombres y mujeres gritaban alborozados. Ahí se encontró con Manuel su gran amigo de colegio y Carlos su hermano.  

 

Eduardo se entusiasmó por el buen ambiente y comenzó a cantar fuerte, tras el sonido de los altoparlantes.

 

Cuando sonaban los aretes que le faltan a la Luna irrumpió Yudy, su gran amor que departía muy cerca, con su hermano Omar y sus sobrinas Yaneth y Liliana que estaba de cumpleaños.



 

Él se quedó mirándola, le llamaron la atención sus cabellos largos y sus ojos claros, tímidamente trató de tocarla, pero ella instintivamente retrocedió, para volverse a él presurosa.

 

Eduardo se animó a bailar tomándola por la cintura fuertemente.

 


Desliza sus manos por toda su humanidad y su hechizo pelo, disfrutando cada instante de este encuentro inesperado y ahora se ubicaron en el centro de la pista, en un apretado baile sinigual.



 

 

Al término de la melodía, respiraban muy cerca, cara a cara, ella en un arrebato de pudor le dijo jadeantemente ¡no me beses! entonces como por instinto Eduardo la besó, sellando ahí este encuentro casual y definitivo.

 


Ella se retiró a su lugar, llevando los nervios de punta, abrumada y ansiosa.

De inmediato se armó la bronca, se formó una monumental trifulca a un lado de la pista, inesperadamente estuvo en peligro la vida de Eduardo,

 



 

Absurdamente recibió el ataque feroz de cuatro bandidos, a medias logra repelerlos con una botella que trata de romper contra el filo de la barra.

 


La oportuna intervención de los Echeverry evitaron su linchamiento, lo defendieron y con revolver en mano repelieron el ataque.


Después de la media noche Eduardo regresó a la casa en compañía de los Echeverry. El menor de ellos, el más sagaz en el manejo de armas que lo convierte en un peligroso atracador nocturno, ladrón de bancos, maleante obstinado, le dijo lacónicamente ¡Cuídate mucho, diablo!, no te metas en problemas, cuídate hasta de nosotros.



 

En las penumbras estalló una carcajada. Hace presencia un fantasma envuelto en una sábana blanca que recorre la casa paterna en forma misteriosa. Eduardo se recogió en un rincón de la cama, pensando que se trataba de su hermano Fernando que había recaído en sus manifestaciones de excentricidad.


No es nada malo dijo Cecilia con voz calmada, no tengas miedo, deje la luz prendida para que no tenga más ofuscaciones.

 

 


 

Entonces Eduardo dejó la luz del cuarto prendida, sin duda su estado de intoxicación etílica le había jugado una mala pasada.


¡Téngale miedo a los vivos! gritó Luis.

 


Fernando se quedó quieto debajo de la escalera, sus ojos brillaban y su rostro dibujaba una sonrisa.

No se preocupe, dijo Fernando que observaba la escena de lejos, lo cierto es que un amigo vino a despedirse, cuando alguien muere, su espíritu sale del cuerpo y hace un recorrido, acotó gesticulando.



 


 

Eduardo lo miró perplejo, tenía la idea que el fantasma era su hermano, su mirada inalterable le producía espanto.
Eduardo se durmió y Cecilia apagó la luz. El espíritu perturbador termina su recorrido y la noche pasó volando.

 

Al otro día Cecilia está aseando la terraza y observa como una avecilla se asoma por encima del muro del lavadero, sonríe y guarda silencio. La observa a cada instante parece que le incomodara con su canto. La mañana se torna lluviosa y plomiza.

 

 


 

Por más que estuvieron muy cerca la una de la otra no fue posible que se tocaran sus corazones.

¡Qué haces! dijo Yudy en la mañana, al ver que Eduardo la seguía.

Era el primer día del noviazgo y
Yudy salió con sus dos sobrinas y las acompañó hasta la escuela, era muy temprano.

 


 

Yudy hace este recorrido con sus sobrinas todos los días, como también Eduardo estaba dispuesto a hacerlo mil veces y así se fueron conversando por la Caracas. hasta dejarlas en el salón de clases.

 


Entraron al planetario a tomar un café y se comprometieron totalmente.

Cuantas veces quise estar compartiendo mi vida con una persona tan bella, le dijo Eduardo.

 


 

Luego Judy quedó en la casa con Flor y Eduardo se introduce en un trolebus para llegar temprano a su trabajo en el Banco.

 


Pensando que ha encontrado la mujer ideal. la que más lo quiere después de su mamá.

 

En ese momento a Eduardo se le ocurrió pensar que ahora si estaba enamorado y que quería casarse con Yudy.

 


 

Pensó comprar las argollas de matrimonio, aun no tenía nada preparado, era muy prematuro pensarlo y hasta hace muy poco dijo que no se quería casar y que tenía toda la vida por delante.

 

Al otro día apareció Yudy en su casa y le dijo que no se preocupara por el matrimonio, que pensaba irse para donde su tía en Honda.

 

 

Se entregó totalmente a luchar por su amor, mil veces repitió que se casarían y muy pronto y le dio la posibilidad de ir a Honda, manteniendo su trabajo en el Banco.

 


 

Eduardo soñó con tener hijos una niña y un niño que le dijeran ¡papito papito¡ y adelanta con Alberto la confección del vestido de novia con una cola larga, blanca y radiante.

 

En el mes de abril fueron a Honda con toda la familia.

Yudy le confesó que también quería tener hijos suyos.

Disfrutaron animadamente en Honda que tiene un calor y un ambiente que amaña.

 


 

 

Después se casó con Yudy y fueron felices y tuvieron dos hijos en una luna de miel inolvidable.

 

Yudy es la mejor de todas, la mas completa para todo, muy juiciosa y les entregó toda su juventud hasta nuestros días es ella blanca, radiante, de cara preciosa de ojos claros y con diecinueve años.

Cuando se hicieron novios primero pasaron dos años, después se casaron por la iglesia católica.

El matrimonio le vino muy bien a Eduardo, se consolidó en el Banco, y disfruta todo instante, le gusta más que levantarse tarde.

 


 

La vida en pareja les llegó como anillo al dedo la pasan muy bien, bailan, se divierten y les gusta vivir independientemente, sin tener que recurrir a la familia.

 

Yudy es sensacional cada día se quieren más, más y más, es una aventura muy emocionante, juraban amor toda la semana, Eduardo le dice te quiero, te quiero, te quiero.

Muchas veces van a la pizzería y le llevan pizza a los dos hijos. Les encanta tomarse fotos en familia con los niños.

Van construyendo un nido de amor, comparten un amor que nunca muere.



 





 


En el Restrepo el sol entró a la casa sin abrir la ventana, en la pajarera ya se escucha el canturreo de la avecilla que tanto ha alegrado el ambiente, su música puede más que la tozudez de sus contrincantes, es el símbolo de amor puro, tierno y seductivo que profesa.

 

Es una llama que nadie puede apagar. 

 

 


 

 

 

 

 

 




CAPITULO III

AMOR ETERNO





CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020  EDUARDOCELIS

 


 

 

 

 

 

 

Cecilia le dijo a Amanda que se iba a bañar y le pidió un jabón perfumado, Amanda se fue a tráeselo y cuando volvió ya estaba en el baño.


 

Ya no respondía, ¿Está usted viva? Preguntó Amanda angustiada ¡Dígame, por favor está viva o no se está bañando, voy a abrir la puerta!

Amanda abrió la puerta y se encontró de pronto sola en ese baño vacío.

Las ventanas estaban abiertas y del cielo llovían bolas de luz, de luz intensa y brillante. Solamente vio que se asomaron las manos descarapeladas que mostraban sus anillos de oro.

Cecilia, Cecilia, Cecilia! Cecilia!
contestó el eco.

 


 

Porque tiene un solo ojo le preguntó. Es que la luz es muy fuerte y no alcanzo a ver bien desde aquí.

 

Inmediatamente Amanda llamó a Eduardo para contarle lo sucedido.

 

Eduardo se asomó por la ventana y la vio ahí, brillante como el sol, moviéndose, con las manos descubiertas y sin las joyas.

 


 

Ferney las tiene dijo Amanda.

 

Luis se apuró a salir sin desayunar evitando terciar en los hechos ocurridos, trató de levantar la batería del carro y se reventó un resorte. Regresó a la casa dejó la batería en el suelo y volvió a salir silenciosamente a donde lázaro para cobrar un dinero que le adeuda.

 


Por qué lloras mamá, preguntó Fernando, pues reconoció el rostro de su madre.

 


 

No quiero que tu padre se muera antes que yo, le dijo Cecilia, pues al verlo salir cree que no volverá.

Y luego, como si se le hubieran saltado todos los resortes, se dio vuelta sobre sí misma una y otra vez, hasta que las manos de Luis la abrazaron y le dijo: tranquila aquí estaremos los dos siempre.

 

Luis llamó a Pablo, a Luis a Diego, pero ninguno contesta.

 


 

Todo lo que comía lo devolvía, ese día se pasó de cama en cama y por último llamó a Eduardo para decirle, Eduardito que puedo hacer yo y Eduardo le preguntó que quiere Papá y lacónicamente contestó: ¡morirme!

 

De ahí en adelante Eduardo estuvo a su lado cada instante junto con Alberto y Ferney en este suceso inesperado.

 

Amanda también decidió estar en la casa y recuerda muchas cosas que pasaron en la familia.

Cecilia dice que se apagó su luz.

 


La mañana llega lluviosa, plomiza, sinembargo aun se ve el reflejo de la Luna, Luis era su amigo desde su infancia y departieron cincuenta años.



 


Pobre de ella se siente abandonada. Se hicieron la promesa de morir juntos. De irse los dos para darse ánimo uno al otro en el último viaje, por si se necesitaran, por si acaso encontraran alguna dificultad. Eran muy amigos.


Alberto dice que lo quería mucho porque Luis le dio su confianza y se le llenaron los ojos de agua, Alberto salió y se fue.

 

 

Los demás se quedaron a su alrededor porque aún se sentía su presencia.




Así transcurre el más alarmante día de la partida de Luis y la agonía de Cecilia,

 

Oyeron que alguien se queja y se da cabezazos contra la puerta. Y allí estaba Luis. ¿Qué es lo que le pasa? Le preguntaron de adentro, Busco a mi papá, contestó, me dijeron que está aquí.

 

Ya se marchó y no está aquí, un silencio profundo sigue después, Luis también salió y se fue.

 

¡Cecilia no puede entender porque Luis se fue! son las cosas de Dios dijo.



 

 


Fernando salía y entraba, miró a través de la ventana y se siente como encerrado en ese patio a cielo abierto y rodeado de perros rabiosos que lo acosan.

 

Como que se le va la voz. Como que se le pierde el sentido. Como que se ahoga con un taco en la garganta.

Ya nadie lo quiere. Ya no sabe si es un sueño o es la realidad.

Metió la mano por un orificio de la ventana y alcanzó a coger una manzana, la mordió y sintió que estaba en descomposición, no había nadie allí.

 


 

 

Fernando se quedó mirando a una mujer de cabellos rizados y caderas protuberantes que entraba y salía.

 

No tenía agua, no había luz ni gas es como un destierro. No siente el pelo, no encuentra la cara y sus manos están más arriba de los hombros.

 


Sin embargo, era muy consiente que se iría para siempre,

 

Fernando se puso a orar llamando a Cecilia fuertemente, a Luis, a Diego.

Hubo un tiempo en el que estuvo oyendo durante muchas noches el rumor de la voz de su mamá.

 


 

 

Le llegaban los ruidos de su voz hasta la media noche.

 


Se acercaba a la ventana para ver si había alguien, pero estaba oscuro.

 

Nada. Nadie. Las piezas estaban solas como ahora.

Luego dejó de oír la voz. Y se cansó y se quedó dormido.

En sueños seguía oyendo voces como ecos. Con espanto oía el aullido de los perros.

 

 


 

 

Fernando no se pudo despedir de nadie, pues todos lo habían abandonado.

 


En la madrugada se fueron apagando sus recuerdos.
ya no oía el sonido de sus palabras.

 

En un arrebato de fe dijo: ¡todo está consumado! al medio día salió y se fue,

 

Cecilia está ahí con él. Ella lo reconoció y andaban juntos.

 

En la tarde, Cecilia está en Soacha ilusionada con ver a sus hijos. Cecilia y Fernando siempre están juntos.

 


 

Eduardo se encontró con Diego y se cruzaron la mirada fijamente, Diego sonrió se escondió en su pieza, estaba bien vestido, listo para irse.

 


Durante el desayuno tomó su chocolate como todas las mañanas, se sentía inquieto y preguntó ¿oye
quién está cumpliendo años hoy?
Cecilia contestó Eduardo.

 

Entonces se detuvo en su pieza y decidió quedarse en la casa, colocó la cabeza sobre la almohada, subió una pierna sobre la cama y salió y se fue.


Él se comportaba como un niño dijo Eduardo, un niño con 76 años encima contestó la Doctora.

 


 

Si, él vivía sin afanes, se reía solo, no se quejaba de nada acotó Eduardo.
No quise molestarle dijo la Doctora. A pesar de todo, era como un niño. Está bien, lo siento.

 


Al subir las escaleras vio a Lucia y Alberto almorzando con sus tres hijos y sus dos nietos. Ella nunca lo mandó al olvido y aún hoy sus labios lo nombran.

Al rato Luis entró nuevamente y dijo que se le había reventado un resorte.

Su último viaje a la oficina de Lázaro lo había dejado exhausto.

 


 

Nadie le creía porque parecía que no hablaba en serio y así pasaron varios días sin que se le prestara la atención requerida.

 

 

Estaba encerrado en la casa, acorralado,

desahuciado y ninguno podía ayudarlo, eran como las cuatro de la tarde y Luis salió y se fue.

 

 

Diego llegó a Matatigres para hacerse cargo del taller de mecánica porque le dijeron que su padre, estaba muy enfermo.

 


 

Cecilia le dijo, no dejes abandonado a Luis en estos momentos tan difíciles.

 


Estoy segura de que lo está necesitando con urgencia, hace días que no viene a la casa y se encuentra solo encerrado, muriéndose en ese taller.

 


Entonces Diego así lo hizo.

 

Y de tanto decírselo se quedó trabajando al lado de Luis y Pablo.

 


 

No le vaya a cobrar por la ayuda, hágalo de corazón.

 


Exígele que vuelva a la casa, aquí lo cuidaremos mejor.

 


Que se olvide de rencores, hijo dígale que vuelva.


Así lo haré, mamá. Contestó Diego inmediatamente.


Pero no pensaba cumplir su promesa por mucho tiempo debido a que había tenido varios altercados con Luis.

 

Hasta que ahora le tocó volver por obligación y de este modo se esforzó por trabajar nuevamente en el taller a pedido de su madre.

 


 

Por eso vine a Matatigres para atender los negocios de mi papá, se expresó Diego ante sus hermanos.

Era ese tiempo de la bonanza cuando a Diego lo llamaban de muchos talleres para realizar  su trabajo de latonero.

El trabajo en noviembre y diciembre abundaba y en enero y febrero se escaseaba.

 

Diego trabajaba dos meses y descansaba hasta que se le acababa el dinero.

 


 

Pero el que trabaja bien se lo pelean los dueños de los talleres.

Y Diego prefería trabajar en otros talleres porque le pagaban completo el jornal en cambio al lado de Luis estaba triste porque no se veía el pago todos los fines de semana.

 

Eso es lo que no entiende mi mamá; decía Diego con nostalgia, entre resignación y suspiros. Siempre fue así se volaba del taller con otros patrones y el retorno era porque le daba pesar con su padre.

 

Pero jamás volvió con alegría siempre traía los ojos llenos de tristeza de tener que volver obligado.

 


 

Hoy es diferente porque vengo con los ojos de mi mamá quien me los dio para ver la necesidad por la que pasa mi papá y no por el dinero.

 

Hay allí mucho trabajo comenzado dice Luis y le recomienda que trabaje duro con sus hermanos para llevar comida a la casa.

 

La voz de Luis no era tan fuerte, era más bien suave, casi apagada, como si hablara consigo mismo.

¿Y por qué volvió usted a Matatigres, si se puede saber? preguntó Pablo. Vengo a ayudarle a mi papá contestó. ¡Ah! Eso dice siempre pero a los pocos días se vuelve a ir, no eres constante, dijo él.

 




Y siguieron trabajando en silencio, vamos cuesta abajo, como dice el tango dijo Luis, que tiene los ojos hinchados por lo pesado del sueño.

¿Y cómo sigue su padre?
preguntó Lázaro preocupado por la ausencia de Luis.

 


Ya está mejor don Lázaro, pero no quiere salir de esa pieza.

Déjelo tranquilo menos mal que tiene a su hijo mayor atendiendo el taller.

 

 


 

Yo también soy hijo de Luis dijo Pablo y también estoy ayudándolo. Todos somos sus hijos dijo Luis, pero de distinta madre, por lo menos él me llevó a bautizar dijo Pablo.

Con usted debe haber pasado lo mismo?

No me acuerdo, pero creo que si contestó Luis.

 


¡Váyanse al carajo! Gritó Diego, no confundan a don Lázaro.

 

¿Qué dice usted? Preguntó don Lázaro. Que ya le estamos terminando su carro para entregárselo.



 

Sí, ya lo veo. Gracias Diego.

 


En Talleres Santacruz de Matatigres el patrón Luis Celis se enfermó y sus hijos lo reemplazan dijo don Lázaro.

En Soacha los niños juegan y aturden con sus gritos. Cecilia se distrae con el vuelo de las palomas conversando con Diego y Eduardo y disfrutando un cielo azul del atardecer.


Ahora estaban aquí, en este pueblo sin ruidos.

Oyendo caer las pisadas sobre las piedras redondas con que estaban empedradas las calles.

 


 

Algunas casas están vacías con las puertas cerradas invadidas de yerba.

Al cruzar una bocacalle vieron a Fernando fumando un cigarrillo y se desapareció como si no existiera.

 


Después volvieron a verlo de frente y lo siguieron con la mirada.

Diego le llamó muy fuerte:
Fernando miró y sonrió

¿Es que no sabe dónde vive? Allá está la casa junto al centro de salud. Fernando se fue en silencio y Cecilia lo guiaba.

 



Su voz estaba desafinada, su boca como seca y la cabeza muy desprendida de los hombros, sus ojos clavados en la tierra.

 

Fernando ha sufrido mucho, siempre lo he visto enfermo, dijo Diego.

Volvieron a la casa, aunque los niños seguían jugando, Cecilia la sintió muy fría.

 

Ni las palomas, ni el cielo azul, la pudo consolar, sentía una agonía en todo su ser.

 


 

Cae la noche y se escucha solamente el silencio, aún no esta acostumbrada a quedarse sola, su cabeza sufre de calores.

No entiende porque está viviendo en un pueblo tan solitario, conversando con alguien que no existe.

 


Llegó la hora de despedirse
Diego va para Matatigres.

Eduardo va más allá, donde se ven los cerros orientales.

 

Allá tiene su casa. Si usted se quiere venir a vivir conmigo, será bienvenido, le dijo a Diego.



 

Diego le agradeció diciendo ¿Dónde más podré encontrar alojamiento seguro? Solamente en su casa y donde Lázaro si es que todavía vive. Dígale que va de mi parte se escuchó una fuerte voz y una carcajada.

 


¿Y cómo se llama usted?
—Luis su papá —contestó. Lo alcanzó a ver y le dijo
soy su hijo.

 

Parece que nos hubiéramos puesto cita.

Parece que se hubieran estado esperando, porque se abrazaron y de inmediato se metieron por unos cuartos oscuros y desolados.

 


Iban caminando a través de un angosto cuarto que no tenía puertas, solamente aquella por donde entraron. Diego encendió una vela y lo vio vacío.

 

 


 

 

Aquí no hay dónde acostarse dijo. No se preocupe por eso mijo, contestó Luis sonriendo.

 


Estoy cansado dijo Diego.
Vamos a tomar un tinto y algo de comer, después organizamos lo de la dormida, contestó Luis.

En la enramada el agua gotea hacia la arena del patio. Diego organiza la herramienta mientras Luis y Pablo daban vueltas y rebotes tratando de abrir las puertas de un carro. Ya se había ido la tormenta y de vez en cuando cae la brisa sobre el taller de Celis e hijos.

 


 

Las palomas van al patio, picoteando las lombrices desenterradas.

 

Cecilia apareció en medio de un sol de colores que jugaba con el aire de la mañana. Fernando sintió sus manos suaves que le acarician su cara, mijo he orado mucho por ti.


El aire levanta sus vestidos de seda y los hace reír. Se juntaron en un fuerte abrazo con la mirada fija en sus ojos. Mientras un rio de agua viva corre entre sus dedos.

 

 


 

 

Sus cabellos vuelan al viento, como si hubieran sido levantados por las alas de un pajarillo.

 

Y desde arriba, como el pajarillo caen haciendo maromas y acrobacias, sobre el verdor de la tierra.

Cecilia tiene sus labios rojos como si hubiera besado el pétalo de una flor.

 


Fernando tiene su rostro fresco como el de un muchacho.
Mi mamá está viva gritó. Ya me estoy acostumbrando a verla tan radiante, como una luz.

 

 


 


Siempre he estado cerca de ti le dijo mirándolo con sus ojos negros, enmarcados por frondosas cejas. Fernando alzó la vista y miró a su madre con ternura.

 

¿Sabes que estoy pensando? Que vamos a estar aquí juntos por mucho tiempo, mucho tiempo.

Vamos a tomar tinto.
     —Ya voy, mamá. Ya voy.

 

Ahí estaba Diego con Eduardo y Mauricio, oyéndolos conversar, aunque ellos no los veían, se quedaron callados, para no molestarlos.

 


 

¿Dónde te habías metido? Dijo Cecilia cuando sintió la presencia de Diego le dijo:


Te estábamos buscando.
Estaba en el otro patio contestó Diego, donde no hay perros rabiosos.

 


¿Y con quién? ¿trabajando?
No, mamá, con el pastor estaba orando. Cecilia miró a Eduardo y a Mauricio, con sus ojos negros bien abiertos.

 

 



 

 

¿Y les habló muy duro como si estuvieran a kilómetros de distancia, encima de las nubes, en el más allá, vamos a rezar el rosario? Estamos en el novenario de Luis. Claro que si contestaron ellos.

 


Allí está Lucia en el umbral de la puerta, con una vela en la mano, lista para rezar el rosario. Me siento triste, dijo. Entonces se dio vuelta y colocó la vela en el candelero.



 

 

Cerró la puerta comenzó a orar mientras caía la lluvia. El reloj marca las siete en Soacha.

Cecilia recordó que Luis fue un buen hombre, muy cumplido y le perdonó todos sus errores. Era quien nos alcahueteaba todo en Pereira dijo y lo siguió haciendo todavía después que se vino para Bogotá dijo Diego.

 

 


 

 

Me acuerdo del desventurado día que sucedió el accidente automovilístico de Lucia dijo Cecilia. Todos nos conmovimos porque todos la queremos. Pero Luis casi se enloquece era la luz de sus ojos.

 

En diciembre nos llevaba regalos a Calarcá, recordó Eduardo.

Y nos contaba historias de las cosas que sucedían en Bogotá, dijo Amanda.

 


 

Era un gran conversador incansable, dijo Diego, mi papá era un personaje en Matatigres.

 

Después que se le reventó el resorte dejó de hablar. Decía que ya no tenía sentido decir cosas que no servían para nada. A las comidas ya no les encontraba ningún sabor. Desde entonces enmudeció, pero, eso sí, no se le acabó la costumbre de gritar a la gente.  

Al final Luis pensó que debía estar muerto, seguramente.

Bueno, ya no me preocupa porque los hijos están grandes, dijo.

 

 




Se puso a mirar a Cecilia que la tenía al frente y pensó que debió haber pasado momentos difíciles, pero aguantó los cincuenta años conmigo, concluyó.

Eran casi las cuatro en Soacha y todo estaba en silencio.

 


 

 

Cecilia se quedó mirándolo y pensó que ya habían pasado Cincuenta años y no pudieron vivir como querían sino como podían, la vida en Bogotá es difícil para todos concluyó y no puede creer que Luis se muera primero.



 

 




 

 

 


 

 

 


Luis María Celis Rey

Cecilia López de Celis

Diego Celis López

Ferney Celis López

Lucia Celis López

Luis Fernando Celis López

José Eduardo Celis López

Amanda Celis López

 

Conversando con Eduardocelis

Volumen II año 2021



José Eduardo Celis López


PEREIRA

PEREIRA

PEREIRA

PEREIRA

PEREIRA

PEREIRA

PEREIRA

PEREIRA

PEREIRA

PEREIRA

PEREIRA

PEREIRA

PEREIRA

JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA














CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA


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Por ejemplo, si el dueño de una casa fallece y uno de los hijos la habita mientras que los demás herederos no reclaman sus derechos herenciales, el heredero que ocupa el inmueble puede adquirir la propiedad por prescripción adquisitiva de dominio.




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CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA


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BOGOTA50



José Eduardo






Celis López
 



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Conversando





BOGOTA50




Eduardocelis






VOLUMEN II-






AÑO 2021
 

 
 
 BOGOTA50
 

 
 
 
 
PROLOGO





BOGOTA D.C.
 
 
 



BOGOTA50 
 

  
 
 
 
 
 
PROLOGO DEL AUTOR
El presente libro relata el acontecimiento inesperado sucedido en nuestra familia en el año 1970. Cuando vivíamos en Calarcá nadie se moría, todos estábamos completos y llenos de vida. Sin embargo, llegamos a Bogotá y empezamos a tener noticias de las muertes en nuestra familia, se murió Abraham, Juan, Celmira, Pola, Gonzalo, Nieves, Jairo, Benjamín, Claritza, Nohemí, Olga, en fin, uno por uno se fueron despidiendo de este mundo y se fueron a la eternidad.
Ferney dice que simplemente colapsamos y nos vamos a formar parte del torrente de la vida. Bogotá no significó la muerte de nuestros familiares, también fue naciendo la nueva generación de los Celis López: nacieron Olga Lucia, Luz Magaly, Adolfo Mauricio, Rodolfo, Diana Esperanza, Johanna Paola, Juan Manuel, David, Samuel, Danna Sofía y se creció la familia. 
Ferney dice que la muerte no existe
 
 

 
Nacidos en marzo
 
Albert Einstein nació el 14 de marzo de 1879 en Ulm Alemania, al siguiente año, sus padres se trasladaron a Múnich, en donde se establecieron como comerciantes en electrotécnicas. 
Su teoría sobre la luz, la teoría cuántica y la teoría de la relatividad, hicieron que The Times lo llamara el nuevo Newton y su fama llegó a todo el mundo. 
A mediados de 1924 escribió: “No se puede evitar la fascinación al contemplar los misterios de la eternidad, la vida y la maravillosa estructura de la realidad. Es suficiente tratar al menos de entender un poco el misterio de cada día". Albert Einstein
Premio Nobel de Física 1922
 
 

 
 
Eduardo Celis
 
Nacido en Pereira el 27 de marzo de 1954 sus padres se trasladaron a la ciudad de Armenia al siguiente año y luego a Calarcá donde vivieron 12 años. Viajaron a Bogotá, en donde estudió en el Externado Salazar, el Colegio Interparroquial del Sur Santo Cura de Ars y en la Universidad Central.
Trabajó en San Vicente de Paúl, el B.I.C. y Uconal. Vivió con sus padres Luis María Celis y Cecilia López de Celis, con sus hermanos Diego, Ferney, Lucia, Fernando y Amanda. A mediados de 2008 escribió en su primer libro: “Con mi esposa Yudy y mis hijos Rodolfo y Diana Esperanza vivimos una vida acomodada y feliz”.    EduardoCelisLópez                                               
Campeón y goleador Bic 1976
 
 

 
CAPITULO I
AMOR PLATÓNICO
 
 

 
 Cincuenta años en Bogotá
 
 

 
 1970-2020 EDUARDOCELIS
 
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA
 
 
 

 
 
Llegada a Bogotá
Cecilia y Luis llegaron al Barrio San Antonio de Bogotá. En la noche observan la lluvia de estrellas de la Urbe Capitalina. Ven pasar los trolebuses por la Caracas con sobrecupo de pasajeros.
El frío penetró sus huesos y los obligó a entrar a Casabianca. Llovió toda la noche y Cecilia tosió insistentemente. Ya todos estaban durmiendo.
Poco a poco fueron acomodándose al nuevo ambiente familiar. Ella tiene una apariencia sexagenaria y a Luis los años le pasan por encima. Luis cuenta con cincuenta y cuatro años y Cecilia con cuarenta y seis, parece mayor.
Allí encontraron su amor platónico
 
 

 
 
 
Reencuentro con sus hijos
Cecilia tiene sus ojos negros, su cabello corto ondulado, la mirada firme con la frente siempre en alto, sincera y franca al hablar, su piel tersa, de finos modales, culta y con una bella caligrafía.  
Luis tiene su voz fuerte, varonil y su sonrisa artística, con un ritmo de vida muy activo moviendo los resortes de la mecánica automotriz, su caminar firme, su figura elegante y con una habilidad innata para comunicarse con los demás. 
Escuchando el salpicar del agua se quedaron dormidos. Ella se iluminó con un relámpago, mientras soñaba con sus seis hijos. Todos eran de Pereira menos la menor que es de Armenia. Sentía orgullo pensar que era única, verdadera y fue con Luis al altar hasta que la muerte los separe.
Todo comenzó en Calarcá.
 
 
 

 
Salida al centro
Por la mañana volvió a llover y cuando despertaron se alcanzaba a sentir una leve llovizna.  Cecilia no está acostumbrada a este frío y Luis está aclimatado. Los vidrios de las ventanas se oscurecieron y resbalaban gotas como de gruesas lágrimas. 
Al medio día caminaron hacia la plaza de Bolívar. Cecilia va feliz. Las calles mojadas dejan escapar vapor, al contacto del sol con el betún del asfalto. En la Plaza vieron volar las palomas, moviendo el aire con sus alas mojadas. 
Cae una pertinaz lluvia. Cecilia cubre sus manos con las mangas del abrigo mientras pisan el pavimento mojado, disfrutando el hielo Capitalino. 
Luis le abraza suavemente
 
 
 
 

 
 
Invitación al restaurante 
Cecilia piensa que Luis lo planeó todo cuidadosamente para llegarle a su corazón. Detalles fuertes impactaron en la mente y en el corazón de Cecilia, por la estampa elegante y sólida que proyecta Luis, el trato amable, afectuoso y gracioso lo hacían digno de su amor.
La Atenas Suramericana está fría y acogedora. En el centro descubren una mole de edificios que se alinean formando una selva de cemento. Entran a un restaurante, conversando sobre el taller de mecánica y el comportamiento de su hijo Fernando. Durante el almuerzo dialogan animadamente. 
La vida les da otra oportunidad
 
 
 

 
 
Un brindis por amor
Cecilia está dichosa y feliz luce muy sobria elegantemente vestida. Ella levanta la frente, se alisa su pelo y sonríe francamente. Luis asume una actitud alegre y levanta su copa dando un brindis. Ya hace más de cinco años, desde que Luis trasladó el taller de Calarcá, a la vieja calle sexta de Bogotá. Luis se muestra muy sonriente, su elegancia y su impecable figura resalta por su vestido que estrenó especialmente para la ocasión, comparten muy juntos. Se animan a bailar un vals. 
Se abrazan y se besan.
 
 

 
 
 
Elegancia Bogotana
Bajan por la escalera eléctrica y salen a la séptima, congestionada por la gente y el ruido. Observan negocios de música, almacenes de ropa, cafés, librerías, Iglesias, museos y el mítico Cerro de Monserrate. Ahí comienza una llovizna de nieve, que observan eufóricamente. Lloviendo y haciendo sol, son las gracias del Señor, exclama Cecilia.
En la tarde regresan a la casa por las mismas calles mojadas. A esa hora el sol les da por la espalda, un sol desfigurado por las nubes de los cerros orientales. La gente Bogotana es culta y muy elegante, concluyó Cecilia. La familia se reúne para celebrar la llegada a Bogotá, se siente el afecto y las demostraciones de amor y felicidad juntos otra vez, estudiando y trabajando.
Bogotá es misteriosa, mágica, mítica
 
 

 
 
 
 
Respiran un aire familiar
Luis se recostó en la cama y duerme profundamente, mientras penetra un rayo de sol por la ventana de enfrente. Cecilia comparte un café en compañía de Fernando quien es buen conversador, culto, respetuoso, tiene buena memoria de su niñez, es alto, delgado, atlético, de ojos negros y nostálgico. 
Sienten muy cerca el latir de corazones, perciben la presencia del amor. Fernando es muy rebelde, Cecilia lo conoce bien desde que era niño, sin embargo, no entiende la razón de su rebeldía. Una tarde en Calarcá tiró la cama, las cobijas, las almohadas y el colchón al patio, recuerda Cecilia. 
Bogotá les cambia la vida
 
 
 

 
 
 
Fernando en silencio 
Fernando se rio y Cecilia lloró en silencio, hasta agotar sus lágrimas. No pudo levantarse pues tenía una pierna inflamada. Se encuentra aprisionado dentro de su propio cuerpo, dice ella. 
Después de tomar el café guardaron silencio. Fernando encuentra la punta de sus deseos, quiere estudiar y trabajar, es sereno, taciturno y solitario. Nadie puede ayudarlo, todos están en el rebusque, quieren salir adelante por sus propios medios. 
Luego se sentó en una banca que da al patio y comenzó a dibujar una figura de forma circular con un remolino en el centro, cuando terminó se quedó mirando el dibujo y pensó que su vida está girando en círculos concéntricos y sin salidas.
Estudió en el Colegio Robledo de Calarcá
 

 
El taller de Luis
Llegada la noche las luces en Casabianca se apagan, dejando ver las estrellas fugases recorriendo el firmamento Bogotano. Solo se oye un aire tibio que entra del patio y el rezongar de un pajarillo, que hace nido encima del lavadero. Al otro día Luis se levanta hablando fuerte, para que todos escuchen. Aquí se trabaja o estudia, gritó. Fernando se quedó paralizado en la cama, pareciera que se muriera cada día una parte de su cuerpo. Los demás se movilizan al oír la voz de Luis. quien es enérgico y autoritario, desde muy joven ha estado metido en el taller y nunca ha tenido vacaciones. 
Trabajar y estudiar el objetivo
 
 
 

 
Estamos en la capital
Fernando se quedó en la cama y estuvo haciendo planes alegres en su pensamiento. Comenzó a llenarse de sueños y a darle vuelo a sus ilusiones. Fue formando un mundo alrededor de la enseñanza que le inculcaron, es difícil vivir en Bogotá, exclamó saltando de la cama y soltando una risotada.
Hay que saberla vivir, estamos en la Capital y está todo por hacer, dijo Cecilia. En Pereira nuestra vida fue de lujos, vivimos con todo lo necesario porque Luis tenía el mejor taller, en Calarcá nos tocó pasar dificultades, Ferney, Eduardo y Diego salieron a la calle. Fernando salió al patio. 
La vida es dura en Bogotá
 
 
 
 

 
 
Se ve triste Fernando
Fernando levantó la cabeza y miró el cielo Bogotano que llovía estrellas. Hubiera querido ver los cerros, pero allí no hay árboles. El viento arrastra las nubes y oye murmullos de voces que salen de los techos. Vagó por los alrededores de Casabianca.
Fernando tiene reprimido un sentimiento de tristeza en su alma. En la pequeña ventana del altillo, vio una sombra larga y descorrida hacia el techo que da vueltas y se mueve como la llama de una vela.
Se oyen sus sollozos confundidos con la lluvia. Se ve triste, no logra concentrarse en sus pensamientos perdidos en lo más profundo de su pasado. 
Fernando cerró los ojos y abrió en llanto
 
 
 

 
 
 
 
 
CAPITULO II
MI PRIMER AMOR
 
 
 
 
 

  
 
 
 
 
 
Una serenata en Casabianca. 
Aparece la guitarra de Alberto interpretando a unos ojos, plazos traicioneros, mar y cielo. Fernando salió y le dio la mano. ¡Con tu hermana no se puede! le dijo mientras se toma un aguardiente. No se angustie le dijo Fernando, se miran a los ojos y sonríen. 
Alberto procedente de Argentina, con su diploma de diseñador de modas, sus tangos, milongas y boleros, alegra las fiestas hasta el amanecer. 
Está enamorado de Lucia
 
 

 
Lucia quiere a Alberto
Al otro día Luis habló de Alberto y de la serenata, hizo reparos al noviazgo, Lucia y Alberto no se molestan, se ven tranquilos, muy confidentes y el romance sigue consolidándose en calma, 
Fernando abrió los ojos y vio la luz de la mañana, queriendo entrar por la ventana. Soñó que había dejado de existir, fue como una realidad. Vio a Cecilia levantarse antes del amanecer, la ventana está abierta y entró suavemente. Los días comienzan monótonos, todos saborean el café. 
Bogotá es muy grande
 
 
 

 
 
Se enamoran
Hay que prepararse bien, dijo Cecilia a gritos porque los sentía sordos y dormidos Los que se duerman van a aguantar mucha hambre, hay que pensar para hablar, no mentir, trabajar y estudiar, argumentó ella con seguridad. Ya va siendo hora que te levantes de esa cama, le dijo a Fernando. Déjame tranquilo contestó él debajo de las cobijas, pareció dormir. 
A esa hora ya había alguien en el lavadero. Quien tararea una canción, resplandece el aire y el sol mueve las nubes a través de un cielo azul y detrás de él hay más canciones. Alberto no recuerda lo que había dicho Luis. No recuerda nada por el efecto del aguardiente. 
Aclara el día y se va la noche.
 
 

 
Fernando está flaco
Fernando se levantó lentamente, está flaco y pálido, entró al baño, se lavó la cara y se ríe ante el espejo.
Luego, se le descolgó la cabeza y salió por la puerta que da al lavadero, sosteniéndose la cabeza con las manos. Después sobrevino su sollozo, un llanto suave pero agudo y un movimiento brusco, hace retorcer la cabeza encima de sus hombros. De repente vio que el cielo se volvió plomizo oscuro, aún no aclarado por la luminosidad del sol Capitalino. Sonrió, salió y entró. El día desbarata las sombras En ese instante se ve salir el sol por detrás de los cerros orientales.
Se enderezó y entró a la cocina.
 
 
 

 
 
 
Fernando iluminado 
Con Fernando entró una luz tenue, no como si fuera a comenzar el día, sino como si estuviera llegando la noche. Se sentó en un rincón y salió de su cuerpo, se perciben sus pasos que rondan como gato en la oscuridad. 
Siente unas manos en el cuello, las suaves manos de su amor platónico, de pie, en el umbral. con pelo corto que roza sus hombros, su cara pequeña y ojos negros. Su cuerpo atravesado impide ver la llegada del día, se observan pedazos de cielo y destellos de luz. Detalles tan pequeños de amor que atraen, sus ojos, su sonrisa, se ilumina su rostro inmaculado, como desprendiendo rayos.
Una luz que ilumina todo
 
 
 
 

 
 
Cecilia con la mirada firme
Fernando despertó, abrió sus ojos negros penetrantes que estaban llorando todavía, nadie lo entiende, nadie le cree, sentía un rencor vivo. Cecilia está triste, se queda mirándolo y no resiste la escena. Recuerdan todo lo que pasó en Calarcá. 
Entonces ella se dio vuelta. Apagó la luz de la cocina, cerró la puerta y rompió en sollozos. Pensaron que era un problema mental dijo Luis, ella no se atrevió a asegurarlo, sabe lo que han sufrido. Siguieron sus gemidos confundidos con la lluvia y el tictac de su gallinita que camina lentamente, como si se estuviera deteniendo el tiempo. Siempre han dicho que está loco dijo Luis. Porque su comportamiento es diferente.
Debe estar muerto en vida
 
 
 

 
 
 
Luis en Bogotá
Fernando se resolvió por el estudio, pero falló en su intento y se retrasó por siempre, recordó Cecilia. Siempre quiso terminar el bachillerato sin embargo sus limitaciones se lo impidieron. 
Al llegar al taller de mecánica sufre un trauma mayor, un delirio de persecución que lo deprime. Fernando abrió de par en par la puerta, entró a la pieza afanado, se puso la camisa arrugada y encima se colgó un buzo con motas amarillentas que usa desde su llegada a Bogotá.
El sol a esa hora es picante y cae sobre su integridad. Cortinas de nubes negras amenazan con precipitarse. Al llegar frente al taller observa que Luis comienza a impartir órdenes, a los obreros Diego, Heber y Wilmar, se lamentó aferrándose a uno de sus libros. 
¡Pobre gente! Dijo
 
 
 
 eduarditocelis en el bic

 
 
 
Fernando no está solo
La madrugada fue apagando los malos recuerdos de Fernando, el mismo se oía el sonido de sus palabras, notaba la diferencia de este despertar. Las palabras que había pronunciado hasta entonces, ya no las volvió a recordar, ya no tienen ningún significado, no salen de su alma, como ocurre en los sueños. 
Fernando es buen lector y aún conserva los libros de Vargas Vila, como Aura o las violetas, Flor de fango, Ibis, rosas de la tarde, los divinos y los humanos, siente alivio al pensar que su destino está definido.
En esta mañana hay pocas nubes en el cielo Bogotano que aún está azul y el aire sopla fuerte arriba, aquí abajo se siente mucho calor.
Se siente sin miedo en Bogotá
 
 
 

 
 
 
 
Llegada al Restrepo
De repente la tarde se volvió gris en el Restrepo. En la calle se respira un ambiente hostil. El crimen que comienza a aglomerar a miles de curiosos, en el caño del río Fucha donde flota un cuerpo sin vida; como consecuencia del fraude en las urnas, los integrantes del movimiento guerrillero ajustician selectivamente a quienes ostentan el poder. 
Nunca había visto un muerto, dijo Eduardo observando como Cecilia dobla su espinazo sobre el lavadero.  No puede explicarse por qué toda la gente estaba alrededor y ninguno hacia nada por sacarlo. 
El cadáver estaba boca arriba
 
 

 
 
Cecilia y la política
Violentamente asesinado, rígido, inmóvil, abotagado, con protuberancias en la frente, los labios pálidos, el rostro macilento, con muecas de sufrimiento, flotando en la superficie del agua, vestido de paño gris a rayas, camisa azul y corbata roja. La gente dice que le dictaron la pena capital tras consultas con el pueblo.
Es una guerra entre los del brazo armado de la izquierda y los de la extrema derecha. Esta es la guerra política, dijo Cecilia que termina de colgar la ropa en las cuerdas del patio. Se apropiaron de la espada de Bolívar y van a matar a todos los opositores, gritó Eduardo recogiendo el balde del suelo y tomando a Cecilia del brazo la condujo a la cocina, en donde degustan el arroz con frijoles.
Se fundieron en su pasado.
 
 
 

 
 
Cecilia y sus hijos
Se había oscurecido, está Fernando, callado, con Cecilia, inseparables, se necesitan, se quieren. 
Sufren mucho y no saben por qué, talvez de tristeza. Fernando prefiere ver a su madre viva no muerta como la había visto en su último sueño. Suspira mucho y cada suspiro es como un sorbo de vida que se le va. 
Su cabeza está llena de ruidos y de voces raras. De voces extrañas y aquí, donde el aire es escaso, se oyen mejor. Se quedan dentro de su ser.  Se acordó de lo que le había dicho su madre en Calarcá Allá me oirás mejor. Estaré más cerca de ti y encontrarás más cercana la voz de mis recuerdos que es la de mi espíritu, si es que mi espíritu ha contactado con el tuyo. 
Mi madre no está muerta sino viva
 
 
 
 
 
 



 
 
 
 
 
CAPITULO III
 
AMORES EN BOGOTA
 
 
 
 
 

  
 
 
 
 
El primer amor
Eduardo corre en el Parque Nacional, presuroso, allí un Señor Moreno, de rostro fresco le presentó a Ligia.  Sus ojos se quedaron clavados en los suyos y bajaron a la Caracas conversando como si se conocieran de tiempo atrás. 
En San Vicente se impacta ante esta mujer llanera, de ojos negros y figura delgada, en su primer trabajo lo relaciona con Janeth, Griselda, Isabel. Zulma y Melva Sofía. Fue un amor a primera vista.
Ligia es mi secretaria
 
 
 

 
 
 
Fernando y el taller
En la tarde, Fernando se sintió aturdido por el sonido del compresor y salió del taller presuroso a buscar tranquilidad en Casabianca. Al entrar se encontró con su amor platónico. Atinó mirarle con ternura sus ojos negros y hechiceros, su frente amplia, su pequeña boca, su pelo suave que cae sobre la espalda hasta la cintura de muñeca, Sintió de cerca su aire de gitana con espíritu llanero. 
Se sentó en un rincón de la cocina a tomar tinto con Cecilia, salió temprano del taller le dijo ella dando una mirada juzgadora por encima de sus gafas y cerrando la puerta le indagó sobre lo que le había ocurrido con Luis en el taller. Él le contó que no le gusta el taller y no soporta los ruidos. ¡exclamó! 
¡Tengo a mi mamá viva!
 
 
 
 

 
 
 
 
Una fiesta larga en el Banco
No estarás en el Banco solo para ganar dinero, le dijo Lázaro, sino para aprender la profesión y cuando ya sepas, entonces podrás ser gerente. Al día siguiente Eduardo llegó temprano a la oficina de la Presidencia del Banco. Se comprometió con la secretaria a traerle bonos, para consignar en la cuenta bancaria en efectivo. Se pusieron de pie y sonrieron. Entraron al salón tomados de la mano, como si se conocieran hace tiempo, entre tinto y tinto, miradas, sonrisas y mensajes subliminales, se regocijaron en una tranquila tarde. Ella le dijo: todo lo que tocas se vuelve oro y él se lo creyó. 
Es un empleado feliz
 
 
 
 



 
 
Lucia cerca de Alberto 
Lucia heredó el romanticismo de los Panchos y los mejores tríos de San Juan Puerto Rico y México, con ellos cultiva ese intenso amor. 
Promediando la mañana Lucia se encuentra planchando y doblando ropa, de repente apareció Alberto quien la busca presurosamente. Tan pronto se encuentran se funden en un abrazo y un beso, sin mediar palabras como nunca lo habían hecho. Sellaron para siempre un amor infinito. 
Cecilia está feliz de ver a su hija feliz
 
 
 
 
 



 
 
 
Toda una época exitosa
A partir del momento que empezó a trabajar con el Banco, no le volvió a faltar dinero en sus bolsillos y viaja a Medellín, Cali, Ibagué, Popayán, Pasto, Villavicencio, Armenia, Pereira y Tunja, con todos los gastos pagos por el B.I.C. En Uconal viaja a Cali, Chipichape y Palmira como Auditor Regional participando en la fusión de Empresas y con Janner, Edgar, Bernardo, Adriana, Clara Inés, Gladis, Edilma, Carmenza, Álvaro, Yolanda, Adíela, Fanny, Zulma, Ligia y Luis Alfonso en una época de éxito. 
La Sonora Matancera, fútbol y salsa
 
 
 



 
  
¡Salud! Alberto ¡Salud!
Allá en el patio de Casabianca frente al lavadero, se encontraron ante una realidad preparada para la ocasión. ¿Qué es lo nuestro? Preguntó Alberto, cautelosamente. Nuestro matrimonio, contestó Lucia levantando la voz al tiempo que lo apretó contra su pecho. De inmediato Alberto sacó de su chaqueta de cuero un fino estuche y colocó una argolla de oro en uno de sus dedos y otra en uno de los suyos. ¡Salud! Dijo levantando la copa de champaña. ¡Salud! contestó Lucia. Él era una luz que se convirtió en su sombra, una sombra que aún hoy la persigue. 
Llovió toda la siguiente semana
 
 

 
Cecilia
Una mañana de esas premonitoria en el Restrepo amarteladamente en la terraza se estrechan dos pajarillos asustadizos. Los flirteos alcanzan a advertir la atención de dos intrusos. Cerca de la cocina lograron un galanteo trivial y al notar su presencia, bajaron el tono de su amorío. 
En la cocina conversan tranquilamente Cecilia y Fernando. Cecilia lo conduce al comedor debajo del cobertizo y con fascinación contemplan una cesta que contiene un ramillete de radiantes flores y azucenas de diferentes colores, brillantes, con tallos altos y verdes hojas, que les produce un entusiasmo profundo y los une en un espontáneo abrazo.
Nunca me habían regalado flores
 
 
 
 
 

 
 
 
 
Amanda el día de la madre
El suceso de la mañana ha quedado plasmado en la base de la maceta que contiene el adorno floral. Descubren una etiqueta con la rubrica propia de Amanda, que se adelanta en la conmemoración del día de la madre, próxima a celebrarse. 
Cecilia elogia el afecto de Amanda con este hecho trascendental. Como ocurría siempre, Cecilia mira el cuadro de las ánimas benditas y agradece en voz alta por los favores recibidos en este día. Seguidamente como por impulso Eduardo sacó de su dedo una argolla de oro y la colocó delicadamente en el de Cecilia congraciándose. En la sala se observa un feliz momento de Cecilia abrazada a sus hijos.
A ella le gustan las joyas
 
 
 
 

 
 
 
Cecilia cuenta historias
Esperaron a que terminara el rosario para que Cecilia sirviera la comida. A nadie más esperaban a esa hora de la noche. Fernando come muy rápido y al tiempo que manduca los alimentos suelta cortantes risas nerviosas. Este es un momento apacible para compartir una frijolada paisa con las historias de su natal Pereira. Escampó después de las nueve de la noche y todo está tranquilo en el Restrepo, Cecilia se esmera por atender a Fernando para evitar alteraciones de su comportamiento.
Eduardo volvió a su cuarto y empinándose observa a través de la ventana el accionar retraído de la avecilla que respinga en busca de calor paterno.
La observa pacientemente 
 
 
 
 

 
 
 
 
 Ferney entre abogados 
Cecilia ya se aclimató al frio Bogotano, dice que en los últimos años han cambiado muchas cosas, Lucia es madre de dos niñas, Amanda es enfermera, Diego se encarga del taller, Ferney adelanta su vocación de jurisconsulto y ejerce la profesión de abogado. 
Todos gozan de los beneficios de manutención de Luis. No importan las necesidades básicas, lo que en realidad los une es la tolerancia por los procederes de los demás. Una familia paisa viviendo en Bogotá
Luis produce para todos sin que hasta el momento alguien se atreva a coger las riendas de la casa.  
Es la misma historia de siempre
 
 

Cecilia en la inmensidad de Dios
Detrás de su Divina Providencia, donde ya no puedo verla y no puedo volver a escuchar sus palabras, Exclamó Eduardo.
Penetran los aires armónicos de aquella hermosa avecilla de fino pico y pequeños ojos verdes que retoza encima del lavadero, ávida de afecto, galanteando en la terraza. Cuando se la llevaron se acabó la alegría, se fue el amor.
La casa quedó sola y vacía
 
 
 
 

 
 
 
CAPITULO IV
 
AMORES VERDADEROS
 
 
 
 
 
  

 
 
 
Eduardo en la taurina
Ese día, la ventana de la casa abierta al cielo le permitió a Fernando ir y venir de nuevo libremente como un espíritu, salió y entró.
Los huesos de su cara están forrados por un pellejo curtido por sus treinta años de existencia, de los cuales los últimos diez han sido marcados por una rara e incapacitante enfermedad. No se supo nunca el verdadero origen de su mal. 
Ese viernes, la taurina estaba alborotada por las fiestas decembrinas, en un rincón se encuentran los Echeverry, de lejos los más peligrosos del barrio.
Eduardo entró a la taurina
 
 
 

 
Yudy su gran amor
Eduardo se acomodó en la barra a degustar el néctar y la buena música. La taurina estaba a reventar desde tempranas horas, sus luces y colores daban un aspecto carnavalesco, hombres y mujeres gritaban alborozados. Ahí se encontró con Manuel su gran amigo de colegio y Carlos su hermano.  
Eduardo se entusiasmó por el buen ambiente y comenzó a cantar fuerte, tras el sonido de los altoparlantes. Cuando sonaban los aretes que le faltan a la Luna irrumpió Yudy, que departía muy cerca, con su hermano Omar y sus sobrinas Yaneth y Liliana que estaba de cumpleaños. Él se quedó mirándola, le llamaron la atención sus cabellos largos y sus ojos claros, tímidamente trató de tocarla, pero ella instintivamente retrocedió, para volverse a él presurosa. 
Eduardo se animó a bailar
 
 
 

 
 
 
cara a cara
Desliza sus manos por toda su humanidad y su hechizo pelo, disfrutando cada instante de este encuentro inesperado y ahora se ubicaron en el centro de la pista, en un apretado baile sinigual.
Al término de la melodía, ella en un arrebato de pudor le dijo jadeantemente ¡no me beses! entonces como por instinto Eduardo la besó, sellando ahí este encuentro casual y definitivo.
Ella se retiró a su lugar, llevando los nervios de punta, abrumada y ansiosa. De inmediato se armó la bronca, se formó una monumental trifulca al lado de la pista, allí estuvo en peligro la vida de Eduardo, 
Absurdamente recibió el ataque feroz de cuatro bandidos, a medias logra repelerlos con una botella. La oportuna intervención de los Echeverry evitó su linchamiento, lo defendieron.
Con revolver en mano repelieron el ataque.
 
 
 



 
 
Eduardo y los espíritus
Eduardo se recogió en un rincón de la cama, pensando que se trataba de su hermano Fernando que había recaido en sus manifestaciones de excentricidad, no es nada malo dijo Cecilia con voz calmada, no tengas miedo, deje la luz prendida para que no tengas más ofuscaciones. 
Entonces Eduardo dejó la luz del cuarto prendida sin duda el espíritu perturbador le jugó una mala pasada. 
Téngale miedo a los vivos grito Luis
 
 

 
Su rostro dibuja una sonrisa 
Un fantasma envuelto en una sábana blanca recorre la casa paterna en forma misteriosa, Eduardo tiene la idea que era su hermano Fernando, su mirada inalterable le producía espanto, Fernando se quedó quieto debajo de la escalera, sus ojos brillan y su rostro dibuja una sonrisa.
No se preocupe dijo, observando la escena de lejos, lo cierto es que un amigo vino a despedirse, cuando alguien muere, su espíritu sale del cuerpo y hace un recorrido. El espíritu perturbador se retiró en silencio. Eduardo se durmió y Cecilia apagó la luz.
La noche pasó volando
 
 
 

 
Compromiso total
Al otro día Yudy está aseando la terraza y observa como una avecilla se asoma por encima del muro del lavadero. La observa a cada instante parece que la enamorara con su canto. La mañana se torna lluviosa y plomiza Por más que estuvieron muy cerca no fue posible que se tocaran sus corazones. ¡Qué haces! le dijo Yudy, Eduardo la seguía en el primer día del noviazgo. 
Yudy salió con sus dos sobrinas y las acompañó al colegio, era muy temprano y hace este recorrido todos los días, como también Eduardo está dispuesto a hacerlo y así hasta dejarlas en la clase, luego van tomar un café. 
En el planetario con Don Obdulio
 
 
 

 
  
Eduardo está enamorado
Cuantas veces quise estar compartiendo mi vida con una persona tan bella, le dijo a Yudy quien quedó en la casa con Flor, ha encontrado la mujer ideal, la que más lo quiere. 
Pensó comprar las argollas de matrimonio, aun no tenía nada preparado, era muy prematuro pensarlo y hasta hace muy poco dijo que no se quería casar y que tenía la vida por delante. Entraron al planetario Don Obdulio se paró lentamente para hablar con doña Berthica, de golpe todo cambió y no los volvieron a ver. 
Lo quiere más que su mamá
 
 

 
  
Yudy con Elsa y su familia
A Eduardo se le ocurrió pensar que ahora está enamorado y quiere casarse. 
Pensó comprar las argollas de matrimonio, aun no tenía nada preparado, era muy prematuro y hasta hace muy poco dijo que no se quería casar y que tenía toda la vida por delante es un exitoso en el Banco, campeón y goleador. 
Finalmente dijo que ha encontrado la mujer ideal, la que más lo quiere después de su mamá, la más completa de todas.
El matrimonio es muy importante
 
 
 



 
 
 
¡papito! papito! ¡papito! 
En diciembre se fueron para Honda Tolima con Omar, Gladis, Dora, Flor, Darío, Obdulio, Don Obdulio y doña Bertica, en la ciudad de los puentes y las calles empedradas comen viudo de pescado en compañía de la familia Reina.
Quieren dos hijos, niño y niña.
 
 

 
Llenos de paz y alegría
Disfrutan animadamente con calor y un ambiente sinigual. Se casó con Yudy y tuvieron dos hijos en una luna de miel inolvidable. Con su esposa Yudy y sus dos hijos Rodolfo y Diana tuvieron una vida acomodada y feliz. 
En la parroquia de San Antonio, centro de ceremonias para el matrimonio y los bautismos. A Eduardo le vino muy bien el matrimonio, se consolidó en el Banco, disfruta de su familia Lucia, Cecilia, Luis, Amanda, Fernando, Diego, Ferney, Alberto, Olga y Magaly. 
Me gusta más que levantarme tarde
 
 

 
 
 
Es lo mas importante
La vida en pareja les llegó como anillo al dedo la pasan bien, alegremente, cada día se quieren ¡más¡, ¡más ¡y ¡más¡, es una aventura emocionante, con amor todos los días, van a la pizzería y comparten con sus dos hijos.
El sol entra a la casa sin abrir las ventanas, se escucha la música del amor puro de este hogar.
¡Te quiero¡, ¡te quiero¡, ¡te quiero ¡
 
 
 
 

 
 
 
Es una llama que nadie puede apagar
 
 

 
CAPITULO V
AMOR MATERNAL
 
 
 

 
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA
 

1970-2020 EDUARDOCELIS
 
 



 
 
Es una luz brillante
Cecilia le dijo a Amanda que se iba a bañar y le pidió un jabón perfumado, ella se fue a tráeselo y cuando volvió ya estaba en el baño.
Ya no respondía, ¿Está usted ahí? Preguntó angustiada ¡Dígame, por favor está viva o no! se está bañando! ¡voy a abrir la puerta! cuando abrió la puerta se encontró de golpe sola en ese baño vacío. Las ventanas estaban abiertas y del cielo llovían bolas de luz brillante. Amanda llamó a Eduardo para contarle lo sucedido quien se asomó por la ventana y la vio blanca y radiante. Ferney la abraza y ella mueve sus manos en señal de despedida. 
La vio brillante como el sol
 
 
 

 
 
Comparten con Lucia
Luis se apuró a salir sin desayunar, trató de levantar la batería del carro y se reventó un resorte. Regresó a la casa dejó la batería en el suelo, salió y se fue. En la tarde Cecilia se asomó por la ventana y vio a Magaly conversando con Juan Manuel.
Lucia y Samuel entraron a la sala y se quedaron esperando la salida de Alberto que estaba en su cuarto, pero no salió, ella lo llamó y no contestó, decidieron entrar y está vacío, como si nadie estuviera allí, solamente se supo que Alberto ya se había ido. Siempre quiso regresar, sin embargo, está demasiado apegado a su hogar, a Lucia, a sus hijas, a su hijo, a sus nietos. 
Ella no se acostumbra a la soledad.
 
 
 



 
 
Luis salió temprano 
Pareciera que tuviera afán por llegar al taller, es la razón de su ser, desde niño trabaja allí, aprendió ese arte. 
Por qué lloras mamá, preguntó Fernando, al observar lagrimas en su rostro. No quiero que tu padre se muera antes que yo, contestó y dijo: quiero que estemos los dos por siempre. Los tres quiero decir.
Fernando sonrió
 
 
 
 
 

Llegada a Soacha
Alberto y Eduardo llegan a Soacha, es una fiesta, los dos ríen, comparten con los trabajadores, en una experiencia inolvidable brindan por cada ladrillo que se pega y las tapas de las cervezas van a las bases, todo se convierte en una carcajada. 
Y llegan Diego y Ferney, con alegría, para conocer el avance de la obra de la casa paterna. Cecilia llega con Luis su amigo de infancia, cuando lo conoció era una niña dice, luego entró a la casa, con Fernando y Amanda se abrazan y se besan.
Olga y Magaly entran con Lucia
 
 
 

 
 
Pobre de ella se siente triste
Se hicieron la promesa de morir juntos. De irse los dos para darse ánimo uno al otro en el último viaje, por si se necesitaran, por si acaso encontraran alguna dificultad, eran amigos desde Pereira. Oyeron que alguien se queja y se da cabezazos contra la puerta. ¿Qué es lo que le pasa? Le preguntaron de adentro, Busco a mi papá, contestó, me dijeron que está aquí. 
Ya se marchó y no está aquí
 


 
 
 
Se le va la voz
Como que se le pierde el sentido. Como que se ahoga con un taco en la garganta. Ya no sabe si es un sueño o es la realidad, va y viene, entra y sale. Hubo un tiempo en el que estuvo oyendo durante muchas noches la voz de su mamá. 
Fernando mete la mano por un orificio de la ventana y coge una manzana, la mordió y sintió que está en descomposición, no había nadie. No tiene agua, no hay luz ni gas es como un destierro. No siente el pelo, no encuentra la cara y sus manos están más arriba de los hombros, se sentó en el suelo. 
Esperando que alguien llegara 
 
 

 
Eduardo lo mira y le habla de fútbol
Fernando se acerca a la ventana para ver si hay alguien, pero está oscuro. Le llegan los ruidos de su voz hasta la media noche. Las piezas están solas. En la madrugada se fueron apagando sus recuerdos. Ya no oía el sonido de sus palabras. Se cansó y se quedó dormido. En sueños sigue oyendo voces como ecos del aullido de los perros. Ferney se hace a su lado siempre se les ve juntos. Fernando dice que la luna se observa más grande y se alcanzan a ver los cráteres. 
Nunca pudo recuperarse
 
 
 
 



 
 
 
Eduardo se encontró con Diego
Se cruzaron la mirada y Diego sonrió, se esconde en su pieza, no tiene ganas de salir a la calle, sacó un yogurt de la nevera y decide quedarse en la casa, subió la escalera vio a Lucia y Alberto almorzando con sus tres hijos y sus dos nietos, miró y siguió escondido, detrás de la puerta, como un niño.
Diego preguntó. ¿quién está cumpliendo años hoy? Cecilia contestó Eduardo. 
Eduardo y Diego comparten juntos desde el primer día de llegada al último de su partida.
Un viaje muy tranquilo
 
 
 

 
 
Diego es la salvación
Diego llegó a Matatigres para hacerse cargo del taller de mecánica porque le dijeron que su padre está muy enfermo. 
Cecilia le dijo, no dejes abandonado a Luis en estos momentos tan difíciles. 
Estoy segura de que lo está necesitando con urgencia dijo ella, hace días que no viene a la casa. No le gusta que lo vean enfermo.
Muriéndose en ese taller
 
 
 

 
 



 
 
 
 
 
Diego así lo hizo
Y de tanto decírselo se quedó trabajando al lado de Luis y Pablo. No le vaya a cobrar por la ayuda, hágalo de corazón. Exígele que vuelva a la casa. Que se olvide de rencores, hijo dígale que vuelva, dígale que yo lo quiero mucho.
Así lo haré, mamá. Contestó Diego, aunque no pensaba cumplir su promesa por mucho tiempo debido a que había tenido varios altercados con Luis. Dentro del taller no los trataba como hijos sino como trabajadores, sin embargo, yo también lo quiero, dijo. 
Aquí lo cuidaremos mejor.
 
 



 
 
Diego y hermanos
Hasta que ahora le tocó volver por obligación y de este modo se esforzó por trabajar nuevamente en el taller a pedido de su madre. Por eso vine a Matatigres para atender los negocios de mi papá, se expresó Diego ante sus hermanos. Era ese tiempo de la bonanza cuando a Diego lo llamaban de muchos talleres para realizar su trabajo de latonero.  El trabajo en noviembre y diciembre abundaba y en enero y febrero se escaseaba. Diego trabajaba dos meses y descansaba hasta que se le acababa el dinero. Pero el que trabaja bien se lo pelean los dueños de los talleres. Diego prefería trabajar en otros talleres porque le pagaban completo el jornal todos los fines de semana. 
Mi mamá me mandó a ayudarlo
 
 
 
 

 
 
Diego trabaja duro 
Siempre fue así me volaba y el retorno era por pesar con mi padre, jamás volví con alegría siempre traía los ojos llenos de tristeza de tener que volver obligado. Hoy es diferente porque vengo con los ojos de mi mamá quien me los dio para ver la necesidad por la que pasa mi papá y no por el dinero. La voz de Luis no era tan fuerte, era más bien suave, casi apagada, como si hablara consigo mismo. ¿Y por qué volvió usted a Matatigres, si se puede saber? preguntó Pablo. Vengo a ayudarle a mi papá contestó.  
No eres muy constante
 
 
 

 
Cuesta abajo como el tango
¿Y cómo sigue su padre? preguntó Lázaro preocupado por la ausencia de Luis. Ya está mejor don Lázaro, pero no quiere salir de esa pieza. Déjelo tranquilo menos mal que tiene a su hijo mayor atendiendo el taller. 
Yo también soy hijo de Luis dijo Pablo y estoy ayudándolo. Todos somos sus hijos dijo Luis, pero de distinta madre, por lo menos él me llevó a bautizar dijo. ¿Con usted debe haber pasado lo mismo? No me acuerdo, pero creo que si contestó Pablo. 
Luis tiene los ojos hinchados 
 
 
 

 
 
 
 
Lucia los abraza 
¡Váyanse al carajo! ¿Qué dice usted? Preguntó don Lázaro. Que ya le estamos terminando su carro para entregárselo. Sí, Gracias Diego. En Talleres Santacruz Luis se enfermó y sus hijos lo reemplazan dijo don Lázaro. Lucia abraza a sus hijos y a sus nietos mientras Cecilia se distrae conversando con Diego y Eduardo y disfrutando el cielo azul del atardecer. Ahora están aquí en este pueblo sin ruidos. Oyendo caer las pisadas sobre las piedras redondas con que estaban empedradas las calles. Algunas casas están vacías con las puertas cerradas invadidas de yerba. Al cruzar la bocacalle ven a Fernando fumando un cigarrillo y se desapareció como si no existiera. Después volvieron a verlo.
Lo siguieron con la mirada
 
 
 

 
Fernando en silencio
¿Es que no sabe dónde vive? Allá está la casa junto al centro de salud. Su voz está desafinada, su boca como seca y la cabeza muy desprendida de los hombros. Sus ojos clavados en la tierra, Fernando ha sufrido mucho, siempre lo he visto enfermo, dijo Diego, volvieron a la casa y estaba jugando con los niños. Cecilia sintió frío. Ni las palomas, ni el cielo azul, la pudo consolar, sentía una agonía. Cae la noche y se escucha el silencio, aún no está acostumbrada a quedarse sola, su cabeza sufre de calores. No entiende porque está viviendo en un pueblo tan solitario.
Conversando con alguien que no existe
 
 
 

 
No se preocupe por eso mijo
Si se quiere venir a vivir conmigo, será bienvenido, le dijo Eduardo a Diego. ¿Dónde más podré encontrar alojamiento seguro? Solamente en su casa y donde Lázaro si es que todavía vive. Dígale que va de mi parte. ¿Y cómo se llama usted? —Luis su papá —contestó. Lo alcanzó a ver y le dijo soy su hijo. Parece que nos hubiéramos puesto cita, como si se hubieran estado esperando, porque se abrazaron, de inmediato se metieron por unos cuartos oscuros y desolados. Iban caminando a través de un angosto cuarto que no tenía puertas, solo aquella por donde entraron. Diego encendió una vela y lo vio vacío, vamos a comer algo, estoy cansado dijo. 
Aquí no hay dónde acostarse
 
 
 
 
 
 

 
 
 
CAPITULO VI
 
AMORES CELESTIALES
 
 
 
 

 
  eduarditocelis en el bic
 
 
 
 

 
Cecilia de colores
El agua gotea hacia la arena del patio. Diego organiza la herramienta. Ya se había ido la tormenta y de vez en cuando cae la brisa. Las palomas bajan picoteando las lombrices desenterradas. Cecilia apareció en medio de un sol de colores que jugaba con el aire de la mañana. Fernando sintió sus manos suaves que le acarician su cara, mijo he orado mucho por ti. El aire levanta sus vestidos de seda y los hace reír. Se juntaron en un fuerte abrazo. Mientras un rio de agua viva corre entre sus dedos. Sus cabellos vuelan al viento, caen haciendo maromas y acrobacias. 
Sobre el verdor de la tierra.
 
 
Tiene sus labios rojos
 
Como si hubiera besado el pétalo de una flor
 
 
Mi mamá está viva 
Ya me estoy acostumbrando a verla tan radiante, como una luz. Siempre he estado cerca de ti le dijo mirándolo con sus ojos negros, enmarcados por frondosas cejas. Fernando alzó la vista y miró a su madre con ternura. ¿Sabes que estoy pensando? Que vamos a estar aquí juntos por mucho tiempo. Vamos a tomar tinto. Ahí estaba Diego con Eduardo y Mauricio, oyéndolos conversar, aunque ellos no los veían, se quedaron callados. Ya voy, mamá. ¿Dónde te habías metido? Dijo Cecilia cuando sintió la presencia de Diego le dijo: Te estábamos buscando. Estaba en otro patio dijo Diego, donde no hay perros rabiosos. ¿Y con quién? 
Con el pastor estaba orando.
 
 
 
 

 
 
 
 
Con sus ojos negros bien abiertos
 
 
Amanda la menor
La llegada a Bogotá les ha regresado la ilusión de una nueva vida
 
El aniversario de Luis
Cecilia les habló muy duro como si estuvieran a kilómetros de distancia, encima de las nubes, en el más allá, vamos a rezar el rosario. Claro que si contestó Amanda. Allí está Lucia en el umbral de la puerta, con una vela en la mano, lista para rezar el rosario. Me siento triste, dijo. Entonces se dio vuelta y colocó la vela en el candelero. Cerró la puerta comenzó a orar mientras caía la lluvia. Cecilia recordó que Luis fue un buen hombre, muy cumplido y le perdonó todos sus errores. Nos alcahueteaba todo en Pereira. Hasta que se vino para Bogotá
El reloj marca las siete en Soacha
 
 
 

 
Cecilia junto a Luis
Después que se le reventó el resorte dejó de hablar. Decía que ya no tenía sentido decir cosas que no servían para nada. A las comidas ya no les encontraba ningún sabor. Desde entonces enmudeció, sin embargo, no se le acabó la costumbre de gritar a la gente.   Todo está en silencio. Diego y Ferney están en la sala. 
Luis pensó que debía estar muerto, seguramente. Bueno, ya no me preocupa porque los hijos están grandes, dijo. Se puso a mirar a Cecilia que la tenía al frente y pensó que debió haber pasado momentos difíciles. 
Aguantó cincuenta años conmigo
 
 
 



 
Cecilia no lo puede creer
Cecilia se quedó mirándolo fijamente y pensó que ya habían pasado Cincuenta años y no pudieron vivir como querían sino como podían, la vida en Bogotá es difícil para todos, no puedo creer que Luis se muera primero, dijo. 
Que voy hacer sin Luis.
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
CAPITULO VII
 
ALBUM FAMILIAR
 
 
 
 
 
  
 
 

 
 
 
Cecilia y Luis llegaron sorpresivamente al Barrio San Antonio de Bogotá
 
 
CECILIA LOPEZ CON LUCIA Y EDUARDO
 
 
 Una niñez sana
 
Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcá
 
Ferney la abraza y ella mueve sus manos 
 
Una madurez feliz
 

Los vidrios de las ventanas se oscurecieron y resbalaban gotas como de gruesas lágrimas
 
 

 
Una juventud exitosa
Cuando aún estaba en la cama Luis dijo que se le había reventado un resorte
 
LUIS
 
 

 
EDUARDO Y JORGE RODRIGUEZ
¡Téngale miedo a los vivos! Gritó Luis desde la cama
 
LUIS
 
 


Luis la abraza suavemente
 
 


JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ EN MEDELLIN
 
 
 BOGOTA 50 AÑOS 1970-2020
 
 
En la Plaza vieron volar las palomas, moviendo el aire con sus alas mojadas
 
 
 
 



 
 
 
Eduardo degusta el aguardiente néctar y la buena música 
 
 

Por: José Eduardo Celis López
 
 

Cecilia está pálida, el clima de esta ciudad le ha afectado su salud
 
 

 
EDUARDOCELIS GOLEADOR
 

 Un fantasma envuelto en una sábana blanca recorre la casa paterna
  

Después de la media noche Eduardo regresó a casa en compañía de los Echeverri
 

LUIS ERNESTO SUAREZ Y EDUARDO
 

JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ
Pereira, 27 de marzo de 1954
 

 
Observan negocios de música, almacenes de ropa, cafés, librerías, Iglesias, museos y el mítico Cerro de Monserrate
 
 
 

 
 
LA ALEGRIA DE VIVIR  
 
Con Doña Bertica en su mejor momento
La Atenas Suramericana está inmensamente fría y acogedora
 
FERNANDO VELASQUEZ Y EDUARDO
 
EDUARDO CELIS D.T. CAMPEON
 
HILDERBRANDO MARTINEZ Y EDUARDO
 
Ahora comienza una llovizna de nieve, que observan eufóricamente
 
 
 

 
ARMANDO CAMACHO GARCIA Y EDUARDO
 
GOLEADOR
 
GERMAN LEYTON Y EDUARDO
 
 
 

 
JANNER LOZANO Y EDUARDOCELIS
 
BIC RESTREPO
En el centro descubren una mole de edificios que se alinean formando una selva de cemento
 
 
EN LA UNIVERSIDAD JAVERIANA
 
MAGASLY CON EDUARDOCELIS
 
D.T. DE LA SELECCIÓN DEL B.I.C.
 
 

 
Respiran un aire tranquilo, sienten muy cerca el latir de corazones, perciben la presencia del amor
 
 
CON LA SELECCIÓN B.I.C. 1979
En la noche observa la lluvia de estrellas de la Urbe Capitalina
 
UNA MADUREZ FELIZ
 
SALON ROJO
 
UNA NIÑEZ SANA
 
 

Luis es enérgico y autoritario, desde muy joven ha estado metido en el taller y nunca ha tenido vacaciones
 
FERNEY EN EL D.I.M. DE MOSQUERA
 
RODOLFO UNA NIÑEZ SANA
  
LUIS MARIA CELIS EN EL BARRIO RESTREPO  
CECILIA, RODOLFO Y LUIS 1984
Bajan por la escalera eléctrica y salen a la séptima, congestionada por la gente y el ruido
 
OLGA LUCIA 
LUCIA CELIS  MAGALY OLGA 
 
YUDY, RODOLFO Y DIANA
 

AMANDA Y CECILIA
 

TODO EN LA IGLESIA SAN ANTONIO
 

De pronto Cecilia se iluminó con los relámpagos, mientras pensaba en sus seis hijos, uno por uno de mayor a menor
  

FERNEY CELIS LOPEZ EN EL TEATRO YARI
 

Durante el almuerzo dialogan animadamente
    

FERNEY CELIS LOPEZ  

  
FERNEY Y LUIS
 

Luis se recostó en la cama y duerme profundamente mientras penetra un rayo de sol por la ventana de enfrente
 

  
LUCIA CON AMANDA Y CECILIA
 
 
 

 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 EN EL PLANETARIO
 

EDUARDO CELIS EN SOACHA
 
 

  
CELIS LOPEZ FAMILIA
 
 

Levantó la cabeza y miró el cielo Bogotano que llovía estrellas
 
 
 

 
 
  
FERNEY CELIS LOPEZ
  

 ALBERTO LOPEZ Y LUCIA CELIS LOPEZ
La gente Bogotana es culta y muy elegante concluyó Cecilia
 

 
  JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ
  

RODOLFO CELIS REINA
Al otro día Luis se levanta hablando fuerte, como para que todos escuchen
 
 

 
OLGA ABOGADA
  
ALBERTO LOPEZ Y LUCIA CELIS DE LOPEZ
Cecilia comparte un café en compañía de Fernando
LIBRO
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA
 
 
EDUARDO CELIS
 
 
 

 
 
EDUARDO, MAGALY Y FERNEY
 
Cincuenta años en Bogotá
 
 
Al medio día caminaron hacia la plaza de Bolívar
 
 EDUARDO, YUDY Y CECILIA
  
 

 
 FERNANDO, RODOLFO Y FERNEY
  
YUDY, MAGALY, OLGA, LUCIA, RODOLFO Y DIANA
 
A esa hora el sol les daba por la espalda, un sol desfigurado por las nubes de los cerros orientales
 
  
EDUARDO Y YUDY
 
 YUDY, EDUARDO, DORA Y OMAR
 
 

 
Ella tiene una apariencia sexagenaria y a Luis los años le pasan por encima
 
 YUDY, CECILIA LUCIA, OLGA Y MAGALY
  
YUDY, EDUARDO, RODOLFO Y DIANA
 
CECILIA Y LUCIA
 
 
EDUARDO Y CECILIA
 
 

Lloviendo y haciendo sol, son las gracias del Señor, exclama Cecilia
 
 LUIS
 
 YUDY Y ELSA
 
 

 
Hay que saberla vivir, estamos en la Capital y está todo por hacer, dijo Cecilia para animarlo
 
 
 SUSANA PAOLA Y OLGUITA
 
 

 
 
 OBDULIO REINA EN EL PLANETARIO (1981)
 
 
 

 
 
 CECILIA Y LUCIA EN EL RESTREPO (1982)
 




 LUCIA, CECILIA Y EDUARDO (1986)
 

 
 CECILIA LOPEZ DE CELIS (1984)
  

EDUARDOCELIS (1994)
Fernando se quedó en la cama y estuvo haciendo planes alegres en su pensamiento
 
  

Cecilia cubre sus manos con las mangas del abrigo y tiene los labios congelados
  


 
EN EL RESTREPO 
 

Pisaban el pavimento, como dos niños jugaban y cantaban disfrutando el hielo Capitalino
 

 
 FERNANDO Y FERNEY EN EL RESTREPO (1984)
  

LUCIA, CECILIA Y AMANDA EN EL RESTREPO (1982)
 



 
 EDUARDOCELIS Y ANA YUDY REINA (1982)
  
Aparece la guitarra de Alberto López interpretando a unos ojos, cosas como tú, plazos traicioneros, mar y cielo
 

 
YUDY EN EL RESTREPO
 
 

 CECILIA, AMANDA, YUDY. EDUARDO Y LUCIA (1985)
  

YUDY REINA Y EDUARDOCELIS (1981)
 
 

Cecilia tiene sus ojos negros, su cabello corto ondulado, la mirada firme con la frente siempre en alto. Luis tiene su voz fuerte, varonil y su sonrisa artística
 

 
 EDUARDOCELIS BIC RESTREPO (1979)  
GUSTAVO Y OLGA
 
 

Suben a un restaurante frente al palacio de justicia, conversando sobre el taller y el comportamiento extraño de su hijo Fernando
 
  

Cecilia tiene sus ojos negros
 
CON INGRITH
 
 
OLGA Y OLGA
 
Ya han pasado cinco años desde que Luis trasladó el taller de Calarcá, a la vieja calle sexta de Bogotá
 
 

  
Está demasiado apegado a su hogar
 
LUCIA, EDUARDO Y DIEGO
 
GOLEADOR B.I.C.
  
JANNER Y EDUARDO
 
Luis asume una actitud alegre, ella levanta la frente y se alisa su pelo
 
 

 
 El matrimonio es muy importante
 
 
EDUARDO, ALONSO Y AUGUSTO
 
EN LA CEJA
EDUARDO CON LILIANA Y YUDY
  
Yudy salió con sus dos sobrinas
 
Luis los años le pasan por encima
En la tarde regresan a casa por las mismas calles mojadas
 
OLGA LA TIA
  
Ferney dice que la muerte no existe
 

 
PAOLA Y OLGA
 

Y fueron felices…
 
 

  
Eduardo llegó temprano a la oficina
 

Un nido de amor
 
 

Conversando con Eduardocelis
Luis María Celis Rey
Cecilia López de Celis
Diego Celis López
Ferney Celis López
Lucia Celis López
Luis Fernando Celis López
José Eduardo Celis López
Amanda Celis López 
Olga Lucia López Celis
Luz Magaly López Celis
Adolfo Mauricio López Celis
Rodolfo Celis Reina
Diana Esperanza Celis Reina
Susana Paola Velásquez Celis
Volumen II año 2021
 
 
 

 
Los idus de marzo
 
Gabriel García Márquez
Nació el 6 de marzo de 1927 en Aracataca Magdalena, creció con sus abuelos maternos, a los cinco años sus padres, se fueron a vivir a Sucre, en donde abrieron una farmacia.
A principios de 1958 escribió: 
“El general Marcos Pérez, dictador de Venezuela durante diez años, se había fugado para Santo Domingo al amanecer. Sus ayudantes habían tenido que izarlo hasta el avión con una cuerda, pues nadie tuvo tiempo de colocar una escalera, y en las prisas de la huida olvidó su maletín de mano, en el cual llevaba su dinero de bolsillo: trece millones de dólares en efectivo. 
 
 

Unos quince años después, a partir de ese episodio y sin dejar de evocarlo, escribí El otoño del patriarca. 
Mi primer texto para aprender a descifrar el misterio fue Los idus de marzo. Como lo saben quienes la han leído, la novela es la reconstrucción literaria de los últimos años de la República Romana y de la propia vida de su dictador, Julio César. 
El pretexto del relato, en torno del cual se construye, es una fiesta ruidosa que Clodia Pulcher y su hermano ofrecían en honor de dos varones ilustres: Julio César y el poeta Cayo Valerio Cátulo. 
Es una licencia literaria, porque el año de la fiesta, que era el 45 antes de Cristo, Cátulo debía tener unos ocho años de muerto. 
 

 
Pero un escritor grande como Thornton Wilder no podía detenerse en esas menudencias racionalistas. "Cayo murió con un coro de Edipo en Colona", decía el relato.
Antes de Los idus de marzo, lo único que yo había leído sobre Julio César eran los libros de texto del bachillerato, escritos por los hermanos cristianos, y el drama de Shakespeare, que, al parecer, le debe más a la imaginación que a la realidad histórica.  
 
 

 
Pero a partir de entonces me sumergí en las fuentes fundamentales: el inevitable Plutarco, el chismoso incorregible de Suetonio, el árido Carcopino y los comentarios de guerra del propio Julio César. A fin de cuentas, Los idus de marzo es sólo una hipótesis sobre la personalidad de César. Pero es una hipótesis que tal vez supere la realidad. El 15 de marzo del año 44 antes de Cristo, todo el mundo en Roma sabía que a César le iban a matar.  
Todo el mundo menos él mismo. Cualquier parecido con cualquier otra historia, viva o muerta, será pura coincidencia”.
 
 




UNA JUVENTUD EXITOSA




JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ 





SITIO OFICIAL

  


 
 
 
 
José Eduardo Celis López

 CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020



 
 
 
GOLCELIS DE PEREIRA


JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ



Por entonces ya existíamos Fernando, Amanda y yo.













DEPORTIVO PEREIRA





GOLCELIS 
2020


FERNEY CELIS EN MOSQUERA


EDUARDO



Aún no habían desechado la idea que el fantasma era Fernando, su mirada inalterable les producía espanto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 
 

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA





Eduardo se durmió y Cecilia apagó la luz






La noche pasò volando








Muy temprano llegó Carmencita al Restrepo, Eduardo siente satisfacción de verla







Recorrieron el Restrepo cogidos de la mano y cuando se encontraban solos, se entregaron sus corazones







Cuando le estaba tocando el cuerpo dijo que es el primer amor de su vida y que ese amor nunca se muere




LUIS, CECILIA, YUDY, EDUARDO, GLADIZ, DARIO, LUCIA Y ALBERTO


Sin abrir las ventanas ya el sol Capitalino había penetrado a la casa







Se escucha la buena música antillana que alegra el ambiente en el Restrepo







El amor entrañable, puro, tierno y seductivo profesado por Eduardo en su corazón, nadie lo puede llenar






Al bajar las escaleras vio por última vez a Edilma a través de la rendija de la puerta, se estremece con sus besos lo más recóndito de su alma






Ella nunca lo mandó al olvido y aún hoy sus labios la nombran






Cuando aún estaba en la cama Luis dijo que se le había reventado un resorte









Tempraneramente Fernando salió y se fue



Luis también salio para la oficina de Lázaro a cobrar un dinero que le adeudaba









Luis tardiamente salió y se fue.



  

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA

1970-2020




Dicen que es la violencia politica que se vive en Colombia desde que mataron a Gaitan


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020
 
 
 eduarditocelis en el bic


A
brió de par en par la puerta




 

 eduarditocelis en el bic



ferey


goleador


Encontraré más cercana la única voz de mis recuerdos de niñez que es la de mi madre, si es allá escucharé esta voz, la voz de mi madre muerta que es la misma voz de mi madre que está aquí viva






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 
 

 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà





Nombre animado Eduardo 12Cincuenta años en Bogotà

 
 
 
Eduardo corría en el Parque Nacional, presuroso, un escalofrío recorría todo su cuerpo, calaba sus huesos, daba vueltas a la glorieta nerviosamente, miraba por entre los árboles con ansiedad, buscaba por la orilla de la quebrada, hasta que no aguantó mas y se desmoronó totalmente sobre uno de los asientos, con las piernas abiertas al sol





 
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 
 
José Eduardo Celis López

 





¡Salud! Asintió Eduardo










BOGOTA 50 AÑOS 1970-2020










Eduardo degusta el aguardiente néctar y la buena música




BOGOTA 50 AÑOS





 
 


 
 


 
 


 
 




Una mañana lluviosa y plomiza





 
 

 





Sinembargo ante las circunstancias tuvieron que bajar el tono de su amorío






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020  EDUARDOCELIS 


 
 
 
 

José Eduardo Celis López

 





¡Salud! Asintió Eduardo



Cecilia recuerda que Fernando siempre ha sido muy calmado


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 



 eduarditocelis en el bic

 
 


 





Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà






Cincuenta años en Bogotà



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 





El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando







Luis tardiamente salió y se fue. 



TIO FILIBERETO


Luis también salio para la oficina de Lázaro a cobrar un dinero que le adeudaba






Tempraneramente Fernando salió y se fue







Cuando aún estaba en la cama Luis dijo que se le había reventado un resorte






Ella nunca lo mandó al olvido y aún hoy sus labios la nombran






Al bajar las escaleras vio por última vez a Edilma a través de la rendija de la puerta, se estremece con sus besos lo más recóndito de su alma







El amor entrañable, puro, tierno y seductivo profesado por Eduardo en su corazón, nadie lo puede llenar







Se escucha la buena música antillana que alegra el ambiente en el Restrepo







Sin abrir las ventanas ya el sol Capitalino había penetrado a la casa







Cuando le estaba tocando el cuerpo dijo que es el primer amor de su vida y que ese amor nunca se muere







Recorrieron el Restrepo cogidos de la mano y cuando se encontraban solos, se entregaron sus corazones







Muy temprano llegó Carmencita al Restrepo, Eduardo siente satisfacción de verla






La noche pasò volando






Eduardo se durmió y Cecilia apagó la luz






Ya no piense mas en eso dijo Cecilia, duérmase tranquilo







Aún no habían desechado la idea que el fantasma era Fernando, su mirada inalterable les producía espanto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 





El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando







CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 





El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)

 


 


 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà







No se preocupe, le dijo sonriendo Fernando que observaba la escena sentado en el sofá






Fernando se quedó quieto en un rincón
 
 
 




¡Téngale miedo a los vivos! Gritó Luis desde la cama







No es nada dijo Cecilia con voz calmada, no tengas miedo, deje la luz prendida para que no tenga mas ofuscaciones






Eduardo se acurrucó en un rincón de la cama








Un fantasma envuelto en una sábana blanca recorre la casa paterna






En las penumbras estalló una carcajada



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



¡Cuídate mucho, diablo! , no te metas en problemas dijo el menor lacónicamente







Peligrosos por su sagacidad en el manejo de armas







Después de la media noche Eduardo regresó a casa en compañía de los Echeverri







la oportuna intervención de los Echeverri evitaron el ataque en el acto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



Absurdamente Eduardo recibió el ataque feroz de cuatro bandidos







Inesperadamente estuvo en peligro la vida de Eduardo







De inmediato se armó la bronca, se formó una monumental trifulca a un lado de la pista







Carmencita se retiró a su lugar, llevando los nervios de punta, abrumada y ansiosa






Quedando sellado ahí un encuentro casual







Como por instinto Eduardo la besó







Carmencita en un arrebato de pudor le dijo jadeantemente ¡todo lo que quieras pero no me beses!







Repiraban muy cerca, cara a cara







Se encontraban en el centro de la pista de baile, totalmente fundidos




Disfrutando cada instante de este encuentro inesperado



 
Eduardo se animó a bailar tomándola por la cintura fuertemente






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 
 

 


 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà






Cincuenta años en Bogotà







Ella instintivamente retrocedió, para volverse a el, presurosa colocándose insinuante







Eduardo se quedó mirando a la mujer de cabellos rizados y caderas protuberantes






Cuando sonaban los aretes que le faltan a la Luna, irrumpió Carmencita, su amiga de infancia que departía muy cerca del mostrador







Eduardo se contagió del ambiente y comenzó a cantar fuertemente, aprovechando el sonido estrambótico de los altoparlantes






Hombres y mujeres gritaban alborozados como si de repente se hubieran acabado los problemas en todo el mundo






La taurina estaba a reventar desde tempranas horas, sus luces y colores daban un aspecto carnavalesco



BOGOTA 50 AÑOS









Eduardo degusta el aguardiente néctar y la buena música






Los saludó con una venia y se acomodó en la barra cerca de Fercho






En un rincón se encuentran los Echeverri, famosos por sus intervenciones en asuntos ilegales






Eduardo llegó a la taurina, esa noche el barrio estaba alborotado por las fiestas decembrinas



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS




Fernando armó de nuevo su aposento, después de tomar la cena, se acostó sosegado



 


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA


 


 
 
 
 

José Eduardo Celis López

 





¡Salud! Asintió Eduardo



Cecilia recuerda que Fernando siempre ha sido muy calmado







No se supo nunca el verdadero origen de su enfermedad
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Aún no habían desechado la idea que el fantasma era Fernando, su mirada inalterable les producía espanto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 

 
 

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA





Eduardo se durmió y Cecilia apagó la luz











La noche pasò volando














Muy temprano llegó Carmencita al Restrepo, Eduardo siente satisfacción de verla








Recorrieron el Restrepo cogidos de la mano y cuando se encontraban solos, se entregaron sus corazones









Cuando le estaba tocando el cuerpo dijo que es el primer amor de su vida y que ese amor nunca se muere







LUIS, CECILIA, YUDY, EDUARDO, GLADIZ, DARIO, LUCIA Y ALBERTO


Sin abrir las ventanas ya el sol Capitalino había penetrado a la casa










Se escucha la buena música antillana que alegra el ambiente en el Restrepo









El amor entrañable, puro, tierno y seductivo profesado por Eduardo en su corazón, nadie lo puede llenar







Al bajar las escaleras vio por última vez a Edilma a través de la rendija de la puerta, se estremece con sus besos lo más recóndito de su alma






Ella nunca lo mandó al olvido y aún hoy sus labios la nombran






Cuando aún estaba en la cama Luis dijo que se le había reventado un resorte









Tempraneramente Fernando salió y se fue



Luis también salio para la oficina de Lázaro a cobrar un dinero que le adeudaba









Luis tardiamente salió y se fue.



  

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA

1970-2020




Dicen que es la violencia politica que se vive en Colombia desde que mataron a Gaitan


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020
 
 
 

Abrió de par en par la puerta





 

 






Encontraré más cercana la única voz de mis recuerdos de niñez que es la de mi madre, si es allá escucharé esta voz, la voz de mi madre muerta que es la misma voz de mi madre que está aquí viva





CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 

 

 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà








Cincuenta años en Bogotà


 
 
 
Eduardo corría en el Parque Nacional, presuroso, un escalofrío recorría todo su cuerpo, calaba sus huesos, daba vueltas a la glorieta nerviosamente, miraba por entre los árboles con ansiedad, buscaba por la orilla de la quebrada, hasta que no aguantó mas y se desmoronó totalmente sobre uno de los asientos, con las piernas abiertas al sol





 
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 



 
 
 
 
José Eduardo Celis López

 





¡Salud! Asintió Eduardo










BOGOTA 50 AÑOS 1970-2020







Eduardo degusta el aguardiente néctar y la buena música




BOGOTA 50 AÑOS


 
UNA MADUREZ FELIZ 


 
 


 
 


 
 




Una mañana lluviosa y plomiza





 
 

 





Sinembargo ante las circunstancias tuvieron que bajar el tono de su amorío






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020  EDUARDOCELIS 


 
 

 
 
José Eduardo Celis López

 

 





¡Salud! Asintió Eduardo


Cecilia recuerda que Fernando siempre ha sido muy calmado



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)



 


 
 

 

 
 


 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà








Cincuenta años en Bogotà



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 

 







EDUARDOCELIS CAMPEON Y GOLEADOR BIC 1976









El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando







Luis tardiamente salió y se fue. 




Luis también salio para la oficina de Lázaro a cobrar un dinero que le adeudaba





Tempraneramente Fernando salió y se fue






Cuando aún estaba en la cama Luis dijo que se le había reventado un resorte






Ella nunca lo mandó al olvido y aún hoy sus labios la nombran





Al bajar las escaleras vio por última vez a Edilma a través de la rendija de la puerta, se estremece con sus besos lo más recóndito de su alma







El amor entrañable, puro, tierno y seductivo profesado por Eduardo en su corazón, nadie lo puede llenar







Se escucha la buena música antillana que alegra el ambiente en el Restrepo







Sin abrir las ventanas ya el sol Capitalino había penetrado a la casa







Cuando le estaba tocando el cuerpo dijo que es el primer amor de su vida y que ese amor nunca se muere







Recorrieron el Restrepo cogidos de la mano y cuando se encontraban solos, se entregaron sus corazones







Muy temprano llegó Carmencita al Restrepo, Eduardo siente satisfacción de verla






La noche pasò volando






Eduardo se durmió y Cecilia apagó la luz






Ya no piense mas en eso dijo Cecilia, duérmase tranquilo







Aún no habían desechado la idea que el fantasma era Fernando, su mirada inalterable les producía espanto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 





El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando









CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 



 
 






El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando







CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)

 


 
 


 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà

 






No se preocupe, le dijo sonriendo Fernando que observaba la escena sentado en el sofá





Fernando se quedó quieto en un rincón
 
 
 



¡Téngale miedo a los vivos! Gritó Luis desde la cama







No es nada dijo Cecilia con voz calmada, no tengas miedo, deje la luz prendida para que no tenga mas ofuscaciones






Eduardo se acurrucó en un rincón de la cama








Un fantasma envuelto en una sábana blanca recorre la casa paterna






En las penumbras estalló una carcajada



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



¡Cuídate mucho, diablo! , no te metas en problemas dijo el menor lacónicamente







Peligrosos por su sagacidad en el manejo de armas







Después de la media noche Eduardo regresó a casa en compañía de los Echeverri







la oportuna intervención de los Echeverri evitaron el ataque en el acto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



Absurdamente Eduardo recibió el ataque feroz de cuatro bandidos







Inesperadamente estuvo en peligro la vida de Eduardo







De inmediato se armó la bronca, se formó una monumental trifulca a un lado de la pista







Carmencita se retiró a su lugar, llevando los nervios de punta, abrumada y ansiosa






Quedando sellado ahí un encuentro casual







Como por instinto Eduardo la besó







Carmencita en un arrebato de pudor le dijo jadeantemente ¡todo lo que quieras pero no me beses!







Repiraban muy cerca, cara a cara







Se encontraban en el centro de la pista de baile, totalmente fundidos




Disfrutando cada instante de este encuentro inesperado



 Eduardo se animó a bailar tomándola por la cintura fuertemente






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 
 

 


 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà






Cincuenta años en Bogotà







Ella instintivamente retrocedió, para volverse a el, presurosa colocándose insinuante







Eduardo se quedó mirando a la mujer de cabellos rizados y caderas protuberantes






Cuando sonaban los aretes que le faltan a la Luna, irrumpió Carmencita, su amiga de infancia que departía muy cerca del mostrador







Eduardo se contagió del ambiente y comenzó a cantar fuertemente, aprovechando el sonido estrambótico de los altoparlantes






Hombres y mujeres gritaban alborozados como si de repente se hubieran acabado los problemas en todo el mundo






La taurina estaba a reventar desde tempranas horas, sus luces y colores daban un aspecto carnavalesco



BOGOTA 50 AÑOS









Eduardo degusta el aguardiente néctar y la buena música








EDUARDOCELIS CAMPEON Y GOLEADOR BIC 1976





Los saludó con una venia y se acomodó en la barra cerca de Fercho






En un rincón se encuentran los Echeverri, famosos por sus intervenciones en asuntos ilegales






Eduardo llegó a la taurina, esa noche el barrio estaba alborotado por las fiestas decembrinas



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS




Fernando armó de nuevo su aposento, después de tomar la cena, se acostó sosegado



 


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA


 


 
 
 
 
José Eduardo Celis López

 

 





¡Salud! Asintió Eduardo



Cecilia recuerda que Fernando siempre ha sido muy calmado







No se supo nunca el verdadero origen de su enfermedad
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Ella tiene una apariencia sexagenaria y a Luis los años le pasan por encima


Poco a poco fueron acomodándose al nuevo ambiente familiar



Llovió toda la noche y Cecilia tosió insistentemente

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020


OTRO LIBRO DE EDUARDOCELIS


El frío penetró los huesos de Cecilia y los obligó a entrar a Casabianca

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA
 

INCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 
 

Cincuenta años en Bogotá

Eduardocelis (1970-2020)

 


Cecilia y Luis llegaron sorpresivamente al Barrio San Antonio de Bogotá.

 
  

 


 
 
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020
 OTRO LIBRO DE EDUARDOCELIS
 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà








Cincuenta años en Bogotà



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020

 OTRO LIBRO DE EDUARDOCELIS
 

  


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA

1970-2020


 

Dicen que es la violencia politica que se vive en Colombia desde que mataron a Gaitan


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020
 OTRO LIBRO DE EDUARDOCELIS
 OTRO LIBRO DE EDUARDOCELIS
 
 
 

Abrió de par en par la puerta


 

 


 





Encontraré más cercana la única voz de mis recuerdos de niñez que es la de mi madre, si es allá escucharé esta voz, la voz de mi madre muerta que es la misma voz de mi madre que está aquí viva





CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 

EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 


 eduarditocelis en el bic

 



BOGOTA 50 AÑOS 1970-2020

 


 




 
 
 


Eduardo degusta el aguardiente néctar y la buena música.




BOGOTA 50 AÑOS




 

 
 

  eduarditocelis en el bic


 
 

  


 
 

  


 
 




Una mañana lluviosa y plomiza



 


Llegaron al centro de la ciudad, descubriendo con asombro una mole de edificios que se alineaban colosalmente, formando una gran selva de cemento.





Arreados por múltiples voces y ruidos estrambóticos, se refugiaron en el segundo piso del restaurante que se encuentra al frente del palacio de justicia.
 
Durante el almuerzo Eduardo le contó los incidentes ocurridos en los últimos días, los buenos amigos que encontró en el Externado, la grata impresión que le dejó la diosa de Casabianca, la cercanía del taller de mecánica y el comportamiento extraño de su hermano Fernando.

GOLCELIS



GOLCELIS





C
hilita y May
 
 
 

 
 
 
 un final tranquilo
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sitio oficial
 
 
 
 

 joseduardocelislopez sitio oficial en el restrepo
 

MUJERES VERDADERAS

Compendio de inefables virtudes femeninas
Como madre y esposa
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ
Pereira, 27 de Marzo de 1954
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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 joseduardocelislopez con chilita y luis
 
 
 
 
 
 
 


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El mes de marzo vuelve con su luz escondida
y se deslizan peces inmensos por el cielo,
vago vapor terrestre progresa sigiloso,
una por una caen al silencio las cosas.
Por suerte en esta crisis de atmósfera errabunda
se reúnen las vidas del mar con las del fuego,
el movimiento gris de la nave de invierno
y la forma que el amor imprimió a la guitarra.
Oh amor, rosa mojada por sirenas y espumas,
fuego que baila y sube la invisible escalera
y despierta en el túnel del insomnio a la sangre
para que se consuman las olas en el cielo,
que olvide el mar sus bienes y leones
y caiga el mundo adentro de las redes oscuras.

 

joseduardocelislopez en el sindicato


 
Cuando yo muera quiero tus manos en mis ojos,
quiero la luz y el trigo de tus manos amadas
pasar una vez mas sobre mí su frescura,
sentir la suavidad que cambió mi destino.
Quiero que vivas mientras yo, dormido, te espero,
quiero que tus oidos sigan oyendo al viento,
que huelas el aroma del aire, que amemos juntos
y que sigamos pisando la tierra que pisamos.
Quiero que lo que amo siga vivo
y a ti te amé y canté sobre todas las cosas,
por eso sigue tu viviendo, querida,
para que alcances todo lo que el amor te ordena,
para que se paseé mi sombra por tu pelo,
para que así conozcan la razón de mi canto.

 

joseduardocelislopez en melgar
 

Cuantas veces, amor, te amé sin verte
Sin reconocer tu mirada, sin mirarte.

 
joseduardocelislopez en mesitas
 

Pablo Neruda, Santiago de Chile
Tomado de Cien sonetos de Amor
 
 
 
 
 
 
 
 
joseduardocelislopez en casa del che
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


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joseduarocelislopez y doña berthica
 
 
 

joseduardocelislopez en la asamblea nacional en medellin
 

CONTENIDO

 joseduardocelislopez en su mejor momento
 

 
tangos en fontibón
 
I.                  PREFACIO        

              

 JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ EN LA CEJA ANTIOQUIA    


                                             11
 
II.               LA CASA DE LOS ABUELOS   

    

CON CHILITA    


                 13
 

III.           EL COMPROMISO DE GONZALO

  

 JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ AUDITOR BIC   


             21
 
IV.           LA CASA DE LAS PALOMAS       

CON PAOLA Y AMANDA      


                        31
 
V.              VIAJE SORPRESIVO A BOGOTÁ      

 JOSE EDUARDO CELIS EN LA JAVERIANA 


                   43
 

VI.           VEINTE AÑOS NO ES NADA  

 JOSE EUARDO CELIS LOPEZ EN CALARCA   


                                 53
 
VII.       LA ALEGRIA DE VIVIR   



 JOSE EUARDO CELIS LOPEZ EN CASA DEL CHE 




   
 EDILMA EN VINDI 

                                           mi SARDINA  
 
VIII.    EL ARBOL GENEALOGICO    

 CON AMANDA Y LUCY      


                             77
 
IX.           CITAS IMPORTANTES    

 EN EL MITICO CERRO     


                                        79
 
X.              ABREVIATURAS  
        
EL CAIMAN


                                                   81
 
XI.           EL AUTOR        


EN LA VOZ DE CALARCA
                                                                                              83
 

XII.       LOS PERSONAJES


LA DECANA DE CUBA

 JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ EN EL INCA         


                                               85
 
 


 
PEREIRA-CALDAS
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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I
 

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PREFACIO

 



El presente libro pretende que mis amigos y amigas, mis hijos y mis familiares, mi esposa y mis hermanos, conversen un poco conmigo, en mi ausencia.

 

EDUARDO CELIS CAMPEON BIC 1976-1978-1994
 

No se trata de la extraordinaria narrativa de Gabriel García Màrquez, ni los maravillosos versos de Pablo Neruda, ni la encantadora poesía de Jorge Luis Borges.

 



Se trata de contar la historia de mi familia, desde una visión muy personal, matizada con algunos hechos sucedidos en el país desde mi nacimiento hasta el final de mi juventud.
 


 
Gran parte de mis recuerdos y vivencias tienen su origen en el permanente contacto con mi mamá, conversadora incansable, con quien compartimos todo tipo de experiencias, en su mayoría muy agradables.
 





Es muy importante también la influencia de la personalidad alegre, bohemia y guerrera de mi padre, con quien me identifiqué plenamente durante mi juventud, lo que me permite contar muchas alegrías y pocas tristezas.

 


Pero lo que me parece más importante destacar, es que haya tenido la oportunidad de recorrer medio país, en diferentes roles, arriesgando muchas veces la vida y la libertad, con un final verdaderamente feliz.

 


 
Por eso les propongo conversar un poco con Eduardocelis.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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 MARY EN EL COUNTRY
 
 
 LA HERMANA EN BOGOTA
 
 

II
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
LA CASA
DE
LOS ABUELOS
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
PEREIRA-CALDAS
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
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 UNA NIÑEZ SANA
 
 
 
 
 


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En el año de 1954 estaba en vigencia la dictadura del General Gustavo Rojas Pinilla, régimen de contrastes que trajo en principio la reconciliación nacional y al final mayores diferencias políticas y sociales. 

 


 
-- Tecnológicamente hubo avances en radio y televisión pero limitó la libertad de expresión.

 


 
Por entonces contaba Luis María Celis con 38 años de edad y Cecilia López Merchàn tenía 30 años. 

 
 
´-- Se habían conocido en el parque de la estación del ferrocarril, cuando Chilita asistía a misa de domingo y Luis fingía leer el periódico.

 

 
Luis Celis le había comprado el Taller automotriz a don Jesús Altamirano, ubicado en la sexta de Pereira, este taller se convirtió en una máquina de hacer dinero y tuvo su época exitosa, adquiriendo casas y vehículos último modelo, convirtiéndose en uno de los hombres más ricos de Caldas. 

 


 
-- En el matrimonio ya existían Diego, Ferney y Lucia.
 
 


 
Vivían con mis tías Celmira, Olga, Claritza, Pola y Nohemy, mi abuelo Abraham Elías López, disfrutaba de las atenciones de ellas, escuchaba música y noticias en el radio Phillips, mientras le preparaban chocolate con arepa.

 
 
 
 
En la primera década del siglo veinte, Abraham Elías López y María Francisca Merchàn se trasladaron a pie desde Manizales hasta Pereira, huyendo de la persecución política. 

 


 
-- Abraham Elías contaba su participación en la revolución de 1885 y la guerra de los mil días que terminó en 1903, la cual fue cruel, devastadora y larga, combate en el que hizo sus primeras armas, conoció y admiró a Enrique Olaya Herrera quien luego fue Presidente de la República. La guerra de los mil días fue la que más mística política despertó en el pueblo Colombiano, en cuyos campos de batalla aprendieron a distinguirse liberales y conservadores. 

 


 
-- En la guerra civil de 1885 combatieron al gobierno de Rafael Nuñez, quien estaba en su segunda Presidencia y los liberales lo acusaban de entregar armas a los conservadores.

 


 
A finales de los años veinte Celmira también tuvo que salir de Manizales, expulsada del convento donde pretendía ser monja, las madres superioras argumentaron que era la mayor de seis hermanos y su madre María Francisca estaba en delicado estado de salud. 

 


 
-- Sin embargo, el pasado guerrero de Abraham Elias también pesó en la decisión final. 

 


 
Desde entonces y por siempre, usa vestido largo y negro simulando el hábito, estuvo en las iglesias cantando y predicando la religión católica.

 
 


 
-- Fue amiga del padre Villar de Denain quien luego fue canonizado en Roma, dicen que tenía una cadena encarnada en su cintura y que sanó enfermos en San judas, en la Popa, en todas las orillas del Otùn y del Consota. 

 


 
Antes del segundo concilio vaticano, el Papa Juan XXIII envió a Pereira a un emisario, para recoger los testimonios de las personas que habían recibido los milagros del padre Villar.

 


 
-- Celmira recuerda con emoción cuando fue visitada en la casa de los abuelos por el enviado del Papa, con quien sostuvo una larga y confidencial conversación sobre la vida, obra y milagros del santo Francés quien vivió y murió en Pereira, años mas tarde luego de ser beatificado, el Papa pronunció su canonización.

 

 
Celmira es una mujer extraordinaria, excepcional, afectuosa, su cabello es negro y largo, su cara es redonda, sus ojos cafés oscuros están enmarcados por frondosas cejas, nos atiende como si fuéramos hijos y nunca nos reprocha nada, su remedio favorito es el vinagre, lo usa a diario con esencias aromáticas como bálsamo y cosmético. Ama a los seres humanos y a los animales a quienes llama hermanos. 

 


 
-- El 20 de julio de 1926 nació Policarpa López Merchàn y Abraham Elías la hizo bautizar con ese nombre en honor a la heroína Colombiana Policarpa Salavarrieta, quien fue fusilada a los 22 años de edad por el español Juan Sàmano, que en compañía de Morillo, al final de la época de la colonia persiguió y masacró a los republicanos que luchaban por la independencia del país.

 
 
 
-- El General Pablo Morillo llamado el Pacificador fue quien ordenó esa campaña de terror en 1817.

 

 
Pola también es muy religiosa y para ubicarla hay que buscarla en las Iglesias, allí mantiene cantando y leyendo la palabra de Dios, su sueño es ser locutora, por eso le llaman la atención los micrófonos de los púlpitos.
 

 
Es robusta, muy bondadosa, con una sonrisa angelical, cansina al andar, de sanas costumbres, con mirada muy expresiva y poseedora de un fino humor, admira los dibujos animados y acostumbra caminar desde libaré hasta matecaña. 
 

 
-- Pola está pensionada por la Empresa de comestibles la Rosa, ubicada en Dosquebradas.
 


 
Olguita es la más simpática de todas, desde muy joven se dedicó a las confecciones de camisas, siendo fundadora de Camisas Impala, evento que se realizó con gran ceremonia en el club Rialto de Pereira. 
 


 
-- En la fábrica simpatizó y apoyó las luchas de los obreros, para lograr una mejor remuneración por su trabajo y mejores condiciones de vida. 

 


 
Siempre sostuvo una posición critica en contra de los funcionarios del Ministerio de trabajo, quienes en unión con los patronos, atentan contra los logros alcanzados en las justas luchas, plasmadas en las convenciones colectivas.

 
 
 
-- Olga es contemporánea de Cecilia y desde su infancia tuvieron una gran empatía, de los nueve hermanos fueron las mas adelantadas en educación y cultura.

 

 
Olga y Cecilia hicieron sus tareas juntas y todos los días intercambiaban conocimientos aprendidos en la Escuela Gabriela Mistral, ubicada en la calle catorce, para llegar a ella cruzaban el puente de madera que atravesaba el Río Consota y subían luego por un pequeño barranco hasta alcanzar la circunvalar, en la esquina de la calle segunda se encontraba la tienda del arte, famosa por su vitrina llena de curiosidades y porcelanas traídas del exterior, con otros elementos para el estudio y la investigación.

 


 
-- Cecilia siempre se detenía ante esta vitrina, sentía una atracción especial por los relojes y las joyas. De allí a la Escuela habían diez cuadras, que recorrían de la mano sin dejar de hablar, gozosas, alegres, dichosas y de buen humor. 

 


 
La casa de los abuelos Abraham Elías y María Francisca es campestre, construida en bahareque y teja de barro, rodeada por un corredor con chambranas de macana gruesa, el patio es grande, rústico y da la vuelta a la casa, la cual consta de nueve alcobas, una cocina grande y un horno hecho en barro, cubierto por una enramada en guadua, en donde jugaban a la rueda rueda y al sun sun de la calavera.

 


 
 
-- Sus preciosos rostros se adornan con cabellos ondulados, ojos grandes, cejas pobladas y dentaduras perfectas, vestían casi iguales, con faldas largas de pliegues, blusas de manga corta, zapatos en charol, chal y manto, con lo cual lucían bellas, hermosas, los domingos para ir a misa. 

 
 
 
-- Un domingo de diciembre de 1941, al frente de la estación del ferrocarril conocieron al joven Luis, quien frecuentaba el sitio vestido muy elegantemente.

 


 
Olga le advirtió a Cecilia que Luis la seguía con su mirada y finalmente con su sonrisa artística, terminó conquistándola para siempre.

 


 
-- Las costumbres de la época, las circunstancias presentadas en el seno de la familia y los escasos diecisiete años que acababa de cumplir Chilita, se convirtieron en el principal obstáculo para que el noviazgo avanzara, con la celeridad que Luis pretendía.

 


 
Sin embargo detalles fuertes impactaron en la mente y en el corazón de Cecilia, recuerda que la estampa elegante y sólida que proyectaba Luis era imposible de rechazar, el trato amable, afectuoso, cariñoso, de buen genio, agradable, gentil y gracioso lo hacían digno de su amor.

 


 
-- Chilita dice que Luis planeó todo cuidadosamente para llegarle a su corazón. 

 

EN LA  CASA PATERNA DE SOACHA
 
En tal sentido, cada ocho días se presentaba con una selección de versos y poemas de amor, que contenían una extraordinaria rima, con sentimiento apasionado hacia ella. Estos versos generaron especial cariño y despertaron su interés ante las relaciones amorosas que Luis le planteó, en la flor de su juventud.
 
 

 EN LA CASA DEL CHE EN EL RESTREPO
 
 
III
 
 
 
 
 
 
 
 

TODA SU JUVENTUD EN EL BIC FUE EXITOSA 
 
 
 

 
 
EL COMPROMISO
DE
GONZALO
 
 
 
 
 
 
 

 
 EN EL AEROPUERTO DE MATECAÑA
 
 EN EL ZOOLOGICO DE PEREIRA
 

 
PEREIRA-CALDAS
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


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Después del nacimiento de Nohemy, mi abuelita María Francisca tuvo que padecer una dura enfermedad, mis tías quedaron a cargo de Gonzalo, Ricardo y Evelio. 


 EDILMA EN VINDI
 

EDILMA
 
-- Gonzalo es quien asume la responsabilidad económica de la familia, gracias a su compromiso todos y todas disfrutan de bienestar físico y mental.

 


 
A mediados del año 1932 Ricardo estuvo en la guerra contra el Perú, por culpa del gobierno Colombiano que tenia abandonado el trapecio Amazónico, los Peruanos invadieron a Leticia y esto despertó el sentimiento nacional patriótico.
 
 



-- Ricardo es un moreno alto y acuerpado, de ojos negros y brotados, su pelo es crespo rizado, de cara delgada y nariz aguileña, introvertido y malgeniado.

 
 CARMENCITA EN LA TERRAZA

CARMENCITA 

 
-- Estuvo en la tarea de construir caminos para facilitar la llegada de tropas a Leticia. Luego participó en la construcción del gran Hotel.
 
 



Miles de Colombianos fueron a la guerra, al mando del General Alfredo Vasquez Cobo quien era embajador en Francia. El General Gabriel París junto con Gustavo Rojas Pinilla, convencieron a un grupo de aviadores Alemanes que vivía en Bogotá y con su experiencia de la primera guerra mundial, permitieron recuperar los territorios invadidos.
 
 
 

 
 
-- El General París fue Presidente de la Junta militar que sucedió a Rojas Pinilla.

 


 
En el año 1942 Gonzalo López Merchàn se coronó campeón departamental de boxeo, disciplina que alternó por muchos años con la sastrería, finalmente se estableció como comerciante de joyas y electrodomésticos.
 
 



-- Su casa está ubicada en la novena cerca de la Galería y es propietario de la Prendería Pereira, le gusta en las tardes sentarse en el balcón a saborear el tabaco Cubano, costumbre heredada de Abraham Elías.

 


 
Se casó con Nieves Bernal y Benjamin el hijo consentido fue Secretario de salud publica de Dosquebradas, Tin es inteligente, activo y sagaz, Jairo el mayor maneja un perfil de bajo mundo, Rigoberto tiene la paciencia, la tranquilidad y la disciplina del Contador público y Ruby viaja constantemente a Estados Unidos en busca del sueño Americano.
 


 
-- Desde su balcón, Gonzalo alcanza a divisar el parque de la Libertad y la cúpula de la Catedral de la pobreza.

 


 
-- Recrea su vista como si se tratara de un observatorio astronómico, mientras saborea su aromada pipa.

 


 
Se relaja en su cómodo sofá hasta media noche, acariciando y hablando con Muñeca, su vieja mascota consentida.
 
 
 


 
-- Compartimos en familia, la casa es grande y completamente amoblada, equipada y llena de canarios, consta de tres pisos con una terraza inmensa que permite divisar a Pereira y sus alrededores.

 


 
-- El comedor es amplio y la cena es abundante. 

 


 
Durante la época de la violencia tenía la costumbre de asistir a todos los funerales que se presentaban en la Iglesia de la Valvanera, discretamente se acercaba a los familiares para ofrecerles ayuda, generalmente se hacia cargo de los gastos funerarios, cuando se trataba de gente muy pobre.
 



 
-- Gonzalo tiene un temperamento recio, de aspecto serio, pensante, que inspira respeto, es alto, macizo, fornido, con un carácter fuerte forjado a golpes.

 
 
Esconde debajo de su ruana y sombrero una extraordinaria dulzura y amor por la gente pobre y necesitada, es bondadoso, ayuda y da, sin pedir a cambio nada.

 


 
-- Mientras tanto la presencia de Luis en la ventana de Cecilia se volvió continua, lucia alegre, decente y extremadamente respetuoso, lo cual condujo a que fuera aceptado por toda la familia. 

 

 
-- Después de casados, se benefició de los conocimientos adquiridos por Cecilia.
 
 
 


 
Chilita le leía el periódico, los contratos de compra y venta, le enseñó las operaciones básicas y las primeras letras, hecho que se aprecia en la caligrafía de su firma. 

 
 
-- Entonces Luis Celis abre su primera cuenta bancaria.
 



 
Con el primer cheque que gira obsequia a Cecilia un costoso abrigo de piel café oscuro, cartera y zapatos de gamuza, adquiere un juego de muebles estilo Luis XV, que incluye sala, comedor, alcoba y biblioteca. Las comodidades, el confort y la abundancia se observan en todos los rincones de la casa de la sexta y redunda en la felicidad del hogar recién constituido.
 

 
-- A finales de los años cincuenta Evelio se fue para Cali con su esposa Flor y su pequeña hija, aprendió de Gonzalo la sastrería y la confección de pantalones le valió el reconocimiento en la Alameda caleña. 

 


 
-- Contaba con nostalgia los hechos que siguieron al asesinato de Gaitàn el 9 de abril de 1948.

 


 
Evelio fue el único que interpretó las ideas radicales del liberalismo que Abraham Elías defendió con vehemencia, estuvo al lado de Alfonso López Pumarejo, Enrique Olaya Herrera y por supuesto, Gaitanista a morir. Jorge Eliecer Gaitàn fue víctima de las oligarquías Colombianas que veían con preocupación al caudillo, perfilándose como Presidente de un pueblo desarrapado.
 
 
 
 
 
-- Por ese entonces en la casa de la segunda, Claritza trabaja la modistería

 
 
Es una morena alta, delgada y esbelta, de ojos negros y hermoso perfil de rostro, es muy detallista y conversadora, fue novia de Hèctor, un periodista que se suicidó después que se descubriera que tenia un hijo con otra mujer, luego de dos amores frustrados no volvió a conseguir novio y por siempre guardó el secreto de la relación con él.

 
 
-- Hèctor era un zambo Quimbaya, sus rasgos y el color de su piel eran producto de la fusión de pobladores indígenas, españoles y negros.
 
 
-- Fue su único y verdadero amor, Claritza se volvió muy reservada, malgeniada y difícil de comprender. 

 
 
Celmira, Claritza y Olga viven tranquilas, tienen buena salud, son dueñas de la casa de la segunda, en la cual todos pasamos momentos preciosos de nuestra niñez, la casa está ubicada de cara al río y desde su ventanal se observan el viacrucis y la acequia que surte de agua a Pereira, tiene cuatro alcobas y dos baños, el piso y las puertas son de pino albar, la cocina es amplia con mesón de cemento, fogones de petróleo, chimenea y horno de carbón.

 
 
-- Dentro de la cocina existe una mesa grande con cuatro butacas, en donde nos sentamos a conversar con Celmira.
 
 
 
 
-- El corredor es largo y contiene un comedor de seis puestos con manteles e individuales de flores rojas, al fondo existe un patio grande pavimentado y el cuarto de San Alejo. En la sala está la máquina de coser Singer y una silla mecedora, en sus paredes cuelgan seis repisas con muñecas de porcelana y carrozas conducidas por caballos blancos.
 
 


-- Al centro se encuentra la habitación sombría e impenetrable de Claritza.
 
 
Celmira y Olga comparten la misma alcoba, que tiene doble entrada con cortinas transparentes y en la ultima pieza se ubica Abraham Elías que adorna su entorno con escaleras, hisopos, brochas y demás herramientas de trabajo.
 
 


-- Abraham Elías todas las tardes se sienta cerca del patio, a degustar el tabaco Cubano.
 


 
En la casa vecina vive la familia de Alfonso Galvis el famoso ciclista Pereirano que junto con Ruben Dario Gómez hicieron historia en Colombia, el tigrillo de Pereira fue noveno en los Olímpicos de Roma y bicampeòn de la vuelta a Colombia. Ruben Darìo se convirtió en el personaje más importante de la ciudad y orgullo de los Pereiranos.

 
 
-- En agosto de 1963 celebramos el centenario de la fundación de Pereira. En las fiestas de la cosecha bailamos al frente del Bolívar desnudo de Rodrigo Arenas Betancur y visitamos en Cuba, a Juan Celis, Lolita, Efrain y Guillermo, su casa y taller colindan con la Villa Olímpica. 

 
 
 
 
Pereira es la sexta ciudad del país, fundada por dieciocho aventureros antioqueños atraídos por la fertilidad de las tierras de propiedad de don Francisco Pereira, situada en una bella planicie rodeada de montañas y bañadas por los ríos Consota y Otùn, en el lugar ideal para el descanso de los viajeros del triángulo de oro Bogotá, Medellín y Cali.

 


 
-- El poeta Pereirano Luis Carlos González la inmortalizó querendona, trasnochadora y morena. 

 


 
Es conocida como la Perla del Otùn, el café es su producto bandera, inolvidable es el recorrido por el Zoológico, el aeropuerto Matecaña, las aguas termales de Santa Rosa de Cabal, el lago Uribe Uribe y el estadio Alberto Mora Mora. 

 

 
-- En esos años sesenta, presenciamos los partidos de fútbol que hicieron famoso al Kinder de López Fretes.
 

AUDITOR EN CALI
 
En el fortín de Libaré, jamás vimos perder al Deportivo Pereira con la camiseta amarilla y roja, los Matecañas jugaban con Vivas, Vargas, Bobadilla, Chàvez y Mesa, Arboleda, Lezcano y Manjarrèz, Santa, Rada y Pollo Díaz.
 
 

 
-- Por entonces Nohemy y Virgilio se radicaron en Ibaguè con sus hijos Julio, Gerardo, Stella, Cristina y Beatriz, las cartas y visitas esporádicas fueron el sostén de nuestra relación. Años mas tarde, en el barrio El Jordán ocurrieron maltratos de Virgilio hacia Nohemy, lo que obligó a la separación definitiva.
 
 
 
 
 
-- Chilita dice que ya le habían advertido del mal comportamiento presentado por Virgilio, en el pasado.

 
 
-- Sin embargo Nohemy respondió que nunca le explicaron claramente en que consistía ese mal comportamiento, hasta que lo sufrió en carne propia.

 

 
Entonces viajaron a Manzanares Caldas, huyendo del maltrato y las amenazas, para reorganizar sus vidas y tratar que los hijos terminen sus estudios de bachillerato, con el apoyo de Olga y Pola.
 

 
-- En consecuencia Pola decide trasladarse a San Judas frente a la Iglesia, al otro lado del río, comunicada por el puente que une a Pereira con Dosquebradas.
 

 

Su nueva casa es pequeña, acogedora y agradable, la adquirió con las cesantías ahorradas durante veinte años de trabajo en la Rosa, tiene dos alcobas, sala comedor, baño, patio de ropas y cocina integral, comedor y bife en madera cedrina, un sofá, dos sillas en felpa y un mueble multiservicios que tiene incrustado el radio y un pequeño televisor a color. 

 

 
-- Mientras tanto Olguita asiste diariamente al Sagrado Corazón y está pensionada por Camiserías Impala.

 


 
Celmira, Claritza y Olga viven a orillas del río Otùn.
 
 
 
 
 
IV
 
 
 
 
 
 
 
 


eduardocelis goleador y campeon 
 
 
 
 
 
LA CASA
DE
LAS PALOMAS

 
 
 
 
 
 
 
 
 
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PEREIRA-CALDAS
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ADIELA EN CASABIANCA


 ADIELITA
 
 
 
 
 

 
1992 


 en fontibon
 
 
 
 
 
 
Después del lamentable accidente de Carlos Gardel en 1935, en el aeropuerto Olaya Herrera de Medellín, Luis se convirtió en una autentica réplica del morocho del abasto, en su manera de actuar y vestir.
 

 


-- Tenía 20 años, ya era dueño del Taller automotriz, con carros propios, usaba gomina y sombrero gardeliano, siempre estaba rodeado de amigos y mujeres. 
 

 
El zorzal criollo está viviendo un gran momento físico y sentimental, como propietario y como amante, siempre con buen humor, alegría y simpatía, bien peinado, bien afeitado y con fragancia, su elegancia para vestir y actuar marcó una época dorada en Caldas, que lo llevó al éxito personal.

 
 
-- Carlos Gardel viajó por toda América y Europa, donde fue comparado con la imagen latina del actor Italiano Rodolfo Valentino. Gardel y Lepera tienen éxitos apoteósicos en Estados Unidos, Madrid, París y Barcelona, finalmente tendría un trágico desenlace en Medellín.
 

 


-- Por aquel entonces el parque de la Libertad estaba rodeado de cantinas y cabarets.
 
 
En la diecisiete cerca al parque de la Libertad vive Doña Agripina mi madrina, quien tiene una casa grande, con jardines colgantes, terrazas y piscina, en las vacaciones disfruté de sus excentricidades, es tranquila y culta, ha sabido suplir su viudez con el cariño de sus dos hijos y tres nietos.
 
 
 
 
A este parque llegaban en lujosos vehículos, los jóvenes que ostentaban el poder y derrochaban dinero y licor al compás del baile porteño, resaltaba la figura gardeliana de Luis Celis.
 


 
Cantando con su poderosa voz los tangos de sus ídolos Carlos Gardel y Hugo del Carril como Yira Yira, Nostalgias, El día que me quieras, Madame Ivonne y Adiós Muchachos.

 
 
-- En un rincón siempre se ubica Abraham Elías, quien recibe atenciones por cuenta de Luis.

 
 
-- Los viernes acostumbra compartir con su amigo Oscar Agudelo, quien lo visita frecuentemente y cantan en coro “... ensartan corazones, los dejan moribundos, a espejos donde el alma se asoma a coquetear...”. 
 

 
Que tiempos aquellos... cuando Luis era el dueño del universo y no le quedaba grande nada, se reunía con el Alcalde y el Obispo, asistían a cocteles y su nombre se escuchaba en las emisoras, como uno de los notables del pueblo.
 


 
-- Luis María Celis Rey nació en Timanà Huila, desnudo y envuelto en periódicos.

 

 
Llegó a Pereira Caldas, huyendo de la finca de sus padres al Restaurante de la tía Carmen Celis, trabajó en el teatro, se hizo pintor y con su habilidad innata para los negocios obtuvo dinero, talleres, carros, casas, mujeres e hijos. 
 
 
 
 
-- Su figura es elegante, su sonrisa es artística, su voz es fuerte, varonil, su mirada es viva y es dueño de una gran habilidad para comunicarse con los demás. 
 

 
Las circunstancias de la vida lo llevaron por tres esquinas de Armenia y luego a Calarcà, en donde cambió uno de los carros por la casa de las Palomas.
 

 
-- Por entonces ya existíamos Fernando, Amanda y yo.
 
 
Esa casa ubicada cerca al Estadio de las Palomas, para mí es un paraíso terrenal, un refugio de amor, todos esos años se convierten en la dicha de vivir rico y afortunado.
 

 
-- Toda mi niñez allí fue preciosa, buena, sana, santa, pura, honesta, obediente e inocente. 
 

 
La casa de las Palomas es grande, esquinera, con teja de barro y zarzos de guadua, en la sala cuelga la lámpara en cristal de lágrimas, a la izquierda se observa el escaparate gris con una bala de revolver incrustada en una de sus puertas, al pie de la ventana está la mesita de dos entrepaños que soporta al radio Phillips, reliquia que junto con los muebles estilo Luis XV se conservan desde los primeros días del matrimonio.
 

 
-- En la parte inferior de la mesita se encuentran los veintiún libros del Tesoro de la Juventud, que Luis le compró a Diego y fueron de nuestra consulta permanente.
 
 
 

 
La casa tiene cinco alcobas y un corredor de gran longitud, con seis repisas, un espejo de cuerpo entero y un zurriado colgando de las paredes, tres ventanas y cinco puertas en madera, una cocina grande con estufas de petróleo y una Alacena de cinco anaqueles con mallas protectoras, al final del corredor se encuentra el lavadero con un tanque inmenso y profundo, un baño pedernal corona de color violeta oscuro y enseguida la ducha amplia, espaciosa, con tejas transparentes que permiten la entrada del sol.
 

 
-- Al fondo se encuentra el patio inmenso, colosal, que ocupa mas de la mitad del área de la casa, en lugar de muros está rodeado de laminas de zinc.
 


 
-- Al lado derecho hay un papayo, al lado izquierdo un guayabo, en medio de los dos árboles se observan violetas y rosas amarillas y rojas.
 

 
En el costado sur del patio catorce Palomas se distribuyen en cinco palomeras de madera, un pato se baña en un pequeño lago artificial, rodeado de dos gallos colorados y cinco gallinas criollas tres de las cuales ponen huevos, en el costado norte se encuentran arrumados dos mil quinientos ladrillos que Luis compró para futuras obras, al frente un pequeño arco de microfùtbol, en una enramada se parquea el vehículo negro Ford 54, también se guardan partes del antiguo taller y una cantina lechera grande.
 

 
-- Contamos con la compañía de Sonia, que es mona, grande, flaca y muy juguetona.
 
 
 
 
 
En la casa vecina viven don Elías Sabogal y doña Ofelia, sus hijos Ever, Wilmar, Zulma y Esther se dispersaron, dejando huellas, por sus actuaciones escandalosas e inesperadas. 
 

 
-- A mediados del año 1965, Luis emigró para la capital por siempre, entonces quedamos en manos de Chilita quien demostró ser recursiva, inteligente y capaz.
 

 
Cecilia es pequeña de estatura, honesta en sus actuaciones, sincera y franca al hablar, su piel es tersa, su cabello corto ondulado, sus ojos son negros con cejas bien pobladas, su mirada es firme con la frente siempre en alto, de finos modales, culta, respetuosa y con una bella caligrafía.

 




E
n el año de 1954 estaba en vigencia la dictadura del General Gustavo Rojas Pinilla, régimen de contrastes que trajo en principio la reconciliación nacional y al final mayores diferencias políticas y sociales. 

 


 
-- Tecnológicamente hubo avances en radio y televisión pero limitó la libertad de expresión.

 


 
Por entonces contaba Luis María Celis con 38 años de edad y Cecilia López Merchàn tenía 30 años. 

 
 
´-- Se habían conocido en el parque de la estación del ferrocarril, cuando Chilita asistía a misa de domingo y Luis fingía leer el periódico.

 

 
Luis Celis le había comprado el Taller automotriz a don Jesús Altamirano, ubicado en la sexta de Pereira, este taller se convirtió en una máquina de hacer dinero y tuvo su época exitosa, adquiriendo casas y vehículos último modelo, convirtiéndose en uno de los hombres más ricos de Caldas. 

 


 
-- En el matrimonio ya existían Diego, Ferney y Lucia.
 
 


 
Vivían con mis tías Celmira, Olga, Claritza, Pola y Nohemy, mi abuelo Abraham Elías López, disfrutaba de las atenciones de ellas, escuchaba música y noticias en el radio Phillips, mientras le preparaban chocolate con arepa.

 



Cesar Gaviria 


Sofi

Olguita

Calarca

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JANNER
 
MATECAÑA
Compendio de inefables virtudes femeninas

susana paola y olguita en pereira

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SU JUVENTUD EN BOGOTA EXITOSA



eduardo celis en la universidad javeriana






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CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 

 




 
 
 



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SU JUVENTUD EN EL BIC EXITOSA
  



 

 

 

En la noche observan la lluvia de estrellas de la Urbe Capitalina

 

JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ 2020

 

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   Eduardo se acurrucó en un rincón de la cama










No es nada dijo Cecilia con voz calmada, no tengas miedo, deje la luz prendida para que no tenga mas ofuscaciones




CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020

YUDY. MAGALY, OLGA, RODOLFO, DIANA Y LUCIA (1985)
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 


EDUARDOCELIS CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA

 


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UNIVERSIDAD JAVERIANA


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CONVERSANDO CON EDUARDOCELIS

EDUARDO CELIS AUDITOR



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA

 

 




 

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA




A mediados de 1976, en compañía de Janner Lozano, Edgar Avellaneda y Abel Salcedo, alcancé el triunfo deportivo más significativo de mi vida, fui campeón y goleador a los veintidós años de edad, hice diecisiete goles en nueve partidos, la celebración fue extraordinaria, Sonia Stevens levantó la copa de champaña y a partir de ese momento comenzó la rumba, una fiesta larga y completa, bailando, cantando y gozando con todos los gastos pagos por el B.I.C, con amigos y amigas a granel, me convertí en la estrella, el hombre mas importante del equipo, mi vida cambió radicalmente, a partir de ese triunfo fui un ganador en todas las acciones de mi vida.
 

 
-- Todo está a mi favor, nada me preocupa, nadie me asusta, no caminaba sino que volaba, vivo como un Rey, toda mi juventud en el B.I.C. fue exitosa.

 

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 
 

 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà






Cincuenta años en Bogotà




Entró una luz tenue 













no como si fuera a comenzar el día, sino como si estuviera llegando la noche





LA CAPITAL DE LA REPUBLICA ESTA COMPLETAMENTE FRIA





LIBRO 




CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA


EDUARDO CELIS 
 


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020



Fernando no le encuentra la punta a sus deseos






La llegada a Bogotá les ha regresado la ilusión de una nueva vida






Respiran un aire tranquilo, sienten muy cerca el latir de corazones, perciben la presencia del amor





Cecilia disfruta una taza de café en compañía de Fernando





Luis se recostó en la cama y duerme profundamente mientras penetra un rayo de sol por la ventana de enfrente





La gente Bogotana es culta y muy elegante concluyó Cecilia



   

   

   

Habia un cielo plomizo oscuro, aún no aclarado por la luminosidad del sol Capitalino





CECILIA Y LUIS





Ella no está acostumbrada a este frío y Luis se encuentra aclimatado



FERNEY, EDUARDO Y DIEGO

La Atenas Suramericana
 está inmensa, fría y acogedora
 





CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 

   

   

   

En la noche observan la lluvia de estrellas de la Urbe Capitalina



EDUARDO, MAGALY Y FERNEY



Cincuenta años en Bogotá


Eduardocelis (1970-2020)

 CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA
EDUARDO, YUDY Y CECILIA




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ALONSO, AUGUSTO Y EDUARDO



 
 
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA
PABLO Y DIEGO
 
 

 

 CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA
LUCIA Y AMANDA



 

 
 
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA
FERNANDO, RODOLFO Y FERNEY
 
 

 
 
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA
YUDY,MAGALY,OLGA,LUCIA,RODOLFO Y DIANA
 

 
 
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 
 DIANA, EDUARDO Y RODOLFO
 
 




 
 

 CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA
CECILIA, RODOLFO Y LUIS




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EDUARDO Y ALVARO




 CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA
ANDRES, FERNANDO, LUIS Y EDUARDO



 
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FERNEY Y DIEGO



 
 CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA
EDUARDO Y YUDY



 
la última fotico


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CECILIA, AMANDA, YUDY, EDUARDO Y LUCIA

 
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DIANA Y RODOLFO
 

 
 
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YUDY, CECILIA LUCIA, OLGA Y MAGALY


 

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YUDY, EDUARDO, RODOLFO Y DIANA


 
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LUIS



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EDUARDOCELIS LLEGO A MADRID ESPAÑA



    

  
Eduardo se acurrucó en un rincón de la cama










No es nada dijo Cecilia con voz calmada 
















no tengas miedo, deje la luz prendida para que no tenga mas ofuscaciones




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DOÑA BERTHA Y EDUARDOCELIS (2003)



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CECILIA Y LUCIA EN EL RESTREPO (1982)



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CECILIA LOPEZ DE CELIS (1984)



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PABLO Y DIEGO EN MATATIGRES (1977)



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LUCIA, CECILIA Y AMANDA EN EL RESTREPO (1982)



OBDULIO REINA (1981)




RESTAURANTE EL PLANETARIO













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EDUARDO Y FERNEY EN LOS 15 AÑOS DE MAGALY


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020

CECILIA Y LUIS EN EL RESTREPO (1982)


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CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020
 





Eduardo se durmió y Cecilia apagó la luz



  




Fernando no le encuentra la punta a sus deseos






La llegada a Bogotá les ha regresado la ilusión de una nueva vida






Respiran un aire tranquilo, sienten muy cerca el latir de corazones, perciben la presencia del amor





Cecilia disfruta una taza de café en compañía de Fernando





Luis se recostó en la cama y duerme profundamente mientras penetra un rayo de sol por la ventana de enfrente





La gente Bogotana es culta y muy elegante concluyó Cecilia



 

 

 

Habia un cielo plomizo oscuro, aún no aclarado por la luminosidad del sol Capitalino





CECILIA Y LUIS





Ella no está acostumbrada a este frío y Luis se encuentra aclimatado



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1992

BIC

1993

1979

CHILITA Y LUIS

1976

BIC

COBYNEG 2011

WILLIAM

DAVIVIENDA 2015

PAOLA

PENTACAMPEON

CHILA-EDU

1982

FARC

ROJAS PINILLA 1954

FAMILIA 1986

LA BOHEMIA

LA COLONIA

RAFAEL

LUCHO-EDU-CESAR

D.T.

CLARITZA PEREIRA

FERNANDO 1984

GOLEADOR

CALARCA

1985

DIEGO CELIS LOPEZ

 
 
 


EDUARDOCELIS

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA

1970-2020 OTRO LIBRO DE EDUARDOCELIS



EDUARDOCELIS CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 



Dicen que es la violencia politica que se vive en Colombia desde que mataron a Gaitan




Luis Maria Celis Rey es propietario de Talleres Santacruz en Matatigres

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 
 

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020
 




eduarditocelis en el bic






Eduardo se durmió y Cecilia apagó la luz



   

En una mañana lluviosa y plomiza
 

 






 
 

 FERNEY CELIS LOPEZ EN 1975 ESTABA TRABAJANDO EN EL BANCO POPULAR DE LA CARRERA 7 CON CALLE 17 DE BOGOTA







Sinembargo ante las circunstancias tuvieron que bajar el tono de su amorío







CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020  EDUARDOCELIS 


 
 
 
 
José Eduardo Celis López

 

 





¡Salud! Asintió Eduardo



Cecilia recuerda que Fernando siempre ha sido muy calmado


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 
 

 
 


 





Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà







Cincuenta años en Bogotà




CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 2022

 





El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando

 






Luis tardiamente salió y se fue

 

 





Encontraré más cercana la única voz de mis recuerdos de niñez que es la de mi madre, si es allá escucharé esta voz, la voz de mi madre muerta que es la misma voz de mi madre que está aquí viva





CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 
 

 



BOGOTA 50 AÑOS 1970-2020



  




 
 
 




Eduardo degusta el aguardiente néctar y la buena música





BOGOTA 50 AÑOS



 

 
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 
 

Cincuenta años en Bogotá

Eduardocelis (1970-2020)

 


Cecilia y Luis llegaron sorpresivamente al Barrio San Antonio de Bogotá

 




 

 
 
 
 
 
 
 
José Eduardo Celis López

 


 CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 
 
 



 

 
 
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 
 

 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà




Ferney,Fernando y Eduardo
 
 
En las penumbras estalló una carcajada







 
50 AÑOS EN BOGOTA
Libro de Eduardocelis
  
Eduardocelis
 

 
Cecilia recuerda que Fernando siempre ha sido muy calmado


Fernando



Mientras ellos servian un aguardiente






La taurina estaba a reventar desde tempranas horas, sus luces y colores daban un aspecto carnavalesco



 
 


Soy bachiller, contestó extendiendo el diploma




 
 
 
 

Ferney Celis 






Amanda estudió enfermería






¡Salud! 







Ella tiene una apariencia sexagenaria y a Luis los años le pasan por encima




 
 
 
Lucia ya es madre de dos niñas



 
 
 

1974
 
 
Eduardo corría en el Parque Nacional, presuroso, un escalofrío recorría todo su cuerpo, calaba sus huesos, daba vueltas a la glorieta nerviosamente, miraba por entre los árboles con ansiedad, buscaba por la orilla de la quebrada, hasta que no aguantó mas y se desmoronó totalmente sobre uno de los asientos, con las piernas abiertas al sol



 
 
 

Eduardo se animó a bailar tomándola por la cintura fuertemente




 
 
 
Ferney adelanta su vocación de jurisconsulto



 
 
 
Diego se encarga a regañadientes del taller de mecánica de Luis



 
 
 

Bogotá es muy grande, la gente es muy viva y hay que avisparse, dijo Cecilia casi a gritos




la ciudad




CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 
 

 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà






Cincuenta años en Bogotà



 Lloviendo y haciendo sol, son las gracias del Señor, exclama Cecilia






Justo ahora comienza una llovizna de nieve, que observan eufóricamente






A esa hora el sol les daba por la espalda, un sol desfigurado por las nubes de los cerros orientales




Observan negocios de música, almacenes de ropa, cafés, librerías, Iglesias, museos y el mítico Cerro de Monserrate






Luego bajan por la escalera eléctrica y salen a la séptima congestionada por la gente y el ruido






Luis asume una actitud alegre con su sonrisa artística mientras ella levanta la frente y se alisa su ondulado pelo






Cecilia está pálida, el clima de esta ciudad le ha afectado su salud






Durante el almuerzo dialogan animadamente






Cecilia y Luis suben a un restaurante frente al palacio de justicia, conversando sobre el taller y el comportamiento de su hijo Fernando






En el centro descubren una mole de edificios que se alinean formando una selva de cemento






Luis la abraza suavemente






Cecilia cubre sus manos con las mangas del abrigo y lleva los labios congelados





La Atenas Suramericana
 está inmensa, fría y acogedora






Cecilia y Luis pisaban el pavimento húmedo mientras los niños jugaban y cantaban disfrutando el hielo Capitalino





En la Plaza vieron volar las palomas, moviendo el aire con sus alas mojadas




Las calles mojadas dejan escapar vapor al contacto del sol con el betún del asfalto




Caía una pertinaz lluvia




Al otro día caminaron hacia la plaza de Bolívar



Lucia y Cecilia

Luis



Lucia



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 
 
 
José Eduardo Celis López

 


 
 
 



 


eduardocelis


 

De pronto Cecilia se iluminó con los relámpagos mientras soñaba con sus seis hijos uno por uno de mayor a menor

 
  
  

 
  
  

En la noche observan la lluvia de estrellas de la Urbe Capitalina

Cincuenta años en Bogotá

Eduardocelis (1970-2020)


 

Los vidrios de las ventanas se oscurecieron y caían gotas como de gruesas lágrimas


Por la mañana volvió a llover y cuando despertaron aun se alcanzaba a sentir una leve llovizna


Escuchando el salpicar del agua se quedaron dormidos


Ella no está acostumbrada a este frío y Luis se encuentra aclimatado

Cecilia tiene su cabello corto ondulado, la mirada firme con la frente siempre en alto. Luis tiene su voz fuerte, varonil y su sonrisa artística


El cuenta con cincuenta y cuatro años y Cecilia con cuarenta y seis años parece mayor


Ella tiene una apariencia sexagenaria y a Luis los años le pasan por encima


Poco a poco fueron acomodándose al nuevo ambiente familiar



Llovió toda la noche y Cecilia tosió insistentemente

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020


OTRO LIBRO DE EDUARDOCELIS


El frío penetró los huesos de Cecilia  










los obligó a entrar a Casabianca




CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA
 

INCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 

 
 eduarditocelis en el bic

Cincuenta años en Bogotá





Eduardocelis (
1970-2020)

 


Cecilia y Luis llegaron sorpresivamente al Barrio San Antonio de Bogotá.

 
  
 

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020
 OTRO LIBRO DE EDUARDOCELIS

Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà






Cincuenta años en Bogotà



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020

 OTRO LIBRO DE EDUARDOCELIS
 
  





CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA

1970-2020




Dicen que es la violencia politica que se vive en Colombia desde que mataron a Gaitan






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020
 OTRO LIBRO DE EDUARDOCELIS
 OTRO LIBRO DE EDUARDOCELIS
 

 

Abrió de par en par la puerta





 

 






Encontraré más cercana la única voz de mis recuerdos de niñez que es la de mi madre, si es allá escucharé esta voz, la voz de mi madre muerta que es la misma voz de mi madre que está aquí viva





CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 
 




BOGOTA 50 AÑOS 1970-2020









Eduardo degusta el aguardiente néctar y la buena música




BOGOTA 50 AÑOS




 
 

   


 
 

   


 
 


   


 
 




Una mañana lluviosa y plomiza





 
 

 





Sinembargo ante las circunstancias tuvieron que bajar el tono de su amorío






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020  EDUARDOCELIS 


 
 
 
 
José Eduardo Celis López

 





¡Salud! Asintió Eduardo



Cecilia recuerda que Fernando siempre ha sido muy calmado


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 
 

 
 


 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà






Cincuenta años en Bogotà



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 





El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando







Luis tardiamente salió y se fue. 





Luis también salio para la oficina de Lázaro a cobrar un dinero que le adeudaba






Tempraneramente Fernando salió y se fue







Cuando aún estaba en la cama Luis dijo que se le había reventado un resorte






Ella nunca lo mandó al olvido y aún hoy sus labios la nombran






Al bajar las escaleras vio por última vez a Edilma a través de la rendija de la puerta, se estremece con sus besos lo más recóndito de su alma







El amor entrañable, puro, tierno y seductivo profesado por Eduardo en su corazón, nadie lo puede llenar







Se escucha la buena música antillana que alegra el ambiente en el Restrepo







Sin abrir las ventanas ya el sol Capitalino había penetrado a la casa







Cuando le estaba tocando el cuerpo dijo que es el primer amor de su vida y que ese amor nunca se muere







Recorrieron el Restrepo cogidos de la mano y cuando se encontraban solos, se entregaron sus corazones







Muy temprano llegó Carmencita al Restrepo, Eduardo siente satisfacción de verla






La noche pasò volando






Eduardo se durmió y Cecilia apagó la luz






Ya no piense mas en eso dijo Cecilia, duérmase tranquilo







Aún no habían desechado la idea que el fantasma era Fernando, su mirada inalterable les producía espanto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 





El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando







CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 




PEREIRA





Lucia y Alberto


Eduardo se quedó mirando a la mujer de cabellos rizados y caderas protuberantes






Ella instintivamente retrocedió, para volverse a el, presurosa colocándose insinuante






   


Eduardo se animó a bailar tomándola por la cintura fuertemente














Se encontraban en el centro de la pista de baile, totalmente fundidos










Aún no habían desechado la idea que el fantasma era Fernando, su mirada inalterable les producía espanto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 
 

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA





Eduardo se durmió y Cecilia apagó la luz






La noche pasò volando








Muy temprano llegó Carmencita al Restrepo, Eduardo siente satisfacción de verla







Recorrieron el Restrepo cogidos de la mano y cuando se encontraban solos, se entregaron sus corazones







Cuando le estaba tocando el cuerpo dijo que es el primer amor de su vida y que ese amor nunca se muere




LUIS, CECILIA, YUDY, EDUARDO, GLADIZ, DARIO, LUCIA Y ALBERTO


Sin abrir las ventanas ya el sol Capitalino había penetrado a la casa






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 






Se escucha la buena música antillana que alegra el ambiente en el Restrepo







El amor entrañable, puro, tierno y seductivo profesado por Eduardo en su corazón, nadie lo puede llenar






Al bajar las escaleras vio por última vez a Edilma a través de la rendija de la puerta, se estremece con sus besos lo más recóndito de su alma






Ella nunca lo mandó al olvido y aún hoy sus labios la nombran






Cuando aún estaba en la cama Luis dijo que se le había reventado un resorte









Tempraneramente Fernando salió y se fue



Luis también salio para la oficina de Lázaro a cobrar un dinero que le adeudaba









Luis tardiamente salió y se fue.



  


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA

1970-2020




Dicen que es la violencia politica que se vive en Colombia desde que mataron a Gaitan


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020
 
 
 

Abrió de par en par la puerta





 

 






Encontraré más cercana la única voz de mis recuerdos de niñez que es la de mi madre, si es allá escucharé esta voz, la voz de mi madre muerta que es la misma voz de mi madre que está aquí viva





CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 
 

 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà







Cincuenta años en Bogotà




BOGOTA 50 AÑOS 1970-2020








Eduardo degusta el aguardiente néctar y la buena música




BOGOTA 50 AÑOS



 
 

  


 
 

  


 
 

  


 
 




Una mañana lluviosa y plomiza





 
 

 





Sinembargo ante las circunstancias tuvieron que bajar el tono de su amorío






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020  EDUARDOCELIS 


 
 
 
 
José Eduardo Celis López

 

 





¡Salud! Asintió Eduardo



Cecilia recuerda que Fernando siempre ha sido muy calmado


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 
 

 
 


 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà






Cincuenta años en Bogotà



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 





El amigo Fabio vino a despedirse 










su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando







Luis tardiamente salió y se fue. 





Luis también salio para la oficina de Lázaro a cobrar un dinero que le adeudaba






Tempraneramente Fernando salió y se fue







Cuando aún estaba en la cama Luis dijo que se le había reventado un resorte






Ella nunca lo mandó al olvido y aún hoy sus labios la nombran






Al bajar las escaleras vio por última vez a Edilma a través de la rendija de la puerta, se estremece con sus besos lo más recóndito de su alma







El amor entrañable, puro, tierno y seductivo profesado por Eduardo en su corazón, nadie lo puede llenar







Se escucha la buena música antillana que alegra el ambiente en el Restrepo







Sin abrir las ventanas ya el sol Capitalino había penetrado a la casa







Cuando le estaba tocando el cuerpo dijo que es el primer amor de su vida y que ese amor nunca se muere







Recorrieron el Restrepo cogidos de la mano y cuando se encontraban solos, se entregaron sus corazones







Muy temprano llegó Carmencita al Restrepo, Eduardo siente satisfacción de verla






La noche pasò volando






Eduardo se durmió y Cecilia apagó la luz






Ya no piense mas en eso dijo Cecilia, duérmase tranquilo







Aún no habían desechado la idea que el fantasma era Fernando, su mirada inalterable les producía espanto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 





El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando







CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 





El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)

 


 


 





Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà






No se preocupe, le dijo sonriendo Fernando que observaba la escena sentado en el sofá






Fernando se quedó quieto en un rincón
 
 
 




¡Téngale miedo a los vivos! Gritó Luis desde la cama







No es nada dijo Cecilia con voz calmada, no tengas miedo, deje la luz prendida para que no tenga mas ofuscaciones






Eduardo se acurrucó en un rincón de la cama








Un fantasma envuelto en una sábana blanca recorre la casa paterna






En las penumbras estalló una carcajada



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



¡Cuídate mucho, diablo! , no te metas en problemas dijo el menor lacónicamente







Peligrosos por su sagacidad en el manejo de armas







Después de la media noche Eduardo regresó a casa en compañía de los Echeverri







la oportuna intervención de los Echeverri evitaron el ataque en el acto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



Absurdamente Eduardo recibió el ataque feroz de cuatro bandidos







Inesperadamente estuvo en peligro la vida de Eduardo







De inmediato se armó la bronca, se formó una monumental trifulca a un lado de la pista







Carmencita se retiró a su lugar, llevando los nervios de punta, abrumada y ansiosa






Quedando sellado ahí un encuentro casual







Como por instinto Eduardo la besó







Carmencita en un arrebato de pudor le dijo jadeantemente ¡todo lo que quieras pero no me beses!







Repiraban muy cerca, cara a cara







Se encontraban en el centro de la pista de baile, totalmente fundidos




Disfrutando cada instante de este encuentro inesperado



  Eduardo se animó a bailar tomándola por la cintura fuertemente






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 
 

 


 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà






Cincuenta años en Bogotà







Ella instintivamente retrocedió, para volverse a el, presurosa colocándose insinuante







Eduardo se quedó mirando a la mujer de cabellos rizados y caderas protuberantes






Cuando sonaban los aretes que le faltan a la Luna, irrumpió Carmencita, su amiga de infancia que departía muy cerca del mostrador










Lucia y Alberto


Eduardo se quedó mirando a la mujer de cabellos rizados y caderas protuberantes






Ella instintivamente retrocedió, para volverse a el, presurosa colocándose insinuante






  


Eduardo se animó a bailar tomándola por la cintura fuertemente




  
La Taurina

Eduardo se animó a bailar tomándola por la cintura fuertemente













Se encontraban en el centro de la pista de baile, totalmente fundidos






Repiraban muy cerca, cara a cara






  

   

 
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 
 
José Eduardo Celis López

 

 





¡Salud! Asintió Eduardo






   
La Taurina


Eduardo se animó a bailar tomándola por la cintura fuertemente




Repiraban muy cerca, cara a cara







Carmencita en un arrebato de pudor le dijo jadeantemente ¡todo lo que quieras pero no me beses!






Como por instinto Eduardo la besó








Disfrutando cada instante de este encuentro inesperado



   


Eduardo se animó a bailar tomándola por la cintura fuertemente










Quedando sellado ahí un encuentro casual






Carmencita se retiró a su lugar, llevando los nervios de punta, abrumada y ansiosa






De inmediato se armó la bronca, se formó una monumental trifulca a un lado de la pista









Inesperadamente estuvo en peligro la vida de Eduardo






Absurdamente Eduardo recibió el ataque feroz de cuatro bandidos






la oportuna intervención de los Echeverri evitaron el ataque en el acto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



Después de la media noche Eduardo regresó a casa en compañía de los Echeverri






Peligrosos por su sagacidad en el manejo de armas









¡Cuídate mucho, diablo! , no te metas en problemas dijo el menor lacónicamente





goleador



En las penumbras estalló una carcajada



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



Un fantasma envuelto en una sábana blanca recorre la casa paterna









Eduardo se acurrucó en un rincón de la cama










No es nada dijo Cecilia con voz calmada, no tengas miedo, deje la luz prendida para que no tenga mas ofuscaciones










¡Téngale miedo a los vivos! Gritó Luis desde la cama









Fernando se quedó quieto en un rincón
 
 
 

 
 
 
 
No se preocupe, le dijo sonriendo Fernando que observaba la escena sentado en el sofá









 

  El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando





Carmencita en un arrebato de pudor le dijo jadeantemente ¡todo lo que quieras pero no me beses!






Como por instinto Eduardo la besó



Disfrutando cada instante de este encuentro inesperado



  


Eduardo se animó a bailar tomándola por la cintura fuertemente










Quedando sellado ahí un encuentro casual






Carmencita se retiró a su lugar, llevando los nervios de punta, abrumada y ansiosa






De inmediato se armó la bronca, se formó una monumental trifulca a un lado de la pista









Inesperadamente estuvo en peligro la vida de Eduardo






Absurdamente Eduardo recibió el ataque feroz de cuatro bandidos






la oportuna intervención de los Echeverri evitaron el ataque en el acto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



Después de la media noche Eduardo regresó a casa en compañía de los Echeverri






Peligrosos por su sagacidad en el manejo de armas









¡Cuídate mucho, diablo! , no te metas en problemas dijo el menor lacónicamente









En las penumbras estalló una carcajada



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



Un fantasma envuelto en una sábana blanca recorre la casa paterna






eduarditocelis en el bic

Eduardo se acurrucó en un rincón de la cama









No es nada dijo Cecilia con voz calmada, no tengas miedo, deje la luz prendida para que no tenga mas ofuscaciones









¡Téngale miedo a los vivos! Gritó Luis desde la cama








Fernando se quedó quieto en un rincón
 
 
 
 

 
 
 
No se preocupe, le dijo sonriendo Fernando que observaba la escena sentado en el sofá









 

 El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando







CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 






Aún no habían desechado la idea que el fantasma era Fernando, su mirada inalterable les producía espanto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 


 eduarditocelis en el bic
 

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA





Eduardo se durmió y Cecilia apagó la luz






La noche pasò volando








Muy temprano llegó Carmencita al Restrepo, Eduardo siente satisfacción de verla







Recorrieron el Restrepo cogidos de la mano y cuando se encontraban solos, se entregaron sus corazones







Cuando le estaba tocando el cuerpo dijo que es el primer amor de su vida y que ese amor nunca se muere




LUIS, CECILIA, YUDY, EDUARDO, GLADIZ, DARIO, LUCIA Y ALBERTO


Sin abrir las ventanas ya el sol Capitalino había penetrado a la casa







Se escucha la buena música antillana que alegra el ambiente en el Restrepo







El amor entrañable, puro, tierno y seductivo profesado por Eduardo en su corazón, nadie lo puede llenar






Al bajar las escaleras vio por última vez a Edilma a través de la rendija de la puerta, se estremece con sus besos lo más recóndito de su alma






Ella nunca lo mandó al olvido y aún hoy sus labios la nombran






Cuando aún estaba en la cama Luis dijo que se le había reventado un resorte









Tempraneramente Fernando salió y se fue



Luis también salio para la oficina de Lázaro a cobrar un dinero que le adeudaba









Luis tardiamente salió y se fue.



  


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA

1970-2020




Dicen que es la violencia politica que se vive en Colombia desde que mataron a Gaitan


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020
 
 
 

Abrió de par en par la puerta





 

 






Encontraré más cercana la única voz de mis recuerdos de niñez que es la de mi madre, si es allá escucharé esta voz, la voz de mi madre muerta que es la misma voz de mi madre que está aquí viva





CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 
 

 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà






Cincuenta años en Bogotà

 

  

 
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 
 
José Eduardo Celis López

 






¡Salud! Asintió Eduardo










BOGOTA 50 AÑOS 1970-2020









Eduardo degusta el aguardiente néctar y la buena música




BOGOTA 50 AÑOS

 

 

 
 


 
 


 
 


 
 




Una mañana lluviosa y plomiza





 
 

 





Sinembargo ante las circunstancias tuvieron que bajar el tono de su amorío






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020  EDUARDOCELIS 


 
 
 
 
José Eduardo Celis López

 

 






¡Salud! Asintió Eduardo



Cecilia recuerda que Fernando siempre ha sido muy calmado


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 

EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 
 

 
 


 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà






Cincuenta años en Bogotà



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 





El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando







Luis tardiamente salió y se fue. 





Luis también salio para la oficina de Lázaro a cobrar un dinero que le adeudaba






Tempraneramente Fernando salió y se fue







Cuando aún estaba en la cama Luis dijo que se le había reventado un resorte






Ella nunca lo mandó al olvido y aún hoy sus labios la nombran






Al bajar las escaleras vio por última vez a Edilma a través de la rendija de la puerta, se estremece con sus besos lo más recóndito de su alma







El amor entrañable, puro, tierno y seductivo profesado por Eduardo en su corazón, nadie lo puede llenar







Se escucha la buena música antillana que alegra el ambiente en el Restrepo







Sin abrir las ventanas ya el sol Capitalino había penetrado a la casa







Cuando le estaba tocando el cuerpo dijo que es el primer amor de su vida y que ese amor nunca se muere







Recorrieron el Restrepo cogidos de la mano y cuando se encontraban solos, se entregaron sus corazones







Muy temprano llegó Carmencita al Restrepo, Eduardo siente satisfacción de verla






La noche pasò volando






Eduardo se durmió y Cecilia apagó la luz






Ya no piense mas en eso dijo Cecilia, duérmase tranquilo







Aún no habían desechado la idea que el fantasma era Fernando, su mirada inalterable les producía espanto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 



 





El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando







CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 

 





El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 

EDUARDOCELIS (1970-2020)

 


 
 
 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà







No se preocupe, le dijo sonriendo Fernando que observaba la escena sentado en el sofá






Fernando se quedó quieto en un rincón
 
 
 




¡Téngale miedo a los vivos! Gritó Luis desde la cama







No es nada dijo Cecilia con voz calmada, no tengas miedo, deje la luz prendida para que no tenga mas ofuscaciones






Eduardo se acurrucó en un rincón de la cama








Un fantasma envuelto en una sábana blanca recorre la casa paterna






En las penumbras estalló una carcajada



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



¡Cuídate mucho, diablo! , no te metas en problemas dijo el menor lacónicamente







Peligrosos por su sagacidad en el manejo de armas







Después de la media noche Eduardo regresó a casa en compañía de los Echeverri







la oportuna intervención de los Echeverri evitaron el ataque en el acto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



Absurdamente Eduardo recibió el ataque feroz de cuatro bandidos







Inesperadamente estuvo en peligro la vida de Eduardo







De inmediato se armó la bronca, se formó una monumental trifulca a un lado de la pista







Carmencita se retiró a su lugar, llevando los nervios de punta, abrumada y ansiosa






Quedando sellado ahí un encuentro casual







Como por instinto Eduardo la besó







Carmencita en un arrebato de pudor le dijo jadeantemente ¡todo lo que quieras pero no me beses!







Repiraban muy cerca, cara a cara







Se encontraban en el centro de la pista de baile, totalmente fundidos




Disfrutando cada instante de este encuentro inesperado



 Eduardo se animó a bailar tomándola por la cintura fuertemente






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 

 

 
 
 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà





Nombre animado Eduardo 12Cincuenta años en Bogotà







Ella instintivamente retrocedió, para volverse a el, presurosa colocándose insinuante







Eduardo se quedó mirando a la mujer de cabellos rizados y caderas protuberantes






Cuando sonaban los aretes que le faltan a la Luna, irrumpió Carmencita, su amiga de infancia que departía muy cerca del mostrador







Eduardo se contagió del ambiente y comenzó a cantar fuertemente, aprovechando el sonido estrambótico de los altoparlantes






Hombres y mujeres gritaban alborozados como si de repente se hubieran acabado los problemas en todo el mundo






La taurina estaba a reventar desde tempranas horas, sus luces y colores daban un aspecto carnavalesco



BOGOTA 50 AÑOS








Eduardo degusta el aguardiente néctar y la buena música






Los saludó con una venia y se acomodó en la barra cerca de Fercho






En un rincón se encuentran los Echeverri, famosos por sus intervenciones en asuntos ilegales






Eduardo llegó a la taurina, esa noche el barrio estaba alborotado por las fiestas decembrinas



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS




Fernando armó de nuevo su aposento, después de tomar la cena, se acostó sosegado



 


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA


 


 
 
 
 
José Eduardo Celis López

 





¡Salud! Asintió Eduardo



Cecilia recuerda que Fernando siempre ha sido muy calmado







No se supo nunca el verdadero origen de su enfermedad
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Los huesos de su cara están forrados por un pellejo curtido por sus treinta años de existencia, de los cuales los últimos quince han sido marcados por una enfermedad sin diagnosticar







En la terraza Fernando hace muecas, producidas por la contracción de los músculos del cuello







A través de la ventana penetran los aires armónicos de la melodía, Edilma está ávida de afecto, candorosa, galanteando abiertamente







Cecilia Escondida en la inmensidad de Dios, detrás de su Divina Providencia







Eduardo recoge del mesón dos recibos de servicios públicos para hacerse cargo de su pago







Es la misma historia, pero Luis produce para todos sin que hasta el momento alguien se atreva a coger las riendas de la casa, replicó Cecilia







Es la misma historia de siempre, comentó Eduardo en voz alta







Lo que en realidad los une es la tolerancia por los procederes de los demás y la idea de conformar una reverenciada familia




Todos gozan de los beneficios de manutención proporcionados







Ferney adelanta su vocación de jurisconsulto







Diego se encarga a regañadientes del taller de mecánica de Luis







Amanda estudió enfermería







Lucia es madre de dos niñas






Eduardo tiene éxito laboralmente






Cecilia se aclimató al frío Bogotano







Eduardo volvió a su cuarto y empinándose observa a través de su ventana a Edilma que animadamente le dedica canciones de amor







Cecilia se esmera por mantener tranquilo a Fernando






Todo parece tranquilo en el Restrepo







Escampó después de las nueve de la noche
 
 
 
 




Este era un momento sosegado y apacible para compartir una bandeja paisa, escuchando a Cecilia recontar historias vividas en su natal Pereira y en su largo peregrinaje por el eje cafetero



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



Fernando comía muy rápido y al tiempo que manducaba los alimentos soltaba cortantes risas nerviosas







Eduardo y Fernando esperaron a que terminara el rosario para que Cecilia sirviera la comida






Eduardo se desahogó gritando alegremente ¡soy libre! ¡No quiero casarme!






Eduardo sacó de su dedo anular la argolla de oro y la colocó en el de ella






Cecilia mira el cuadro de las ànimas benditas y agradece en voz alta por las bendiciones
 
 
 
 



¡Nunca me habían regalado flores exclamò Cecilia!
  
 
 
 



Y celebra con entusiasmo






Cecilia elogia el afecto de la persona que reivindica este hecho trascendental







Quien se adelanta de esta forma en la conmemoración del día de la mujer







En la base de la maceta que contiene el adorno floral, descubren una etiqueta con el membrete y rubrica propios de Ligia







El suceso realmente es espectacular






Espectacular momento de gran satisfacción que les produce un entusiasmo profundo y entrañable, que los reúne en un fuerte abrazo fraternal






En el comedor con gran fascinaciòn contemplan una cesta que contiene un ramillete de radiantes flores y azucenas de diferentes colores, brillantes, con tallos altos y largas hojas







Impresionado por el contraste producido en su estado súbito, Eduardo se activa a observar el motivo de la felicidad manifiesta






En la tarde, Cecilia sorprende con un estado de ánimo alborozado como consecuencia de un presente recibido en forma casual







Así transcurre en forma tímida y nostálgica la vida de Fernando, sin que los galenos logren prescribir el síndrome que padece




Los demás prefieren ocuparse de otros aspectos








Luis se apuró a salir sin desayunar ante los hechos advertidos



 





Cecilia y Luis conversan en la terraza sobre la salud de Fernando quien se encuentra en un tratamiento médico



 


 
 










Sinembargo ante las circunstancias tuvieron que bajar el tono de su amorío






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)

En el Restrepo, los guiños y flirteos de Eduardo y Edilma, cerca de la cocina, lograron un galanteo trivial



BOGOTA 50 AÑOS


 


 


 


 




Una mañana lluviosa y plomiza





Nacieron ilusiones imposibles y murieron amores posibles





Llovió toda la siguiente semana.

 




Fue una semana diferente vivida en la capital


Cincuenta años en Bogotà 1970-2020 EDUARDOCELIS



Lloviò toda la siguiente semana







Ella era luz que aún hoy lo persigue





CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA


 

 



 

 
 
 
 
José Eduardo Celis López

 





¡Salud! Asintió Eduardo






¡Salud! Dijo levantando la copa de champaña





Sacó de su bolso de cuero un fino estuche y le 
colocó delicadamente una argolla de oro en uno de sus dedos y otra en uno de los suyos






Nuestro matrimonio, contestó la mujer levantando la voz al tiempo que lo apretó fuertemente contra su pecho







¿Qué es lo nuestro? Preguntó Eduardo, cautelosamente






Allí en el bar de la esquina se encontraron ante una mesa cuidadosamente arreglada para la ocasión






Para que hablemos de lo nuestro



para que?




Te espero allá en el bar






BOGOTA CINCUENTA AÑOS 1970-2020 EDUARDOCELIS



Finalizando el día Ligia le susurró al oído






Clasificando los bonos en San Vicente, se fundieron en un beso y se entregaron a un amor inesperado







A partir de ese momento nunca volvió a faltar dinero en sus bolsillos






Cuando se normalizaron las operaciones con el Banco, Ligia autorizó a Eduardo que el efectivo sufragara sus gastos personales







De inmediato se iniciaron las diligencias y el intercambio de bonos por dinero en efectivo, en el piso octavo de la Presidencia del Banco en donde la secretaria coordinaba todas las operaciones financieras






Se comprometió a enviarle un paquete de bonos, para pagar en efectivo en efectivo






Al día siguiente Eduardo llegó muy temprano a la oficina de Ligia, quien hablaba por teléfono con la secretaria de la Presidencia del Banco de la República







Bajaron por la Avenida Caracas, tomados de la mano, entre tinto y tinto, sonrisas y mensajes subliminales, iniciaron la relación a primera vista






Eduardo se puso de pie, sintió sus pantalones secos y sonrió a Ligia






¡Tinto si tomo!, ¡para eso si soy el campeón!, hablo fuerte y sonriente Eduardo, yo vengo del eje cafetero y esta es la mejor invitación que me hacen, dijo con energía







Vamos a tomar tinto, le dijo ella dando una media vuelta sobre uno de sus tacones gruesos y cerrando uno de sus ojos en una actitud de franca coquetería






Atinó a mirarle con ternura sus ojos hechiceros, su pelo suave que caía sobre su espalda, sintió de cerca su aire de gitana y su espíritu perturbador





Eduardo no supo que contestar, estaba impactado por lo que pasaba




eduarditocelis en el bic


No te ofrezco por que aun eres un niño, dijo mientras aspiraba el humo y dejaba escapar un bucle al aire





Eduardo quedó encantado ante la presencia femenina, alegre y sonriente de la mujer





Eduardo quedó encantado ante la presencia femenina, alegre y sonriente de la mujer



eduarditocelis en el bic

Le presento a Ligia, con ella se va a entender de ahora en adelante





Después de varias palabras acartonadas, dijo suavemente antes de desaparecer





Secundino revisó su contenido, se acomodó sus mancornas y el pisacorbata de oro






Soy bachiller, contestó Eduardo extendiendo el diploma






-¿Que estudio tienes?






Con mis padres y con mis hermanos






-¿Con quien vives?





Veinte años, voy a cumplir ahora en marzo




-¿Cuántos años tienes? Indagó




Nunca en su vida había tenido esta experiencia de encontrarse con personas extrañas para hablar de negocios, pero ahí estaba un Señor Moreno, calvo, de rostro fresco quien le extendió la mano sonrientemente





 
 
Eduardo corría en el Parque Nacional, presuroso, un escalofrío recorría todo su cuerpo, calaba sus huesos, daba vueltas a la glorieta nerviosamente, miraba por entre los árboles con ansiedad, buscaba por la orilla de la quebrada, hasta que no aguantó mas y se desmoronó totalmente sobre uno de los asientos, con las piernas abiertas al sol




La monotonía de todos esos años los fue consumiendo lentamente en la Capital




A
brió de par en par la puerta





 

 

 





Encontraré más cercana la única voz de mis recuerdos de niñez que es la de mi madre, si es allá escucharé esta voz, la voz de mi madre muerta que es la misma voz de mi madre que está aquí viva





CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 
 

 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà







Cincuenta años en Bogotà



Bogotà 1970-2020



Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà






ç



Y aquí, lejos de su estudio y de su deporte favorito como que el aire era escaso en su cerebro, se oían más esas voces internas





De voces extrañas, sí. Porque se reía solo como  si le dijeran algo






Fernando permanecía en silencio, porque desde niño estaba acostumbrado al silencio; tal vez porque su cabeza estaba llena de ruidos y de voces raras





Y aunque no eran niños, ni jugaban, ni peleaban, ni discutían, sentían como que en Calarcá vivían






Suspiraban mucho y cada suspiro era como un sorbo de vida que se les iba






Sufrían mucho. No sabían por qué. Tal Vez de tristeza






Había oscurecido y Fernando recordaba a su madre Cecilia quien volvio a darle las buenas noches


  

1986




Dicen que es la violencia politica que se vive en Colombia desde que mataron a Gaitan


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020



Cecilia terminaba de colgar la ropa en las cuerdas del patio, recogiendo el balde del suelo y tomando a Eduardo del brazo lo condujo a la cocina en donde compartieron la bandeja con frijoles





Dicen que le dictaron la pena capital tras consultas con el pueblo





No puedo explicarme por que toda la gente estaba alrededor y ninguno hacia nada por sacarlo





Cecilia dobla su espinazo sobre el lavadero




Nunca había visto un muerto, dijo Eduardo





El profesor subió las gafas a su frente, cerró sus ojos azules y sobándoselos con los puños cerrados comenzó el mensaje filosófico





La tarde se volvió gris en San Antonio






Hay pocas nubes en el cielo y el aire sopla fuerte allá arriba, aquí abajo hace mucho calor





Al pasar frente al taller, sintió alivio al pensar que su destino ya estaba definido





Las c
ortinas del balcón se mueven lentamente




El sol a esa hora es picante y cae sobre su integridad.





Se despide abrazando cariñosamente a Cecilia





Eduardo llegó afanado y se colgó el buzo con motas amarillentas que usaba desde el primer día de su llegada a Bogota

Nombre animado Eduardo 12

 

Abrió de par en par la puerta


 

 



El trabajo del taller lo deprime





Fernando se veía con delirio de persecución







Sólo ellos saben en realidad, lo que había pasado en Calarcà




Era un problema mental que ella no se atreve a asegurarlo





Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà






 
 
Sólo ella sabe lo que ha sufrido






El trauma de ambos, es de muchos años atrás





El tictac de su gallinita se sentía lentamente, como si se hubiera detenido el tiempo





Cecilia está triste, 
cerró la puerta y abrió en sollozos





Fernando abrió sus ojos negros penetrantes y melancólicos






Una luz que ilumina todo, no caminaba sino que volaba





Su cuerpo ceñido a su vestido, refleja mucho amor y debajo de sus pies destellos de luz





De pie en el umbral, delgada, de pelo corto que roza sus hombros, blanca, de cara pequeña





En la bohardilla aparece la silueta pálida de la diosa de Casabianca





Alrededor del patio se perciben pasos, como ruidos de gatos en la oscuridad





Entró una luz tenue, no como si fuera a comenzar el día, sino como si estuviera llegando la noche






Un cielo plomizo oscuro, aún no aclarado por la luminosidad del sol Capitalino







Por la puerta que da al lavadero se veía claramente el amanecer







 

Nombre animado Eduardo 12

 
 
 
 
 
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Fernando se levantó lentamente, está flaco, pálido,  entró al baño, se lavó la cara y se reía, mirándose al espejo







No tardará en salir el sol Bogotano por detrás de los cerros orientales







Ya había amanecido porque hay mucha luz en Casabianca





Aclaraba el día y Cacho López regresa a su taller





Mientras tanto en el lavadero la avecilla tarareaba una melodía







Ya va siendo hora de que te levantes







Los que se descuiden en el dos mil  van a aguantar mucha hambre, acotó






Bogotá es muy grande, la gente es muy viva y hay que avisparse, dijo Cecilia casi a gritos





Los días comienzan monótonos, todos se mueven sin afanes y saborean el café caliente




Dejó l
a puerta del corredor abierta y la brisa entró suavemente




Cecilia se levanta antes del amanecer



Eduardo abrió los ojos y vio la luz de la mañana que entraba por la ventana de atrás




Luis se pronunció tenía reparos con el noviazgo




 
 
 
 
José Eduardo Celis López

 





Mientras ellos tomaban un aguardiente





Fernando les dio la mano





Estaban enamorados


Aparece la guitarra de Cacho López interpretando sentidas melodias




Se escuchó una serenata en Casabianca





Sintió frío y entró






Observó de pronto que las cortinas se movieron suavemente





Recorrió con su vista todas las ventanas que estaban cerradas





Ella estaba en la pequeña ventana del altillo





Vagó por los alrededores de Casabianca, organizando sus ideas


 




Hubiera querido verla, exclamó





Levantó la cabeza y miró el cielo que llovía estrellas





Eduardo la escuchó, salió al patio, sintió muy cerca a su amor platónico



CECILIA Y LUIS EN BOGOTA

 


Celis Goleador Bic
 1976

 






Hay que saberla vivir, estamos en la Capital y está todo por hacer, dijo Cecilia para animarlos




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EDUARDOCELIS GOLEADOR



José Eduardo Celis López


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eduardocelis goleador y campeon



chilacelis
Por Joeducelis


2011

march 2011

luiscelis

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CELIS LOPEZ FAMILIA DE PEREIRA


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ESTADIO MORA MORA PEREIRA


eduarditocelis en el bic
Pereira es la sexta ciudad del país, fundada por dieciocho aventureros antioqueños atraídos por la fertilidad de las tierras de propiedad de don Francisco Pereira, situada en una bella planicie rodeada de montañas y bañadas por los ríos Consota y Otùn, en el lugar ideal para el descanso de los viajeros del triángulo de oro Bogotá, Medellín y Cali.
 
 






FERNEY CELIS LOPEZ







 CECILIA LOPEZ DE CELIS Y LUIS MARIA CELIS REY
LUIS MARIA CELIS Y CECILIA LOPEZ


Cincuenta años de amor

 ALBERTO LOPEZ Y LUCIA CELIS LOPEZ


 
 

 
 JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ








RODOLFO CELIS REINA







Luis María Celis Rey          1916



 

EN LA IGLESIA SAN JOSE

Cecilia López Merchàn      1924








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Los celis...mi familia









HACIA EL CENTRO DE LA CIUDAD









LUIS MARIA CELIS REY







pereira gardeliana


luna de miel 


Por Joeducelis





2010



 


LA ESTACION DEL FERROCARRIL 



LUIS MARIA CELIS REY       1916









Aeropuerto internacional Matecaña


FERNEY CELIS LOPEZ


LUCIA CELIS LOPEZ
PRIMEROS NIETOS DE ABRAHAM ELIAS LOPEZ



UNA NIÑEZ SANA






 ABRAHAM ELIAS


DIEGO



UNA JUVENTUD EXITOSA



Por Joeducelis





2010


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LUIS


UNA MADUREZ FELIZ




UNA NIÑEZ SANA



LUIS EN EL RESTAURANTE DE CARMEN CELIS


JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ EN SOACHA


 
CELIS

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CAMPEON Y GOLEADOR



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goleador y campeon bic 1976



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ABOGADA


 

CELIS




UNA MADUREZ FELIZ



Muy Cerca de Pola



CECILIA LOPEZ DE CELIS
CON RODOLFO CELIS



CECILIA LOPEZ MERCHAN 1924



Celmira canta en la catedral



EN  PEREIRA

ALEGRIA MATECAÑA


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Los celis...mi familia


De Celis



VIAJE SORPRESIVO A BOGOTA




Con LOPEZ En primera clase





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UNA JUVENTUD EXITOSA



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Los celis...mi familia

 

Por Joeducelis




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campeon y goleador










FAMILIA CELIS LOPEZ DE PEREIRA

ACTUALIZADO 12 DE MARZO DE 2012
GOLEADOR
CAMPEON Y GOLEADOR

POLICARPA LOPEZ MERCHAN

JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ
en melgar

UNA MADUREZ FELIZ



Fiesta en Bogota


 Celis Lopez de Pereira

DIEGO CELIS LOPEZ CON PABLO

GOLEADOR


Es conocida como la Perla del Otùn, el café es su producto bandera, inolvidable es el recorrido por el Zoológico, el aeropuerto Matecaña, las aguas termales de Santa Rosa de Cabal, el lago Uribe Uribe y el estadio Alberto Mora Mora.
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